Naïma, de 68 años, superó sus limitaciones y transformó su dificultad para escribir una simple carta en una celebración de su fe. Es una epopeya tejida de letras, tinta y resiliencia.
“Mi salud estaba empeorando, tenía artrosis en las manos”, dice Naima. Le habían recomendado sesiones de rehabilitación, y en este lugar de sanación, le habían sugerido que tomara clases de alfabetización. En el aula de la mezquita, su bolígrafo se deslizaba suavemente sobre el papel, excepto cuando se trataba de escribir la letra R “ر”
Este carácter recalcitrante frustró todos sus esfuerzos. Luego se refugió en las palabras de sus amigas: “Es normal, Naïma. Superarás esta dificultad”, le dijeron. Fue entonces cuando tuvo una revelación. “Empecé a entrenar transcribiendo suras del Corán. Escribí versos para dominar esta letra, informó el sitio, le360.ma
Impresionado por la mejora en su escritura, su esposo, Ahmed, la animó a continuar con su proyecto e incluso se ofreció a comprar un cuaderno grande para reemplazar su cuaderno pequeño. "Llegué a casa una noche y descubrí su letra en el papel, era magnífica", recuerda.
Hoy, Naima ha escrito dos copias completas del Corán y ha comenzado una tercera. Desafortunadamente, su frágil salud ha interrumpido su trabajo, pero no pierde la esperanza. “Sueño con terminar este tercer ejemplar y volver a mis clases”, dice.