Roberto Chambi Calle[1]
Al parecer la hipocresía y el doble rasero se ha convertido en algo tan normal que las violaciones al Derecho Internacional Humanitario, la soberanía y la autodeterminación de las naciones han quedado en la periferie de las Relaciones Internacionales, en un mundo que se dice “multipolar”; pero que en los hechos aún se ve el interés materialista, unilateralista e impositor como la traición de Marruecos y Europa a la autodeterminación de la nación Saharaui.
Los regímenes ocupacionistas como Marruecos o Israel no solo desoyen, atropellan e incumplen impunemente el derecho internacional respecto al Sahara Occidental y Palestina, sino que ahora descaradamente y sin ningún tipo de reparo, se asocian para espetar y quebrar la paz mundial.
Esta cuestión quizás sería lógica de entender tratándose de la entidad sionista que hasta el día de hoy, no solo ocupa el territorio palestino sino lo cercena con el fin de borrar a los árabes dentro y desde su propia soberanía, sin embargo es ilógico, irracional y protervo que el Monarca Marroquí siendo parte de la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica haya pactado con Tel Aviv para que éste reconozca “su soberanía” sobre el pueblo Saharaui que durante más de 4 décadas busca su independencia, por ello es irracional y oprobioso que Rabat le dé puñaladas no por la espalda; no! no! no! sino de frente y sin ningún tipo de pudor al Derecho Internacional, a la hermandad islámica y por sobre todo —si es que se consideran musulmanes— al Corán; su libro Sagrado que prohíbe pactar con los enemigos cuando manifiesta: “¡No toméis como amigos a los enemigos Míos y vuestros, dándoles muestras de afecto, siendo así que no creen en la Verdad venida a vosotros!” (Corán 60:1), peor aún en desmedro de sus propios hermanos, ya que “Dios no ama a nadie que sea traidor contumaz [y] desagradecido”. (Corán 22:38)
En 1975 fruto de la “Marcha Verde”; 300.000 personas acompañadas por el ejército de forma camuflada bajo las órdenes de Hassan II invadieron las tierras saharauis, en aquel entonces en manos de España como su “provincia Nro. 53”, siendo un acto claro y hostil de invasión en donde finalmente España en 1976 comunicó a Naciones Unidas que su presencia en el Sahara había terminado, dejando a esta nación en las garras de un nuevo colonizador: El Reino de Marruecos.
Al igual que Palestina, Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad han emitido más de 75 resoluciones (como por ejemplo la 1514, 1541, o la 2625) en relación a la autodeterminación e independencia de los saharauis, las mismas que han quedado en saco roto; pues en más de cuatro décadas aún se siguen burlando y riendo a carcajadas de la normativa internacional para la solución en Palestina y el Sahara Occidental.
España habiendo huido de sus responsabilidades y cediendo el territorio a Marruecos y Mauritania —este último que se retiró — aun hasta el día de hoy en complicidad con la Unión Europea, y Marruecos sigue empantanando la solución para este pueblo; así por ejemplo no dijo nada cuando Donald Trump —aliado militar de Muhammad VI— reconoció la “Soberanía” de Rabat sobre el Sahara Occidental.
En el presente año, la monarquía marroquí nuevamente en complicidad con sus socios: EEUU y el Régimen Israelí hiere el proceso de paz, ya que el hecho de haber firmado una alianza militar (Noviembre ,2021) con un régimen ocupante desde hace más de 75 años en Palestina denota su deslealtad a un pueblo hermano (Saharauis). Pero no solo ello sino que recientemente el primer ministro Benjamín Netanyahu ha oficializado el reconocimiento de la “soberanía marroquí” sobre el Sahara Occidental; así como se anunció que se está considerando abrir un consulado en Dajla, situada en la costa atlántica del Sahara Occidental, siendo estas, muestras contundentes que los dos regímenes ocupantes no quieren la paz, solo afianzar su naturaleza violenta, dictatorial y monárquica contra naciones a las cuales por décadas golpean inmisericordemente.
La situación que vive este pueblo bajo la colonización de Muhammad VI es muy similar a Palestina; ya que a la fecha ha ocasionado que muchos sean desplazados y que según Amnistía Internacional casi la mitad de la población del Sáhara está en el refugio de Tinduf (Argelia) quienes escapando de los bombardeos marroquíes con napalm y fósforo blanco no han tenido más opción que vivir en jaimas; campamentos donde habitan más de 200.000 personas en condiciones de pobreza y vulnerabilidad.
En tal sentido la única solución para la soberanía e independencia del Pueblo Saharaui es que España en concomitancia con la UE y EEUU cumplan sus compromisos de cara a la paz y el respeto a la legalidad internacional para que en los territorios ocupados sean los propios habitantes quienes mediante un Referéndum, —en aras de la resolución 1514 de Naciones Unidas— sea la vía frente a esta injusticia de casi cinco décadas; ya que la libre determinación es un derecho humano fundamental cuyo derrotero es la libertad absoluta.
Por Roberto Chambi Calle
[1] Jurista, teólogo y analista en RRII, miembro del Centro de Estudios en Geopolítica Internacional y Civilización Islámica (CEGICI) Ayatola Jomeini.