Elisha Yered y Yehiel Indore, dos colonos judíos extremistas habitantes del asentamiento ilegal israelí de Migron, en la ocupada Cisjordania, fueron detenidos por acusación de asesinar el pasado día 4 a Qusai Yamal Matan, en las afueras del pueblo cisjordano de Burqa, cerca de Ramalá.
La tragedia tuvo lugar después de que un grupo de colonos extremistas irrumpiera en las tierras palestinas con sus ovejas, donde los palestinos trataron de repelerlos, y tras enfrentamientos verbales y lanzamiento de piedras de ambos bandos, los israelíes dispararon balas reales a los residentes, según informó el ejército israelí.
Yehiel Indore disparó el arma que mató al palestino, mientras que Yered colaboró en el acto de barbarie. Asimismo, otros cinco colonos israelíes fueron detenidos por los disturbios violentos y todos fueron puestos en libertad posteriormente.
Tanto las Naciones Unidas como Estados Unidos condenaron el acto de violencia cometido por los colonos extremistas. El Departamento de Estado estadounidense tachó el incidente de un “ataque terrorista” y pidió “plena rendición de cuentas y justicia” ara la víctima.
La Cancillería palestina ha condenado “en los términos más enérgicos la decisión de la corte israelí de liberar al terrorista extremista Elisha Yered”. “Esta decisión es provocativa y alienta a los colonos terroristas extremistas a cometer más asaltos y ataques contra las ciudades palestinas y sus ciudadanos, y da a las organizaciones terroristas de colonos judíos una mayor sensación de protección e impunidad”, advierte.
La Cartera de Exteriores palestina ha denunciado además que el ejército israelí brindó “protección y apoyo” a los colonos durante los choques que llevaron al asesinato de Matan, “disparando balas y gas lacrimógeno contra los ciudadanos palestinos que defendían sus tierras, propiedades y hogares”.
Yered era exvocero de la legisladora israelí Limor Son Har-Melech, del partido de extrema derecha Poder Judío, liderado por el extremista ministro de seguridad nacional, Itamar Ben-Gvir, conocido por su retórica racista antiárabe e incitación al terrorismo y violencia.
Era más claro que la luz del día que Yered no se quedará tras las rejas sobre todo cuando Ben-Gvir elogió a los dos autores del asesinato de Matan, y consideró que ambos “merecen una medalla” y son “héroes”.