Al menos 26 soldados han muerto en el este de Siria devastado por la guerra, dijo un monitor el viernes, el más mortífero en una nueva ola de ataques atribuidos a los yihadistas del grupo Daesh.
A pesar de perder su último pedazo de territorio en Siria en 2019, Daesh ha mantenido escondites en el vasto desierto sirio desde donde ha llevado a cabo emboscadas y ataques de atropello y fuga.
Los “miembros de Daesh atacaron un autobús militar” en la provincia de Deir Ezzor el jueves, dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que se todos modos, tiene sede en Londres.
Una fuente militar aclaró que la acción ocurrió la tarde de este jueves, en la carretera de la Segunda Planta, al sureste de la provincia de Deir Ezzor, a unos 450 kilómetros al nordeste de Damasco, la capital.
En la vasta región desértica de Al-Badieh, se incrementan los ataques del denominado “Estado Islámico”, Daesh en árabe, una organización inscrita en la lista del terrorismo internacional, cuyos integrantes reciben apoyo logístico, protección e información de inteligencia por parte de los militares norteamericanos en la zona de Tanef, en el este del país.
Siria enfrenta una guerra impuesta desde 2011, y aunque su ejército, con el apoyo de sus aliados, liberó la mayor parte del territorio nacional de los radicales, ocurren algunos ataques que Damasco atribuye a grupos apoyados desde el exterior para seguir desestabilizando al país.