Si bien sería conveniente aceptar que la Operación Tormenta de Al-Aqsa lanzada por Hamás cae dentro de la narrativa proisraelí del “terrorismo palestino”, falta el contexto. ¿Qué precipitó el ataque? Aparte de los efectos agotadores de la ocupación militar sistemática y a menudo brutal de los últimos 75 años, la extrema derecha en Israel está creciendo rápidamente e infiltrándose en todos los niveles de la sociedad.

Los colonos judíos de derecha protegidos por las tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacan a los palestinos y sus hogares sin rendir cuentas. También entran diariamente en el Noble Santuario de Al-Aqsa y amenazan con apoderarse del recinto, derribar las mezquitas y construir un templo. Provocan a los palestinos, los atacan e incluso los matan en uno de los lugares más sagrados del mundo islámico. A pesar de que la idea de reconstruir un templo judío está completamente prohibida en el judaísmo ortodoxo (al igual que a los judíos entrar en el “Monte del Templo” en caso de que entren al “Lugar Santísimo”), el sionismo moderno ha torcido el pensamiento religioso para adaptarlo a sus agenda política perniciosa.

En las últimas décadas y especialmente en los últimos dos años, esta idea se ha generalizado en la sociedad israelí a medida que el fundamentalismo sionista ha ido ganando protagonismo. Pero este fanatismo religioso no es la única violación diaria de los derechos humanos que se produce contra los palestinos en Gaza y la Cisjordania ocupada. Habiendo visitado ambos lugares, conozco bien la humillación que enfrentan los palestinos en todos los aspectos de sus vidas.

Las reacciones son siempre consecuencia de las acciones, y no se puede hacerse la víctima y alegar “defensa propia” después de perpetuar años de opresión.

Con numerosos informes de renombradas ONG y organizaciones de derechos humanos sobre el terreno que documentan las violaciones israelíes de los derechos humanos y del derecho internacional a lo largo de los años, la cuestión de la moralidad de Israel siempre ha sido más que cuestionable. Sin embargo, de alguna manera, cuando esto aparece en las noticias (si es que alguna vez aparece), la gente lo pasa por alto, fatigada por la monotonía de tales atrocidades y resignada al hecho de que “nunca habrá paz en Medio Oriente”. ¿Es entonces una sorpresa que los palestinos hayan tenido que recurrir a la resistencia armada –legítima según el derecho internacional– simplemente para sobrevivir? Las reacciones son siempre consecuencia de las acciones, y uno no puede hacerse la víctima y alegar “legítima defensa” después de perpetuar años de opresión.

La resistencia desata la campaña 'Inundaciones de Al-Aqsa' después de que Israel siga atacando a los palestinos, sus hogares y lugares religiosos – Caricatura [Sabaaneh/Middle East Monitor]

No es difícil encontrar ejemplos de abusos contra los derechos humanos por parte del régimen sionista. Por ejemplo, Defensa de los Niños Internacional ha documentado formalmente casi 28.000 detenciones de niños por parte de Israel entre 2008 y 2022. En estos casos, los niños son retenidos sin juicio, interrogados sin la presencia de sus padres o legal y, a veces, encarcelados durante largos períodos sin cargos. Israel mata a niños palestinos con impunidad.

¿Por qué no se exige a Israel que rinda cuentas según los mismos estándares de moralidad y legalidad que el resto del mundo? Ésta es una pregunta que lleva mucho tiempo sin respuesta.

Sin embargo, una violación más atroz de la santidad que resuena en mí dada mi profesión es el frecuente ataque del estado de apartheid a hospitales, médicos y paramédicos. Médicos por los Derechos Humanos Israel, Médicos Sin Fronteras y Amnistía Internacional son sólo algunas de las organizaciones acreditadas que han prestado sus voces al coro de protestas ante tal barbarie. No faltan pruebas cuando se trata de estos crímenes.

Ofer Cassif, miembro de la Knesset y de la coalición izquierdista Hadash, dijo a Al Jazeera el domingo que su partido había advertido repetidamente al régimen israelí que la forma en que trataba a los palestinos tendría graves repercusiones. El régimen “fascista”, dijo, “apoya, alienta y dirige pogromos contra los palestinos. Hay una limpieza étnica en marcha. Era obvio que la escritura estaba en la pared, escrita con la sangre de los palestinos”.

Reconocido por sus propios líderes, nunca en la historia un ocupante ha continuado oprimiendo a la gente indefinidamente sin repercusiones; e Israel no es una excepción. Apartheid sistemático, asesinatos sin sentido y ejecuciones extrajudiciales de líderes palestinos; el desprecio por los extremos de edad en el asesinato de cientos de miles de palestinos; desarraigo de cultivos y destrucción de viviendas; y la invasión de lugares sagrados: se han cruzado todas las líneas rojas en lo que respecta a los derechos humanos, de los cuales Israel no ha respetado ninguno. Aunque algunos llamarán “terrorismo palestino”, el examen de los hechos revela que se trata de una resistencia legítima frente al terrorismo de Estado de Israel. Meticulosamente planificada y valientemente ejecutada, la resistencia palestina está mostrando al mundo que está dispuesta y es capaz de contraatacar en defensa de la tierra y el pueblo palestinos.

Fuente: MEMO