Los musulmanes en Gran Bretaña han enfrentado una ola de ataques y acoso en los últimos meses por su apoyo al pueblo palestino en la guerra de Gaza.
Una organización sin fines de lucro con sede en Londres, la Unidad de Respuesta a la Islamofobia (IRU), dijo que recibió un 365% más de informes de incidentes antiislámicos en octubre pasado que el mes anterior, muchos de ellos relacionados con la exhibición de banderas o símbolos palestinos.
Una de las víctimas es un estudiante londinense de 17 años que dijo que sus profesores le interrogaron sobre su religión y sus presuntos vínculos con Hamás después de que llevara un pin con los colores de la bandera palestina en su mochila. El niño dijo que la experiencia le provocó un ataque de ansiedad y afectó su desempeño en los exámenes.
"Me hicieron sentir como si me estuvieran atacando porque soy musulmán, como si estuviera haciendo algo mal", dijo el niño. “La sensación de ser un objetivo se intensificó tras el intimidante interrogatorio al que me sometieron”.
Otra de las víctimas es un médico de 32 años de Manchester, que dijo que lo despertó un fuerte ruido y descubrió que una piedra había roto la ventana de su casa, donde había colgado una bandera palestina.
"Este evento fue extremadamente traumático y tuvo un impacto significativo en mi estado de ánimo", dijo a The Independent. "No duermo; voy y vengo hasta las 4 o 5 de la mañana porque tengo demasiado miedo para dormir. Ya no salgo de casa después del anochecer porque tengo demasiado miedo".
“Volveré a trabajar pronto después de dos semanas de ausencia por estrés y enfermedad, pero estoy muy preocupado por el impacto que tendrá este evento en mi desempeño profesional como médico. No sé cómo puedo trabajar con pacientes si tengo falta de sueño”.
El director ejecutivo de IRU, Majid Iqbal, dijo que el aumento de la información era parte de una "tendencia a largo plazo" de creciente islamofobia en el Reino Unido, alimentada por la cobertura negativa de los medios y la retórica política.
"La IRU pide a la prensa y a los políticos que no demonicen el activismo palestino legítimo y, por extensión, a los musulmanes británicos, para evitar alimentar el grave problema social de la islamofobia", afirmó.
La cuestión de la islamofobia también se convirtió en una controversia política la semana pasada cuando un diputado conservador, Lee Anderson, fue suspendido de su partido por hacer comentarios despectivos sobre el alcalde de Londres, Sadiq Khan, que es de fe islámica.