La investigación militar israelí sobre los acontecimientos del 7 de octubre en el Kibutz Be'eri ha expuesto graves deficiencias operativas y de liderazgo.
El informe subraya el doloroso y humillante fracaso del ejército de ocupación, destacando su falta de preparación y su incapacidad para salvaguardar el asentamiento, construido sobre tierras palestinas usurpadas fuera de la Franja de Gaza.
La investigación revela un preocupante escenario de confusión e indecisión entre los comandantes de campo. A pesar de la presencia de importantes fuerzas militares israelíes, los comandantes dudaron en avanzar por la entrada del kibutz Beeri.
Esta vacilación y falta de coordinación provocaron un retraso grave que permitió a los combatientes de la Resistencia Palestina llevar a cabo sus planes con un compromiso mínimo.
El portavoz de las fuerzas de ocupación israelíes, Daniel Hagari, reconoció múltiples errores y enfatizó la necesidad de reconocer estos fallos para prevenir futuros incidentes.
El informe también destacó la magnitud del ataque, en el que se calcula que 340 combatientes de la Resistencia Palestina entraron en el kibutz Be'eri. Además, debido a la demora en la respuesta de las fuerzas de ocupación, sólo un equipo de la unidad de élite Shaldag llegó al kibutz, que se retiró después de sufrir varias bajas a manos de los combatientes de la Resistencia.
La investigación concluyó que el hecho de no quedarse a luchar junto al equipo de seguridad local y los colonos representó una mala toma de decisiones y un grave error profesional.
El jefe del Estado Mayor de las fuerzas de ocupación israelíes, Herzi Halevi, dijo que la investigación "ilustra claramente la magnitud del fracaso y las dimensiones del desastre que sufrió los residentes del sur que protegieron a sus familias con sus cuerpos durante muchas horas, y las FDI no estaban allí para protegerlos".
La investigación también detalló un incidente en el que colonos israelíes fueron asesinados por sus propias fuerzas militares y de seguridad en Be'eri. La investigación concluyó que las fuerzas de ocupación israelíes mataron al menos a un colono, Adi Dagan, que se encontraba retenido en la unidad habitacional de un colono por combatientes de la Resistencia Palestina.
Las fuerzas de ocupación israelíes y las fuerzas especiales habían rodeado la unidad de viviendas durante varias horas, durante las cuales se dispararon al menos cuatro proyectiles de tanque contra el edificio y sus alrededores. Uno de los proyectiles impactó cerca de la puerta de la unidad de viviendas, matando a un colono e hiriendo a otro.
Otro proyectil impactó en el techo del edificio a las 18.57 horas y se produjo en el contexto de que las fuerzas de ocupación israelíes intentaban apresuradamente recuperar a los cautivos antes del anochecer.
Las fuerzas especiales también decidieron entrar en la unidad habitacional, supuestamente participando en un tiroteo con combatientes de la Resistencia, donde solo uno de los cautivos sobrevivió. Otros 14 colonos murieron en la batalla, y la investigación solo pudo determinar la causa de la muerte de Dagan.
Los líderes de la oposición y los políticos israelíes exigieron que una comisión gubernamental iniciara una investigación a mayor escala sobre los acontecimientos del 7 de octubre, algunos de los cuales criticaron la investigación por no responsabilizar a los altos funcionarios militares y de seguridad.
El líder de la oposición, Yair Lapid, afirmó que la investigación y el discurso del ministro de Seguridad, Yoav Gallant, "demuestran aún más la necesidad de una comisión estatal de investigación sobre los acontecimientos del 7 de octubre".
Gallant había señalado anteriormente la necesidad de una investigación amplia sobre los acontecimientos del 7 de octubre.
"El gobierno no puede seguir eludiendo su responsabilidad hacia los ciudadanos de Israel, las familias de los caídos y las familias de los rehenes", escribió Lapid en X.
Otro miembro del Knesset israelí y miembro del gobernante partido Likud, Tally Goltiv, criticó a los investigadores por centrarse en las tropas israelíes y sus acciones, en lugar de en los jefes del sistema de seguridad y militar israelí.
"Es una vergüenza que los altos mandos de las FDI publiquen una investigación sobre la conducta de nuestras fuerzas, que eran pocas en número y no tenían ninguna información [previa], contra 3.000 terroristas", escribió.
Fuente: Al Mayadeen