Para mantener su estatus como fuerza militar de clase mundial capaz de conducir y ganar una guerra contra China , el ejército estadounidense debe ajustar tres cosas, según The Economist . La primera son las propias fuerzas armadas, específicamente cómo y con qué combaten.

El segundo es la industria de defensa, que tiene que cambiar su foco hacia empresas más nuevas y creativas. El tercero es el menos comprendido y el que menos probabilidades tiene de cambiar, pero es fundamental para resolver todo lo demás: la "política clientelista" del gasto de defensa . 

El informe señala que en las líneas del frente en Ucrania , satélites y drones equipados con diversos sensores monitorean constantemente cada centímetro del campo de batalla, mientras que la inteligencia artificial (IA) analiza instantáneamente la información que recopilan.

Ahora es mucho más sencillo para ambos equipos detectar y atacar cualquier cosa que se mueva que en el pasado, y es por eso que las ofensivas masivas y tradicionales han logrado tan poco progreso.

Estados Unidos ha tenido un papel importante en estas transformaciones, ya que ayudó a las tropas ucranianas a desarrollar drones más potentes y menos costosos que los desplegados en Afganistán e Irak, así como una "cadena de muerte" impulsada por inteligencia artificial en la que se reconocen y se apunta a los objetivos. 

Las empresas estadounidenses también están a la vanguardia de esta situación , ya que visitan Ucrania periódicamente para evaluar el rendimiento de su armamento y realizar los ajustes necesarios.

Las tropas carecen del equipo y la formación necesarios para enfrentarse a un campo de batalla infestado de drones. Estados Unidos tarda años en adquirir armas que evolucionan mes tras mes. 

Por lo tanto, el Pentágono necesita "una revisión sistémica" de cómo interactúa, qué compra y cómo lo hace, según el informe.

Fuente: Al Mayadeen