Por Pablo Jofré Leal

El 51oni5m0 usa influencers y modelos para limpiar su imagen en redes

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La Hasbará (esclarecimiento en hebreo) es un método de propaganda y limpieza de imagen del régimen israelí que es usado profusamente, no sólo en los territorios palestinos ocupados que llaman Israel, sino que ya ampliado al conjunto del planeta.
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Sunday 27 de Jul.
El 51oni5m0 usa influencers y modelos para limpiar su imagen en redes

Es una estrategia de diplomacia pública, como lo definen los sionistas, que propugnan de esta manera, la necesidad de maquillar los crímenes que esa sociedad israelí comete contra diversos pueblos: el proceso de ocupación, colonización y exterminio del pueblo palestino, junto a sus agresiones contra países como El Líbano, Yemen, Irak, Siria y la República Islámica de Irán.

Esa Hasbará (1) tiene, como función principal, el llevar adelante la construcción y expresión de una narrativa falsa, desde el punto de vista histórico, político y hasta religioso, con pretensión global. Y en ello, no podía estar ausente en Chile donde la comunidad judía sionista chilena es una de las más fervientes defensoras de la entidad genocida israelí. Con amplia difusión con personajes de figuración pública que, sobre todo desde el 7 de octubre del 2023, tras la Operación de la Resistencia Palestina “Tormenta de Al-Aqsa”, tomaron el bastón del activismo sionista a toda máquina.

Y visualizo, en esa conducta provocadora, a la periodista chilena Patricia Politzer, como un ejemplo global de esta obsecuencia sionista, en la defensa de un ente genocida, que los presenta absolutamente carentes de un sentido mínimo de humanidad. Aunque su discurso esté plagado de ideas vacías como aquella respecto a que un judío sionista está en el mundo “para dejarlo un poquito mejor de lo que estaba cuando llegaste” como lo declara Politzer en una entrevista dada el martes 15 de julio a la Revista Ya. Un suplemento del Diario El Mercurio, nave insignia de la derecha política, ideológica y financiera chilena y generosamente al servicio de la comunidad judía sionista de Chile.

Leyenda

 

La Sra. Patricia Politzer Kerekes, es hija de inmigrantes europeos que arribaron a Chile antes de la Segunda Guerra Mundial: su padre el checo Coloman Politzer y su madre húngara Catalina Kerekes. Ambos, completamente ateos como lo señala la propia Sra. Politzer. Y he aquí un primer embrollo cuando este personaje, se define como judía, en defensa irrestricta de Israel y al mismo tiempo señala que “en mi familia sólo se respetaba la fiesta más importante del judaísmo, Yom Kipur porque mis padres eran completamente ateos” ¿Cómo entender el ateísmo con alguien que se autodenomina judía y con el marco de una religión como es el judaísmo?

Esa relación que establecen, calificándose de origen judío como identidad y la creencia religiosa que conlleva el ser judío, tiende a confundir, interesadamente, porque en el caso específico de la Sra. Patricia Politzer ella es chilena de origen, con padres europeos. ¿Por qué señalar entonces una génesis distinta al que claramente tiene? Esto es absolutamente ilógico, aunque sostenga la Sra. Politzer que existe una conexión o la apreciación de ciertos valores éticos y filosóficos del judaísmo que se han convertido en una especie de carta de presentación.  Llegando al extremo de sostener, la Sra. Politzer, que ella es practicante de un “judaísmo laico y cultural”.

No ahondaré en este tema del cómo se autoperciben aquellos que se consideran de origen judío, negando con ello su propio lugar de nacimiento, generando un cuento que encubre sus ambiciones de ocupar y colonizar una tierra ajena. En esta sesión periodística, a la mencionada Revista chilena, muy similar en preguntas y respuestas a aquella que otorgó al medio español El País (2) el 22 de junio de 2024, sin apenas cambiar el fondo de su defensa de Israel.

La Sra. Politzer Kerekes reitera, como lo hace habitualmente que, el ataque de la resistencia palestina en octubre de 2023 sacudió a las comunidades judío-sionistas, sin hacer referencia alguna a más de siete décadas de crímenes de Israel contra Palestina, precisamente de esa sociedad judía sionista que tanto defiende y se siente identificada. Un Israel que nace a la vida internacional el 14 de mayo de 1948. Una etnocracia, uan supuesta democracia fundamentalista definida desde el año 2018 como el estado nación judío de Israel donde se establece como ley que el derecho a ejercer la autodeterminación nacional en Israel es “exclusivo del pueblo judío” (3)

Para la Sra. Politzer no hay palabras de condena a los crímenes del régimen civil militar israelí. No menciona en modo alguno la palabra genocidio. Los conceptos de infanticidio o feminicidio (donde efectivamente se asesina mujeres por su condición de mujeres, principalmente embarazadas y aquellas en edad fértil) están ausentes de sus elucubraciones, donde resalta ese victimismo crónico de aquellos que se denominan personas de “origen judío”. Un victimismo vergonzoso, catalizado en forma cómplice por la periodista de El Mercurio, una relacionadora pública más que una profesional inquisitiva.

Seis carillas regladas para la Hasbará de la Sra. Politzer, con una generosidad que jamás se ha entregado a las verdaderas víctimas del mayor holocausto que tenga la historia de los últimos 80 años. Seis carillas para explayarse con relato lacrimógeno que cansa e indigna. Una sesión que además parece una sesión de modelaje de obscena inhumanidad. Un lavado de imagen evidente de su persona y de Israel.

Una entrevista con libertad absoluta para dar a conocer el crónico victimismo de los judíos sionistas. Esto, bajo la como la consabida argumentación de antisemitismo, que es la muletilla constante para tratar de explicarse porque hoy están en el centro de las denuncias y la indignación mundial frente a las decenas de miles de asesinatos, principalmente mujeres y niños que la sociedad israelí lleva a cabo contra el pueblo palestino.

“Hoy no puedo dejar de gritar contra el antisemitismo” afirma la citada profesional chilena. Pero, no existe palabra alguna o un grito igualmente de desgarrador que exija el fin del genocidio del pueblo semita palestino que, su admirada sociedad israelí, con el ejército ocupante y SS – soldados sionistas – junto a los colonos extranjeros llevan a cabo contra el pueblo palestino.

Se pregunta la Sra. Politzer en parte de la entrevista que “el punto del antisemitismo es ¿qué responsabilidad tienen los judíos en Chile con lo que está pasando en Gaza?” Posteriormente señala que ella es sionista porque cree en el derecho de Israel a existir. “Eso es el sionismo, no otra cosa y hay sionistas que somos de izquierda, hay sionistas de centro y hay sionistas fascistas como Netanyahu”.

Ante lo descrito: la responsabilidad que tienen los creyentes judíos y no creyentes que adscriben a esa idea peregrina del origen judío es enorme si la condena total al régimen nazisionista israelí es inexistente. Son garantes de un ente criminal si el fin del genocidio no está en sus palabras. Son avales si el derecho de palestina a sus territorios y la recuperación de todo aquellos que ha sido usurpado no es parte de su discurso.

Aquello respecto a que “los judíos estamos para mejorar el mundo” es pura palabrería, insulsa y vergonzosa si no existen denuncias y exigencias de demoler el muro que rodea Cisjordania y Gaza. Puro relato inconducente si acaso aquellos, que se definen como judíos de izquierda – que es el caso de la Sra. Politzer – no exige el retorno de los refugiados, el fin de los asentamientos ilegales y violadores de todos los derechos humanos del pueblo palestino.

Si lo mencionado no es parte de los documentos públicos que emite la comunidad judía sionista chilena entonces son responsables y avales, por tanto, cómplices del exterminio del pueblo palestino. No están para mejorar el mundo, sino que acrecentar los crímenes de guerra y lesa humanidad, de incrementar las acciones genocidas que suman – sólo en los últimos 21 meses – 60 mil asesinados directos, entre ellos el 70% de mujeres y niños.150 mil heridos.  La destrucción de gran parte de los hospitales, escuelas, universidades, mezquitas, iglesias cristianas, infraestructura de servicios básicos de la Franja de Gaza.

La Sra. Politzer y la comunidad judía sionista que la acoge justifican la consolidación de los campos de concentración de Gaza y Cisjordania, la demolición de viviendas, el desplazamiento de la población, la violación de prisioneros, de mujeres. El asesinato de periodistas, equipos médicos. Si la mudez acompaña la política de matar de hambre a la población de Gaza entonces ni la “prestigiosa” periodista ni su comunidad judía sionista deben escapar del juicio de la historia. Así se quede sin amigos ni el regazo de una izquierda chilena que deja mucho que desear en militantes, parlamentarios y líderes de opinión que son parte de la protección política del nacionalsionismo israelí.

Respecto a eso de denominarse sionista y adjudicarlo a un derecho a existir de la entidad israelí que nace el año 1948 me permito decirle a la Sra. Politzer que eso no es ser sionista. Ser sionista es adscribirse a una ideología que propugna un proyecto colonial. Una visión de mundo racista, supremacista. Una ideología que ha utilizado la religión judía para ser parte de un proyecto hegemónico junto a sus socios occidentales. Israel es la punta de lanza de occidente en Asia occidental, el testaferro sangriento. En ocasiones perro lazarillo y en otras el ciego. No es un derecho a existir pues, ese supuesto derecho, ha sido a costa de las vidas y el territorio palestino.

 

Los sionistas, creyentes o no judíos jamás le exigieron a esa Alemania – la sociedad que generó el holocausto de los europeos de creencia judía - que les fuera otorgado, a los sobrevivientes y familias de las víctimas de los crímenes cometidos por el Tercer Reich, un pedazo de territorio en la Alemania derrotada por los aliados. No se exigió instalar allí ese supuesto hogar tejido de mitología. En cambio, se le arrebata a un pueblo como el palestino, que nada tuvo que ver con esa guerra europea. Son ustedes responsables de la muerte de miles de niños y mujeres y llevaran sobre su conciencia, si es que ella es algo real, ese exterminio de un pueblo pacífico como es el pueblo semita palestino.

Una tierra usurpada, destruida en aras de proyectos coloniales, que nada tienen que ver con religión, sino que apetitos territoriales alienados con intereses centrados en las riquezas energéticas de la región de Asia Occidental como es el petróleo, el gas, junto a oleoductos y gasoductos. A lo mencionado hay que unir los pasos marítimos de interés estratégico global como es el estrecho de Ormuz, Bab el-Mandeb, el canal de Suez y los proyectos encaminados a buscar rutas alternativas a ese canal como es el llamado proyecto Canal ben Gurion. Un proyecto occidental que uniría el Golfo de Aqaba con el Mediterráneo y donde el control de la Franja de Gaza explica en parte, los ataques permanentes contra ese enclave palestino.

 

Con Gaza arrasada, piensan los judíos sionistas, el canal podría pasar directamente por el centro del territorio. Eso, ni remotamente está en las 6 carillas que el medio periodístico le regala a la Sra. Politzer. La Sra. Politzer en las páginas donde, a la par de un relato ya conocido, se visualiza una mujer que modela esa narrativa desde la imagen fotografiada de una “profesional que deja entra a la entrevistadora a la placidez de su acomodado hogar vestida para un desfile de ideas inaceptables”. Una mujer parte de la casta, de la elite chilena”. Largas 6 carillas para explayarse en su tristeza por el supuesto antisemitismo que siente en Chile y el mundo.

El abandono de aquellos amigos que, con toda lógica, no desean estar cerca de una mujer que se declara activista sionista con lo que ello implica en materia de avalar los crímenes contra el pueblo palestino, aunque sostenga que le causa horror, tanta muerte.

Una mujer que además aprovecha de lanzar sus dardos contra el presidente chileno Gabriel Boric a quien critica al sostener “tenemos un presidente de izquierda que se niega a recibir a la comunidad judía. Es la única vez que esto ocurre en la historia de Chile…A mi juicio él ha tenido una actitud antisemita antes del 7 de octubre cuando no recibió al embajador de Israel, cuando siendo parlamentario, le hizo un desaire a la comunidad judía, que le llevaba un regalo por una festividad judía…a la comunidad judía le produce una enorme sensación de maltrato, humillación y abandono”.

Me parece que esos gestos del presidente Boric eran fundamentales. Necesarios, pues no podemos seguir siendo serviles ante los criminales. Esto no tiene que ver con diplomacia, sino con dignidad y apoyo a quienes están siendo masacrados por la sociedad israelí. Más aún, las acciones deben ser mayores como es expulsar a es embajador y el que venga. Romper todo tipo de relaciones con una entidad criminal, con un régimen cuya máxima autoridad está siendo perseguida por crímenes de guerra y lesa humanidad.

Exigir cuentas a aquellos chilenos que sirven en las filas de un ejército sionista que extermina, que sodomiza prisioneros, que demuele viviendas, que desplaza a la población. No se puede ser complaciente con una comunidad judía sionista chilena que se comporta con absoluta incondicionalidad y complicidad con los genocidas.

 

Politzer nos ofrece el victimismo usual expresado por los judíos sionistas, cualquiera sea su origen nacional: nadie nos quiere, nos persiguen, no reciben nuestros regalos, no reciben las credenciales del embajador de Israel. ¿Y que esperan estos personajes? Que reciban a representantes de un régimen genocida, que reciban un tarro de miel de aquellos que tienen más fidelidad con Israel que con el país que los vio nacer. Que más reclaman aquellos que realizan su servicio militar en un ejército extranjero, ocupante y criminal. Resultan vulgares esas criticas de una mujer que se ha disfrazado todos estos años de un ropaje ideológico, que es desmentido por su conducta y sus palabras de apoyo a una sociedad de extremistas, ocupantes y colonos como es Israel.

Como creer en las palabras de una mujer, autodefinida como de izquierda, que declara a la mencionada revista derechista que “ser judío en mi casa significaba ser una persona íntegra, que respeta al prójimo, que no miente, que no roba. Son los valores del humanismo. No puedes matar al prójimo, no puedes robarle al prójimo, tienes que cuidar al prójimo, la solidaridad no es una opción, es una obligación. Eso está en mi leche materna y eso valores están, en mi caso, dados por la pertenencia al pueblo judío”.

Pues no, no existe un pueblo judío, existe una religión judía. No puede usted Sra. Politzer, hablar de respeto al prójimo si a ese otro: mujer, hombre, niño son asesinados por miles de las formas más crueles. No hable de no matar al prójimo si esa sociedad que usted adora lo realiza día a día durante 77 años. No hable de que su condición de judía le impide robar cuando eso es lo que ha hecho esa entidad que se define legalmente como Estado nación judío de Israel, al cual usted Sra. Politzer admira.

Esos valores que usted menciona ya no son parte de una leche materna que se ha cortado. Y, la pertenencia a lo que usted llama judío debe ser denunciado en virtud de lo que se ha hecho en nombre de ese judaísmo. Sus lágrimas no significan nada, Únase a aquellos cientos de miles de creyentes judíos que gritan “en mi nombre no”.

No deje de gritar como expresa en el título de la obsequiosa oportunidad que le dieron de repetir sus ideas, pero el grito debe ser “No al sionismo genocida y criminal”. Mientras usted no condene el genocidio, mientras no diga en voz alta, sin victimismo y llanto fingido “en mi nombre no” usted seguirá siendo criticada. Y eso, para que no siga con esa monserga absurda, en modo alguno es antisemitismo porque en todo este proceso de crímenes contra el pueblo palestino el único semita es precisamente el pueblo palestino.

Pablo Jofré Leal

Periodista. Analista Internacional

Articulo Para Hispantv.

  1. Para el centro de estudios Molad la Estructura de la Hasbará tiene un “Departamento en la Oficina del primer ministro la cual es responsable de las acciones que se realizan en Israel referentes al tema y a su vez que actúa como portavoz. Con la labor de trabajar con medios israelíes, portavoces, organizaciones e individuos proisraelíes en todo el mundo, así como la operación de todos los sitios web y redes sociales. La estructura de la Hasbará cuenta con dos brazos paralelos: La Sede Nacional de Hasbará y la unidad de comunicaciones y portavocía. La primera coordina la política unificada de la Hasbará y los mensajes para los portavoces oficiales de Israel. Están bajo sus auspicios: el asesor de comunicaciones árabe del primer ministro, el departamento de Internet y nuevos medios, y todos los coordinadores de campo de políticas relacionadas, tanto militares como civiles. En contactos con todos sus apoyos a nivel mundial. Coordina estos órganos para promover los objetivos, las narrativas y las posturas israelíes. Por su parte, El Foro Nacional de Hasbará, funciona bajo el auspicio de la Sede Nacional de Hasbará y determina la política de la narrativa en Israel en cuestiones nacionales y exteriores. Incluye agentes de la Hasbará y portavoces oficiales israelíes tanto a nivel local como en el extranjero que se adhieren a las posiciones, mensajes, reacciones y comentarios sincronizados producidos por el Foro. https://www.molad.org/images/upload/files/49381451033828.pdf La Hasbará sionista, la historia falsificada de una entidad que sólo tiene 77 años de vida pretende hacer creer que lo que llaman Israel y su base ideológica (sionismo) es una sociedad semita y, por tanto, toda crítica al sionismo y su política de ocupación, colonización y genocidio es calificada como antisemita y antijudía
  2. https://elpais.com/chile/2024-06-22/patricia-politzer-me-preocupa-la-falta-empatia-del-presidente-boric-con-la-comunidad-judia-no-calibra-nuestro-miedo.html
  3. https://www.vox.com/world/2018/7/31/17623978/israel-jewish-nation-state-law-bill-explained-apartheid-netanyahu-democracy

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