Por: Marzieh Hashemi *
Jamás en la historia de la humanidad hemos presenciado un genocidio en tiempo real como el que hoy estamos viendo desarrollarse en Gaza.
Hemos visto a personas ser asesinadas por francotiradores, hospitales arrasados por excavadoras, refugiados calcinados vivos en tiendas de campaña, una población entera sometida al hambre... todo esto, ante nuestros ojos, a través de las pantallas.
Gran parte de lo que hoy presenciamos es gracias al compromiso incansable y valiente de los periodistas palestinos en Gaza, quienes saben que pueden ser asesinados en cualquier momento por el régimen, y aun así, continúan mostrándonos la cruda realidad sobre el terreno.
Es un trabajo extremadamente difícil, sin embargo, la retransmisión de videos y las coberturas en directo han logrado, por fin, cambiar la narrativa global sobre Palestina y su ocupación.
Antes de esta última fase del genocidio, sin importar la brutalidad o la opresión que sufriera el pueblo palestino, la respuesta solía ser: “Israel tiene derecho a defenderse” o “los israelíes no tienen otra opción ante los misiles de HAMAS que llueven sobre su población inocente”.
Pero ahora, el mayor temor del régimen israelí se está materializando. Los sionistas están perdiendo el control del relato. La verdad ha comenzado a filtrarse, crimen de guerra tras crimen de guerra. Personas de todo el mundo están despertando y muchas ya no creen en la versión propagandística de los hechos.
El régimen, que asesina niños, trató de evitar esta pérdida de control. Desde el inicio de esta nueva etapa de guerra genocida contra el pueblo palestino, Israel prohibió el ingreso de periodistas internacionales a Gaza. La excusa fue la “seguridad de los periodistas”, pero la verdadera razón es que no quieren que el mundo vea lo que realmente está ocurriendo.
Así, la responsabilidad de informar sobre la situación cayó casi por completo sobre los hombros de los periodistas palestinos, a quienes el régimen israelí intenta controlar, desacreditar o silenciar sistemáticamente.
Por ello, el asesinato deliberado de periodistas palestinos ha sido despiadado y se ha intensificado con el tiempo.
Los asesinatos a sangre fría de periodistas en Gaza han alcanzado niveles sin precedentes. Nunca antes se había atacado a periodistas de esta manera.
Al momento de escribir este artículo, 242 periodistas han sido asesinados en Gaza, incluyendo cinco solo la noche del domingo pasado. Una tienda de campaña que albergaba a periodistas de Al Jazeera fue deliberadamente atacada por el régimen, matando a los cinco miembros del equipo. Israel asumió la responsabilidad, alegando que se trataba de una “célula de HAMAS”.
Este es el actuar de un régimen al que las potencias occidentales han concedido impunidad. Israel no es sancionado por asesinar bebés en incubadoras. Ni siquiera se le responsabiliza por matar de hambre a toda una población. No se le exige rendir cuentas en absoluto.
En los últimos 22 meses hemos visto cómo el objetivo de los ataques se ha extendido a periodistas en otras regiones: en la Cisjordania ocupada, en el Líbano, e incluso en Irán, donde fue bombardeado el edificio principal de la radiodifusión nacional IRIB, dejando tres muertos.
¿Por qué? Porque pueden. Porque no se les exige responsabilidad. Si hay alguna condena, no pasa de ser retórica diplomática sin consecuencias reales para frenar estas acciones ilegales.
Por ello, el aparato político occidental y sus medios de comunicación corporativos son totalmente cómplices del genocidio de Israel en Gaza. Un día después del asesinato del periodista de Al Jazeera, Anas al-Sharif, muchos medios occidentales —como BBC, Reuters y Fox News— repitieron las acusaciones israelíes de que Anas era jefe de una célula terrorista de HAMAS o que en algún momento trabajó para su oficina de medios.
En lugar de indignarse por el asesinato de un colega periodista, BBC —que presume de ser la mayor emisora del mundo— se limitó a repetir la propaganda israelí.
Esa es la razón por la que 238 periodistas han sido asesinados en Gaza en los últimos 22 meses, mientras que sus colegas en los países occidentales no han hecho nada al respecto. Por el contrario, muchos amplifican las mentiras del régimen sionista. Estos llamados periodistas siguen fielmente la línea oficial impuesta por Israel.
¿Por qué BBC, Reuters, The New York Times u otros medios no han denunciado que Israel les impide enviar periodistas a Gaza?
¿Por qué demonizar al mensajero recién asesinado, a menos que ustedes también, como el régimen israelí, quieran impedir que se conozca el mensaje?
¿Acaso la revelación de la verdadera narrativa sobre Palestina e Israel también les resulta fatal? Todos ustedes son cómplices del genocidio, y sus intentos de silenciar la verdad llegan demasiado tarde: demasiadas personas han despertado.
La narrativa ha cambiado. Cada vez más gente comprende que Palestina no era una “tierra sin pueblo”, como se les enseñó, ni los palestinos aceptaron que les arrebataran su tierra.
Hubo una Nakba —una catástrofe— que jamás terminó, y todos los actores cómplices están siendo expuestos, mientras el mundo despierta y rechaza el genocidio y a quienes lo sostienen.
* Marzieh Hashemi es una periodista nacida en Estados Unidos, residente en Irán, comentarista y cineasta documental.