El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenó el despliegue de 15.000 soldados en la frontera con Colombia en una medida decisiva para defender a la nación ante lo que describió como crecientes amenazas de Washington.
La decisión del martes sigue al provocativo envío de al menos tres buques de guerra estadounidenses con más de 4.000 marines y marineros a aguas del Caribe bajo el pretexto de combatir a los cárteles de la droga.
En un discurso televisado, Maduro dejó en claro que Venezuela no se doblegará ante la presión extranjera, declarando que la mayor fortaleza del país reside en la voluntad colectiva de su pueblo y sus instituciones: "un elemento clave de la fuerza nacional es la unidad del pueblo, el ejército y la policía".
Junto a las tropas, el gobierno ha activado drones, barcos, aviones y ampliado la Milicia Bolivariana, con 4,5 millones de integrantes ya movilizados en defensa de la soberanía nacional.
La campaña estadounidense se ha centrado cada vez más en Venezuela bajo el lema de la "lucha contra el narcotráfico".
A principios de este año, el secretario de Estado Marco Rubio anunció la designación de varios cárteles de la droga como grupos terroristas globales, añadiendo el Cártel de los Soles de Venezuela a la lista en julio, una medida ampliamente vista en Caracas como parte de la agenda de cambio de régimen de Washington .
Maduro condenó el papel de Rubio en fomentar la hostilidad y advirtió: "Lamentablemente, este señor [Rubio], con su locura y extremismo, podría llevar al presidente Donald Trump al peor escenario posible en América Latina y el Caribe. Saldremos victoriosos de esta situación".
Las amenazas de Estados Unidos no han hecho más que intensificarse. El 19 de agosto, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró que Trump estaba dispuesto a utilizar "todos los recursos del poder estadounidense" contra Venezuela, incluyendo la posibilidad de una operación militar directa.
A principios de este mes, la fiscal general Pam Bondi llegó al punto de ofrecer una recompensa de 50 millones de dólares por el presidente Maduro, acusándolo sin pruebas de liderar el llamado Cártel de los Soles, una acusación que Caracas rechaza por considerarla motivada políticamente.
Para Venezuela, estas medidas confirman las antiguas sospechas de que el verdadero objetivo de Washington no es combatir el narcotráfico, sino quebrantar la independencia del país. El gobierno de Maduro insiste en que no permitirá que la agresión imperialista dicte su futuro.
Fuente: Al Mayadeen