La imagen de Javier Milei posando para la foto mientras exhibía la reproducción impresa de un posteo de Donald Trump se convirtió ya en un símbolo de la época. Resume el estado de necesidad al que llegó el gobierno argentino. No quedó otra opción que anunciar un salvataje financiero en el último metro antes del precipicio. Trump sostuvo en ese mensaje, difundido desde su red social Truth, que Milei contaba con su “respaldo completo y total” para buscar la “reelección como presidente”.
Principal espacio opositor, fortalecido tras el triunfo electoral del 7 de septiembre, el peronismo podría haberse limitado a bromear por el gesto liviano y falto de orgullo de exhibir un simple tuit como una resolución ejecutiva, algo concreto y en vigencia. Pero el peronismo tomó todo el combo con seriedad, prudencia y preocupación, aunque sin ahorrar las críticas. El anunciado paquete de rescate del Tesoro norteamericano, omnipresente en declaraciones, posteos y proyecciones del mercado, mantiene aún muchas incógnitas.
Uno de los protagonistas centrales del peronismo, el gobernador bonaerense Axel Kicillof, se involucrará de lleno en el debate sobre la asistencia norteamericana. Será mañana, en una conferencia de prensa. Kicillof estuvo el miércoles en Nueva York para participar de la segunda edición del foro En defensa de la democracia: combatiendo el extremismo y, también, para hablar en un homenaje al fallecido José “Pepe” Mujica, iniciativa en la que fue clave el jefe de Estado brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. A su regreso, el mandatario bonaerense se encargó de denunciar una noticia falsa que lo involucraba. Le atribuyeron la compra de un Iphone en NY. Lo más importante, de todos modos, ocurrirá mañana. Según pudo saber Tiempo, Kicillof se pronunciará sobre el anuncio del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent; sobre sus implicancias y condicionalidades, con la escasa información disponible.
Con relación al stand-by que podría recibir la Argentina, el peronismo -dicho esto en un sentido amplio, porque esta postura recorre a todas sus vertientes- tiene por estas horas una gran incógnita: ¿cuál será la garantía de repago que buscará imponer la Casa Blanca? ¿Qué activo u operación de intercambio solicitará el Tesoro para los próximos años, para hacer efectiva la asistencia declamada? Economistas especializados en la actividad financiera pero también exdiplomáticos que conocen los entresijos de la relación con Washington analizaron el panorama desde la cosmovisión del PJ. El antecedente de la ayuda financiera a México, tan citado en los últimos días, no tardó en aparecer. El economista Arnaldo Bocco, extitular del Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice) y exintegrante del directorio del BCRA durante dos mandatos, planteó en primer lugar que Argentina tendrá “una condicionalidad fuerte” por parte de la administración republicana. “Mi impresión -dijo a Tiempo– es que Estados Unidos puede pretender activos físicos, como la cesión de una parte del paquete accionario de una empresa estatal. O también que EEUU (empresas de ese origen) participe como oferente privilegiado en algunas licitaciones de venta de empresas del Estado.” Bocco, además, no descartó que la propuesta del Tesoro sea fijar como garantía para el corto y mediano plazo “una parte de los fondos que provengan de las exportaciones de Vaca Muerta”.
El antecedente azteca de mediados de la década de 1990, con Bill Clinton en la Casa Blanca, tenía a los ingresos obtenidos por petrolera estatal Pemex (Petróleos Mexicanos) en una suerte de ‘prenda’.
La imposición de una garantía, por otro lado, resultaría casi lógica desde los intereses norteamericanos, en particular por el (cambiante) historial económico del país. Bocco, desde hace unos años consultor en finanzas, no eludió esta cuestión. “A la Argentina seguramente le van a pedir una garantía y esa garantía va a apuntar a asegurarse la disponibilidad de cierta cantidad de dólares. Porque si a esos dólares no se los prenda en función de una operación de estas características, Argentina se los consume en importaciones, en pagos de dividendos a las empresas internacionales, en pago de otras deudas, o también en fuga de capitales por parte de los tenedores de bonos con cuentas en el Exterior”, señaló a este diario. Y recordó que el swap en cuestión puede consistir en un intercambio de bonos por dólares, de pesos por dólares o de otra clase de bienes por dólares.
La urgencia que obligó a pedir ayuda al elenco integrado por Luis Caputo y el viceministro José Luis Daza (de origen chileno, muy cercano a Bessent, con quien compartió inversiones financieras) es la curva de vencimientos de este año y principios del próximo. En lo que resta de 2025 el país debe cancelar deuda por 4000 millones de dólares mientras que en 2026 vencen otros 17.000 millones. En la gestión del salvataje, se sabe, también tuvo un rol el asesor Santiago Caputo, que apeló a oficios y contactos del empresario Leonardo Scatturice, exespía y representante del foro trumpista Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC).
Frente a un cronograma tan complejo, Bocco advirtió sobre los riesgos de sumarle mala praxis en las medidas implementadas desde el Palacio de Hacienda. “Con las políticas que fue siguiendo en los días posteriores (por el veloz final de las retenciones cero y el regreso de las restricciones para comprar divisas) el gobierno quemó el beneficio del convenio con EE UU, el respiro que le daba ante la ausencia virtual o total de dólares para hacer frente a los vencimientos”, subrayó el economista en diálogo con este diario.
En tren de advertencias, el excanciller Rafael Bielsa llamó al peronismo, en su carácter de principal fuerza opositora, a estudiar con detenimiento el acuerdo monetario; a conocer en detalle lo que termine resultando, más allá de los primeros tuits y frases públicas. Propuso esa actitud “antes de emitir posiciones vociferantes, con abundancia de adjetivos y descalificaciones”.
Bielsa, abogado especializado en Derecho Constitucional, consideró que el potencial swap con el Tesoro “no sería tan malo si no fuera que está destinado a cosas a las que preferiríamos que no se destine”. “Se puede resumir el paquete como un conjunto de grilletes para inmovilizar la voracidad financiera exacerbada de Argentina. ¿Eso es malo? No necesariamente sólo porque beneficie y haya sido otorgado a La Libertad Avanza. Hay otros interrogantes. ¿Mirará (el swap del Tesoro) a todos los argentinos o sólo a los pesos pesados, a la apropiación financiera o a la actividad productiva? ¿Será institucional o sectorial?”, se preguntó al ser consultado por Tiempo. Luego se refirió a las posibles condicionalidades y allí no mostró dudas: “Aunque no las conozcamos en profundidad, dado que son potenciales, afectarán a todos, a unos más y otros menos, y por tanto afectarán a un eventual (próximo) gobierno”.
Fuente: TiempoAR