Mileikowsky (Netanyahu) acorralado legalmente… ¿Seguirá refugiado en la gu3rr4?

Mileikowsky (Netanyahu) acorralado legalmente… ¿Seguirá refugiado en la gu3rr4?

La vida actual de Benjamin Netanyahu, Primer Ministro de los Territorios Ocupados, se asemeja a una nueva temporada de una serie de televisión que podría titularse «Evasión de la responsabilidad».
Annur TV
Friday 21 de Nov.
Mileikowsky (Netanyahu) acorralado legalmente… ¿Seguirá refugiado en la gu3rr4?

En este artículo de Pars Today, analizamos los recientes desafíos y dilemas de Netanyahu. Si bien este líder judío no puede escapar a la presión pública, a la densa sombra de los casos de corrupción, ni siquiera a las críticas de sus antiguos aliados, continúa lanzando amenazas contra Irán y Hamás con una seguridad en sí mismo asombrosa.

Pero, ¿qué pretenden ocultar estas grandilocuentes amenazas? ¿Acaso Netanyahu teme el inminente momento de rendir cuentas?

¿Tiene Netanyahu miedo al inminente momento del ajuste de cuentas?

Tráfico de casos pesados

Los casos de corrupción han perseguido a Netanyahu como una sombra que lo persigue desde la mañana hasta la noche durante años. Los conocidos casos “1000” y “4000”, junto con una serie de cargos por soborno, fraude y abuso de confianza, han entrado en una fase crítica. La presencia de Netanyahu en las sesiones judiciales de tres días y sus confrontaciones con testigos clave indican que la era de las “retrasos y evasivas de última hora” está llegando a su fin.

La situación ha llegado a tal punto que, en un intento por normalizar la aceptación de regalos, incluso involucró al Fiscal General y al jefe del Mossad, alegando que ellos también recibieron “regalos” similares. Esta maniobra se asemeja a la excusa infantil de culpar a los amigos para evitar la ira de los padres y, en cualquier caso, difícilmente puede considerarse una defensa legal seria.

Los casos de corrupción han perseguido a Netanyahu como una sombra durante años.

La persistencia de Trump, el guiño de Herzog

La situación se tornó aún más cómica cuando el presidente estadounidense Donald Trump, siempre bromista, intervino personalmente como si fuera un abogado improvisado y escribió una carta oficial para sacar a su viejo amigo del apuro. Como de costumbre, Trump calificó todo de «político» e «injusto», y le pidió a Isaac Herzog, presidente del régimen israelí, que le concediera el indulto total a Netanyahu. Por supuesto, recibió una respuesta: «Se mantiene el respeto mutuo, pero primero el acusado o su familia deben solicitar formalmente el indulto».

Trump le escribió una carta a Herzog como un abogado, intentando salvar a Netanyahu.

No cabe duda de que Trump no esperaba tal respuesta de Herzog y probablemente estuvo dando vueltas por la Casa Blanca hasta altas horas de la noche, preguntándose si también podría imponer aranceles al régimen israelí. Curiosamente, los medios israelíes analizaron la misma carta como prueba de la ansiedad de Netanyahu, ya que, por lo general, solo quien teme realmente una condena solicita un indulto.

¿Podrían imponerse también sanciones arancelarias al régimen israelí?

El comodín de Oriente Medio

En medio de estas presiones, Netanyahu sigue insistiendo en que la guerra contra Gaza debe continuar, que Hamás debe ser desarmado y que la amenaza de Irán persiste. Estas afirmaciones son similares a las que Adolf Hitler, el dictador alemán, pronunció en su momento sobre los pueblos a los que ahora Netanyahu ataca. A pesar de las diferencias externas, parece que los temperamentos y comportamientos de los dictadores de todo el mundo comparten sorprendentes similitudes.

Parece que el temperamento de los dictadores es extrañamente similar en todas partes.

Netanyahu, por supuesto, no menciona que la guerra de dos años contra Gaza fracasó en todos sus objetivos declarados, lo que finalmente los obligó a aceptar un intercambio de prisioneros. Incluso la formación de una comisión investigadora sobre los sucesos del 7 de octubre se está llevando a cabo de forma débil y bajo su control; una medida que sus opositores consideran un mero intento de eludir su responsabilidad.

La calma antes de la tormenta

El último drama político en Tel Aviv se desarrolló cuando el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución propuesta por Estados Unidos sobre Gaza. Como de costumbre, el régimen fingió que se trataba de una victoria histórica, incluso haciendo referencia con entusiasmo a la “Delegación de Paz” de Trump y a su plan de 20 puntos. Pero dentro de los territorios ocupados, el ambiente dista mucho de ser tranquilo. Las disputas dentro del gabinete sobre la “solución de dos Estados” han alcanzado su punto álgido, hasta el punto de que los aliados más radicales de Netanyahu han amenazado con que incluso el más mínimo gesto hacia un Estado palestino provocaría la caída de su gobierno.

Avigdor Lieberman, líder del partido nacionalista de extrema derecha israelí, afirmó rotundamente que esta decisión representa un “retorno a la era de la tutela” y demuestra que se ha perdido el control. Cuando la disidencia surge dentro de la propia extrema derecha, es señal de que la situación es tan caótica que incluso los aliados de ayer se han unido a las filas de los críticos.

Avigdor Lieberman, líder del partido nacionalista de extrema derecha de Israel

Mientras tanto, la creciente violencia de los colonos en Cisjordania se ha vuelto tan flagrante que incluso Netanyahu se ha visto obligado a adoptar una postura conciliadora e insistir: «Apoyamos y respetamos la ley». Por supuesto, nadie explica por qué, durante años, esta misma ley no ha sido más que una sugerencia moral para una parte significativa de los colonos. Las estadísticas oficiales de las agencias internas israelíes muestran que las acciones legales contra estos crímenes son prácticamente inexistentes, una situación con un único resultado claro: una profunda crisis de legitimidad.

En conjunto, estos acontecimientos indican que el régimen israelí se enfrenta a una profunda crisis estructural de múltiples capas. En medio de todo esto, Netanyahu sigue empeñado en hacerse el héroe: un héroe que acude a los tribunales a diario, discute con sus aliados, teme a los extremistas y, al mismo tiempo, finge tenerlo todo bajo control. Lo único que no controla son las realidades sobre el terreno… y, por supuesto, el tiempo.

Fuente: Parstoday


Comparti esta nota

Comparti esta nota

Copyright (c) 2025 AnnurTV. Todos los derechos reservados.