Hay lugares en el mundo que parecen haber sido elegidos especialmente para desplegar la belleza
de la naturaleza. Paisajes cautivantes y culturas maravillosas vuelven enorme a cualquier
superficie por más pequeña que sea.
Con poco más de 10km2, (la mitad de Tucumán, nuestra provincia más pequeña) la República del
Líbano está ubicada al noreste de Siria, a orillas del Mar Mediterráneo, y desde el siglo XVI ha sido
cuna de las civilizaciones fenicia, asiria, griega, romana, europea y árabe.
Esta diversidad cultural explica las particularidades de sus principales ciudades: Beirut, Baalbek,
Biblos, Jaita y la región de Shuf, destinos clave para cualquier turista que desee conocer este
hermoso país.
Beirut: mucho más que una ciudad capital
Llena de lujos y excentricidades es el ave fénix de Medio Oriente, destruida y reconstruida tras
múltiples guerras civiles e invasiones extranjeras. Es el hogar de 1.8 millones de habitantes de
diversos orígenes, algunos tan ilustres como el escritor y poeta Khalil Gibrán y la cantante Fairuz.
Baalbek: Un viaje al pasado
Ciudad mítica si las hay, este sitio nos permite reconstruir la historia de las culturas helenística,
romana y bizantina, camufladas con el legado árabe islámico presente en cada ladrillo.
Actualmente sus ruinas, además de ser un centro turístico por excelencia, son el escenario del
Festival de Baalbek, cuyo programa consta de un conjunto de espectáculos teatrales, ópera lírica y
conciertos de música clásica, que sumergen a los espectadores en la magia ancestral de la cultura
libanesa.
Biblos: La primera ciudad habitada
Situada al norte del país, fue la primera ciudad fenicia, y hoy en día es ampliamente conocida
como la más antigua habitada. Este fascinante lugar aglomera las ruinas de una cultura ancestral
con un moderno puerto adornado con bares y restaurants, los cuales constituyen un gran atractivo
turístico.
Jaita: La elegida
Es uno de los lugares más increíbles y alucinantes que el Líbano puede ofrecer. La prueba misma
de la generosidad y grandeza de la naturaleza. Algo así como un cristalino río subterráneo, que
abastece de agua potable a más de 1 millón de libaneses en el interior de una montaña. En su
interior deslumbran múltiples estalactitas de al menos 120 metros de altura (las más grandes del
mundo), rodeadas de pasarelas y escaleras de piedra que permiten a los visitantes recorrerla sin
alterar su maravilloso paisaje natural.
Región de Shuf: Todo para ver
Esta histórica región es parte, como muchas otras, del Monte Líbano. Situado al sureste del país,
este pequeño pueblo lleno de pasillos de roca que suben y bajan, lleva impreso en cada recoveco
las leyendas de un pasado muy lejano. Se trata de un paisaje diferente a otros en el mismo país,
con jardines llenos de frutas y verduras en cada vivienda, y valles frondosos al costado de los
caminos.
Dicen que su nombre, proviene de la palabra en árabe shuf, que significa ?mirar? por lo variado y
colorido de su paisaje.