20 de mayo de 1520: se produce la Matanza de Tóxcatl
20 de mayo de 1520: se produce la Matanza de Tóxcatl
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Friday 19 de May.
La matanza de ?tóxcatl? (es el quinto mes del calendario náhuatl) o mejor conocido como la matanza del templo mayor, ha sido una de las evocaciones más lamentables que laceró el pueblo azteca, con fecha del 20 de mayo de 1520 y principio del quinto mes del calendario náhuatl. Este episodio estuvo dirigido por el capitán Don Pedro de Alvarado, apodado como ?Tonatiuh" (nombre que le asignaron los mexicanos, lo cual quiere decir el sol), mientras que Hernán Cortés, había marchado hacia las costas del golfo para hacer frente a Pánfilo de Narváez.Antes de que el capitán Cortés partiera hacia las costas del golfo, el emperador Moctezuma pide licencia para realizar la fiesta de Huitzilopochtli y éste respondió ?que hiciesen lo que quisiesen pues estaban en su patria, y se holgasen que también él se holgaba mucho.? Llegado el día 19 de mayo, los mexicanos preguntaron a su emperador cómo habrían de hacer la fiesta a Huitzilopochtli, y éste les dijo: ?ponerle todo lo que es su atavío propio. Hacerlo.? Al mismo tiempo, Moctezuma se lo notificó al capitán don Pedro para evitar un mal entendido y que no se espantase; Además, Alvarado incitó al gran señor de México, para que hicieran la ceremonia con gran devoción. Todos los españoles querían observar las costumbres y tradiciones de estos nativos; pero sus aliados (pueblos que estaban en contra de los mexicanos) comenzaron amedrentarse, percibiendo que alguna mala ventura les habría de acontecer.Los preparativos para la fiesta no se hicieron esperar, las mujeres que ayunaban durante el año, comenzaron a moler las semillas de ?chicalote? en el patio del templo mayor. Todos los españoles estaban apercibidos y aderezados con sus armas, pasando en medio de aquellas mujeres que estaban moliendo. Las observaban una por una, como si quisieran intimidarlas o causarles temor. Después de verlas, se encaminaron a la gran casa real.?Y cuando hubo llegado la fiesta de Tóxcatl, al caer la tarde, comenzaron a dar cuerpo, a hacer en forma humana el cuerpo de Huitzilopochtli, con su semblante humano, con toda la apariencia de hombre.? Una vez que terminaron de hacer la figura de su dios, lo ataviaron.Y así transcurrió toda la noche en adornar a su figura con plumas de papagayos, semillas de bledos, brazaletes, pintándole la cara con franjas blancas? y otros atavíos mas; posteriormente cuando hubo amanecido, le descubrieron la cara los que habían hecho voto de hacerlo. Hicieron fila en presencia del ídolo, lo incensaron y le ofrendaron ?comida de ayuno (o acaso comida de carne humana) y rodajas de semillas de bledos apelmazada.?Con todo esto, no hubo necesidad de subirlo a la pirámide. Así, todos los mexicanos, especialmente los guerreros jóvenes, estaban dispuestos hacer la ceremonia con gran devoción para honrar al dios Huitzilopochtli y asimismo para hacer ver y admirar a los españoles. Desde luego que estas ofrendas, fueron colocadas a los pies de los hombres de hierro. Pues aún seguían concibiendo en su pecho, que aquellos, eran los dioses de los que tanto se hablaban en las profecías del panteón azteca. Cuan grande era la pasión, la entrega, el desenvolvimiento, de ver aquellos nativos que a cada instante sahumaban a su deidad. Y de mostrar las verdaderas reliquias más sublime del pueblo mexica.Continuando con la gran ceremonia, todos fueron presurosamente al patio del templo mayor para cantar y hacer la ?danza del culebreo? el cual tiene también por nombre ?Mazehualiztli? ; los que se juntaron eran casi como 1000 caballeros. La felicidad abría los corazones de cada uno de los danzantes, sólo para complacer a los españoles. Todos bailaban al ritmo de los cantos. Sin embargo, este areito, jamás sería olvidado; se recordaría como el peor funesto del gentilicio azteca.Pero ?los tlaxcaltecas que había en la ciudad acordándose de los tiempos atrás que siempre en estas fiestas le solían sacrificar millaradas de ellos, se fueron al capitán Alvarado y levantaron un falso testimonio a los mexicanos diciendo que aquello hacían para juntarse y matarlos.?Habiendo creído esto Alvarado, fue hacia donde estaban los danzantes para confirmar lo que le habían dicho, y vio a todos desarmados; más sin embargo, al ver las prendas de oro que llevaban cada uno de ellos, la codicia se apoderó de él, ordenando cerrar las entradas del ?Águila, en el palacio menor; la de Ácatl iyacapan (Punta de la Caña), la de Tezcacóac (serpiente de espejos).? Colocando ?10? soldados por cada puerta bien armados.Decididos los españoles, entran al patio sagrado y cercan a los que estaban bailando. Al primero que tajaron fue a un indio que estaba tañendo: ?le cortaron ambos brazos. Luego lo decapitaron: lejos fue a caer su cabeza cercenada.?Y así comenzó la matanza, a unos los acuchillaron, a otros les dieron lanceadas, otros quedaron abiertos de las entrañas en forma exorbitante. Las cabezas de los indios quedaron esparcidas en el suelo. Tenochcas y tlatelolcos, aún no lograban a entender, a qué causa era aquella terrible masacre. "Había algunos que aun en vano corrían: iban arrastrando los intestinos y parecían enredarse los pies en ellos. Anhelosos de ponerse a salvo, no hallaban a dónde dirigirse."Muchos ?intentaban salir: allí en la entrada los herían, los apuñalaban. Otros escalaban los muros: pero no pudieron salvarse. Otros se metieron en la casa común: allí sí se pusieron en salvo. Otros se entremetieron entre los muertos, se fingieron? para escapar. ?La sangre de los guerreros corría como agua. El hedor era extremadamente exorbitante. Sólo bastaron ?tres horas? para satirizarlos.Pero cuando esta noticia se supo fuera, todos los mexicanos quedaron anonadados por la terrible tragedia y la humillación de saber, que todos los ministros, danzantes, las mujeres que ayunaban y muchos guerreros más, fueron aniquilados por los teules, bajo las órdenes de Pedro de Alvarado.En seguida se oyó un estruendo, todos los mexicanos afluyeron al lugar para dar muerte a los españoles; se oyeron gritos, se palmeaban los labios, todos estaban aderezados con sus escudos, lanzas, dardos. Y así comenzaba una nueva guerra de Troya en el continente americano; una guerra de dos razas totalmente distintas; un encuentro de dos mundos.Fuente: elrincondelahuaca
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