El informe también cita el testimonio de Jakeline Romero, una líder indígena colombiana amenazada por manifestarse contra El Cerrejón, un de las más grandes minas del mundo a cielo abierto.
"Te amenazan para que te calles. No me puedo callar", dice esta activista que lucha contra la mina, propiedad de las mineras suiza Xstrata, británica Anglo American y australiana BHP Billiton.
Proteger los parques naturales ?donde actúan los cazadores furtivos para cazar elefantes y recuperar sus cuernos? también es una actividad peligrosa, como demuestran los nueve asesinatos de 2016 en la República Democrática del Congo.
La mayoría de la violencia está localizada en países tropicales, donde la falta de regulación del sector minero y maderero facilita la contaminación del agua, la confiscación de tierras y el desplazamiento de pueblos indígenas.
La corrupción y el abuso de autoridad llevan también a veces a los representantes de la ley a actuar en contra de los activistas de su propio país en vez de protegerlos, según Global Witness. La consecuencia es que policías y soldados han sido identificados como sospechosos en al menos 43 asesinatos en 2016.
"El asesinato es el resultado extremo de una táctica que consisten en silenciar a los activistas, incluyendo amenazas de muerte, arrestos, abusos sexuales, secuestros y agresivos ataques legales", indica la ONG.
El informe de 60 páginas reúne testimonios de activistas que se han visto enfrentados a la intimidación y a la violencia por protestar ante lo que consideran el pillaje de su tierra.
"Hemos realizado 87 marchas, exigiéndoles que respeten nuestros derechos y no hemos tenido respuesta. Como respuesta, solo hemos recibido balas", explica Francisca Ramírez, una nicaragüense de 39 años que se opone al proyecto de canal para conectar los océanos Atlántico y Pacífico.
En 2016 fueron asesinados en Nicaragua once defensores del medioambiente, lo que lo convierten en el país más peligroso del mundo en número de muertes per cápita este año.
Fuente: https://goo.gl/W5RxwQ