En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
La muerte en el Islam
El Islam le da una gran importancia al concepto de la muerte como un suceso inevitable para todo ser. La muerte, lejos de ser considerada el fin de la existencia del ser humano, es vista como una transición. Esta experiencia del ser humano no es negativa, ni positiva en sí misma, sino que esto dependerá completamente de sus acciones en la vida mundanal.
Antes de abordar este tema en más profundidad, es bueno conocer cuál el objetivo de la creación del ser humano según la perspectiva islámica.
El objetivo de la creación
Los musulmanes creen en un único Dios, Absoluto, Perfecto, Omnisapiente y Todopoderoso. Es por eso que el motivo de la creación del ser humano no podría haber sido jamás por necesidad o soledad.
Los musulmanes creemos que las propias cualidades de Dios son las que provocaron la creación del ser humano. La lógica implica que Dios, con Su absoluta generosidad y benevolencia, cree a un ser que lo represente en la Tierra. Esta representación no es material en absoluto, ya que Dios, en la creencia islámica, no tiene imagen (es infinito en todo sentido y demasiado superior como para ser limitado por espacio, sus propias partes o lo que sea), sino que esta representación es en los adjetivos.
El objetivo del ser humano, según el Sagrado Corán, es la adoración a Dios.
"Y no he creado a los genios y los humanos excepto para que Me adoren." (Corán, 51:56)
Reflejar todas las cualidades de Dios (excepto por aquellas que son exclusivas de Él, como por ejemplo: ser creador, ser sustentador, etc.). De eso se trata la adoración: de obedecerlo en todas Sus órdenes y prohibiciones y esforzarse por asemejarse a Él.
La realidad de este mundo
Este mundo que hoy palpamos es un lugar "de paso". La vida que nos fue otorgada es nuestra oportunidad de cumplir ese objetivo. Es un plazo de prueba. Y el mundo luego de la muerte es el lugar de recuento, el mundo del Juicio, el mundo de las recompensas y castigos.
Como dice el Imam Ali (la paz sea con él), sucesor del Profeta: "Este mundo es lugar de acción, sin juicio y el otro mundo es lugar de juicio, sin acción" (Las cimas de la elocuencia, sermón 42).
Es por eso que el mensajero del Islam y el Corán que le fue revelado tratan de abrir los ojos a la humanidad, advirtiéndoles que no se dejen abrumar por los adornos de este mundo y que vivan cuan un viajero que en su transcurso, no pierde de vista su destino.
La muerte
La muerte según el Islam es, precisamente, la transición del alma humana del mundo material al mundo celestial.
Para quien mantenga esta visión, la muerte no significa el fin de la vida, sino el fin de una gran responsabilidad y el comienzo de una vida más intensa, real, celestial y eterna.
El Sagrado Corán se refiere a la muerte en varias ocasiones con la palabra "retorno". Un retorno al Señor. Es por eso que cuando una persona fallece, se recomienda recitar la siguiente aleya: "En verdad, pertenecemos a Dios y, en verdad, a Él retornamos." (Corán, 2:56)
En la tradición profética es muy recomendado recordar la muerte, no como un acto masoquista u oscuro, sino como el recuerdo de una realidad inevitable de la condición humana. El objetivo es no perder la perspectiva y prepararse para tan importante momento.
Un acto muy recomendado para todo musulmán es tener siempre un testamento preparado (mencionando posibles deudas o aclarando asuntos acerca de la herencia, etc.). Esto demuestra como el musulmán vive en un estado de preparación para este momento, lo que no implica que no pueda llevar una vida plena.
El Imam Ali (la paz sea con él) dijo: "Haz para tu mundo (el presente, el material) como si fueses a vivir en él por siempre y haz para el más allá como si fueras a morir mañana."
Un resumen acerca de los ritos
La muerte del individuo es un acontecimiento también social, puesto que en los ritos islámicos, las personas vivas acompañan al ser querido en este sensible proceso. Desde la agonía hasta luego del entierro, los musulmanes sirven de apoyo y compañía. Rezando, recitando aleyas del Libro Sagrado, purificando el cuerpo, enterrándolo, etc. En el Islam se cree que la separación del cuerpo y el alma es un proceso paulatino, por lo que se recomienda, por ejemplo, no abandonar la tumba ni bien finaliza el entierro.
(Esto es en cuanto a la muerte misma, pero el Islam también recomienda mucho la visita y atención a los enfermos, sean terminales o no).
La relación de los seres vivos con los que ya no están en este mundo puede continuar por medio de rezos, buenas obras llevadas a cabo en su nombre (por lo que el difunto recibe la bendición y la recompensa de esos actos también) y visitas a sus tumbas.
La comunidad islámica cumple un rol importante en el apoyo psicológico a los seres queridos del fallecido. Por ejemplo, es recomendable que les lleven comida por tres días.
Escrito por: Fatima Paz para tercercamino.com