Israel, acostumbrado a la impunidad, a la extorsión y a que nadie le diga que no, enfureció tras la suspensión del partido amistoso entre Argentina y el equipo del régimen de ocupación, y es por eso que han salido a escandalizar la cancelación del juego, tapando el objetivo real por el cual no se realizó: La provocación a Palestina en jugar en su ocupada capital, el continuo asesinato a sangre fría de civiles durante el mes del Nakba (catástrofe palestina) y demás.

Es por eso que el vicepresidente de la Federación Israelí de fútbol, Rotem Kamer, demandará a la Federación Palestina ante la FIFA.

"Nos enfrentamos a un acto de terrorismo futbolístico por parte de la Federación de fútbol palestina y de su presidente. No se trata simplemente de otro discurso más ante el congreso (de la FIFA) o de una propuesta más en la agenda, sino de amenazas contra los jugadores que vienen a Israel", dijo ante la prensa Kamer.

"Se le dice al mundo árabe que quemen la camiseta de Messi, se amenaza a las familias de los jugadores", añadió haciendo referencia al presidente de la Federación  Palestina, Jibril Rajub, quien el martes instó a quemar la camiseta de Lionel Messi si jugaba el amistoso del sábado.

Pero...¿a quién culpan realmente los israelíes de ésto?

La oposición israelí le puso nombre y apellido al motivo de la baja del equipo de Lionel Messi: Miri Regev. Se trata de la ministra de Deportes de ese régimen, encargada de organizar el encuentro y a la que acusan de haber insistido que el evento se hiciera en Jerusalén. Capital eterna de Palestina y ocupada por Israel. Cabe recordar que la comunidad internacional nunca reconoció a Jerusalén como capital de Israel y considera Jerusalén Este como un territorio ocupado.

La oposición afirma que Regev organizó el partido en Jerusalén para buscar un encuentro politizado entre Messi y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. La conservadora Regev tiene 53 años y es una de las principales figuras del Likud, el partido de derecha que gobierna el régimen sionista. Con una amplia carrera en las Fuerzas Armadas, es ministra de Cultura y Deportes desde hace tres años. El año pasado generó polémica en el Festival de Cine de Cannes, donde se paseó por la alfombra roja con un vestido que llevaba estampada una imagen de la ciudad de Jerusalén.
 

El verdadero trasfondo del partido, no era un amistoso vestido de "cábala" por las autoridades argentinas, ni un simple partido por sus pares israelíes sino que todo surge del gobierno israelí quería convertir en un evento de alcance internacional el partido de la Selección, ya que coincidiría con el 70º aniversario de la implantación de Israel sobre Palestina, informó la agencia AFP.

La llegada del equipo de Jorge Sampaoli se iba a dar en medio del esfuerzo israelí por promover su imagen internacional y defender lo que considera una legítima defensa contra los apoyos de la causa palestina y contra la campaña global de boicot económico, cultural o científico. Para hacer llegar a la selección albiceleste la compañía privada Comtec, organizadora del partido y que ya se ocupó de la etapa del Giro, iba a pagar entre dos y tres millones de dólares en función de si Messi jugaba o no.

Desde el punto de vista deportivo, muchos cuestionaron si era bueno para los futbolistas argentinos hacer escala en Palestina ocupada rumbo a Rusia, en plena preparación del Mundial. Por su parte, los palestinos denunciaron que el partido sería un un "instrumento" de la política israelí. Y la polémica se agravó con la performance la ministra de Deportes, que habría decidido hacerlo en Jerusalén en vez de en Haifa (también ocupada, pero con menos revuelo a nivel mundial). Una decisión que se interpretó como una manera de avivar el enojo de los dueños del lugar, a los que atacan, persiguen, detienen y matan constantemente.

Regev es una defensora acérrima de Israel y de Jerusalén como su capital, contra lo que considera ataques desde el exterior a la soberanía nacional. La ministra reconoció que su ministerio había pagado 2,5 millones de séqueles (unos 598.000 euros) para que el partido se jugara en Jerusalén. "Jerusalén se merece cada séquel que se gasta”, dijo el lunes a la prensa.

El principal líder de la oposición, Yitzhak Herzog, calificó la cancelación como un "espectacular gol en contra" de Regev. Y el líder del Partido Laborista, Avi Gabbay, pidió que se abra una investigación policial sobre la "conducta corrupta" de la ministra.

Según Regev, "grupos terroristas" amenazaron a los jugadores argentinos y a sus familias. La ministra acusó a los miembros del parlamento israelí de ser "caballos de Troya que ayudan al terrorismo".

Sin embargo, el estatuto de Jerusalén sigue siendo fuente de disputa y el 14 de mayo, cuando se inauguró la embajada de Estados Unidos, al menos 61 palestinos murieron por disparos del ejército sionista en Gaza.

Por otro lado, Jorge Elbaum, presidente del LLamamiento Argentino Judío, declara que el vínculo entre Macri y Netanyahu está atravesado por el vínculo con Trump. Son tres de los gobiernos más reaccionarios y que más suscriben a las posiciones belicistas en términos de política internacional, y en términos de política doméstica, especialmente en el caso de Macri y Netanyahu con gobiernos neoliberales. Aunque probablemente el más atrasado de ellos sea Macri porque a diferencia de Netanyahu y de Trump carece de un modelo de desarrollo propio.

En cuanto a las relaciones diplomáticas, éstas son generadas por el gobierno de la derecha argentina que lamentablemente cambió el status quo de la política exterior de la nación que consistía en no entrometerse en el conflicto suscitado en Medio Oriente.

Así el gobierno argentino tomó partido a través de la búsqueda de que la selección sí vaya a jugar el partido con Israel, y presionó a la AFA, al cuerpo técnico y a los jugadores. Con esto, puso en evidencia un posicionamiento internacional peligroso para la Argentina. Peligroso porque lo mismo pasó con Menem, él también impuso un posicionamiento determinado, que propició que se perpetraran dos atentados terribles terroristas que dejaron más de 100 muertos, en el 92 y el 94. Ambos atentados fueron producto de las relaciones carnales y peligrosas que estableció Menem, sumándose a los conflictos de Medio Oriente.

Fuente: Nodal/ Crónica/ TN