El Gobierno israelí espera vacunar a alrededor de 60.000 personas al día y que a finales de enero dos millones de israelíes estén protegidos contra el COVID-19. Pero los palestinos tendrán que esperar más para recibir el fármaco.

El gobierno israelí llegó a un acuerdo con Pfizer para suministrar ocho millones de dosis de su vacuna, suficientes para cubrir a casi la mitad de la población, ya que cada persona requiere dos dosis. Hasta ahora, han llegado alrededor de 600.000 vacunas de Pfizer y se espera que lleguen varios millones más antes de finales de mes. Además, a principios de diciembre la entidad sionista llegó a un acuerdo con la empresa Moderna para comprar seis millones de dosis de su vacuna, lo que sería suficiente para otros tres millones de israelíes.

La campaña de vacunación incluye a los colonos judíos que viven en Cisjordania, que son ciudadanos israelíes, pero no afecta a los 2,5 millones de palestinos que residen en el territorio.

El régimen israelí ocupante de Palestina “no tiene planes inmediatos de compartir la vacuna”, con los palestinos, declaró el Ministerio de Salud israelí.

Tel Aviv tiene la obligación legal de comprar y distribuir vacunas a los palestinos, afirma Los Médicos por los “Derechos Humanos-Israel”, un grupo que aboga por una atención médica más equitativa.

“El régimen israeli todavía mantiene el control sobre muchos aspectos de la vida de los palestinos, ya sean los puestos de control, la importación de bienes y de medicamentos y el control de la circulación de personas”, explicó Ghada Majadle, director de las actividades del grupo en los territorios palestinos.

“El sistema de salud palestino, ya sea en Cisjordania o en la Franja de Gaza, se encuentra en condiciones extremas, principalmente (debido a) las restricciones impuestas por el régimen israelí”, afirmó.

Fuente: Al Ahed