Un grupo de más de 180 intelectuales, escritores y académicos israelíes han pedido a la fiscal jefe de la Corte Penal Internacional que no acepte las propias conclusiones de Israel sobre los presuntos crímenes de guerra. En una carta dirigida a Fatou Bensouda, los firmantes advierten que el régimen no tiene intención de llevar a cabo una investigación seria sobre las acusaciones.

En su lugar, sugieren que la CPI, con sede en La Haya, busque la ayuda de las organizaciones de derechos humanos israelíes para reunir pruebas de los crímenes de guerra que supuestamente han cometido las Fuerzas de Defensa de Israel.

"Deseamos afirmar en esta primera fase nuestra profunda sospecha, basada en experiencias pasadas, de que el Estado de Israel, incluidas sus instituciones de investigación y jurídicas, no tiene intención de investigar seriamente las denuncias de crímenes de guerra", explicaron los firmantes. "Nuestra sospecha está respaldada por un número muy elevado de casos documentados de crímenes de guerra cometidos por Israel en los Territorios Ocupados en flagrante violación del derecho internacional".

La mayoría de estos casos, señalaron, no han sido investigados en absoluto. "Unos pocos han concluido con la absolución tras una investigación superficial e inadecuada".

Con sede en La Haya, la CPI se creó en 2002 para llevar ante la justicia a los responsables de los peores crímenes, como el genocidio, los crímenes contra la humanidad y los crímenes de guerra. El 3 de marzo, la fiscal jefe Bensouda anunció que el tribunal tenía previsto abrir una investigación oficial sobre posibles crímenes de guerra cometidos por Israel en la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza bloqueada. La decisión fue acogida con satisfacción por la Autoridad Palestina, pero tanto Israel como Estados Unidos condenaron enérgicamente la medida.

Los firmantes, entre los que se encuentran diez galardonados con el Premio Israel, concluyeron: "Desgraciadamente, a pesar de la imagen de Israel como un Estado que mantiene un sistema jurídico profesional y digno, la realidad pinta un cuadro diferente: difícil, discriminatorio e indignante. La ley impuesta en los territorios ocupados y el modo en que la aplican las autoridades policiales y de seguridad israelíes permiten, en efecto, que se sigan cometiendo injusticias morales y presuntos crímenes de guerra".

Fuente: www.monitordeoriente.com