Aún Georgia atesora en su paisaje huellas del mundo islámico. En la república viven medio millón de musulmanes. Al sudoeste de Georgia, sobre el Mar Negro, se despliega Batumi, la capital de la República Autónoma de Ayaria.
La ciudad estuvo en manos de los otomanos durante siglos. Sin ir más lejos, para el 1921, había 158 mezquitas en la ciudad. Sin embargo, lo único que queda hoy en día en pie es la mezquita Orta Jameh. Rodeada de cafés y tiendas, en el casco antiguo de la ciudad, tiempo atrás la mezquita estaba emplazada entre otras dos mezquitas –de ahí su nombre “orta” que significa entre-, que fueron destruidas.
A pesar de la destrucción de templos que fue testigo la ciudad, tras la retirada del imperio otomano, aún hoy el 40% de la población –son 350 mil habitantes en Adjara- sigue practicando el islam.
La mezquita Orta fue la más célebre durante el siglo XIX. Y luego, un plan de preservación le erigió un minarete en 1995, y se llevó adelante una restauración integral para el 2007. Fue construida por la familia Aslan Bey Khimchiashvili, georgianos y musulmanes. Y tuvo un peso político decisivo cuando se derrumbó el gobierno del zar en Georgia. Allí se celebraron reuniones de resistencia, lideradas por un escritor y político cuyo eco sigue presente en la república: Muhammad Abashidze.