Sólo obtener el permiso para construir la mezquita –la primera en Skaraborg, al Oeste de Suecia- llevó años de esfuerzos y puertas cerradas. Pero al final, el permiso llegó. Y en la ciudad, ya iniciaron en agosto las obras que, aguardan, finalizar dentro de un año. Vencieron la oposición de la sociedad y el gobierno, pero lograron su cometido.
“Es importante que exista un lugar en Skaraborg, donde los musulmanes puedan reunirse y que la financien los propios miembros de la institución”, dijo a una radio local, el imam y director de la fundación de la mezquita y la casa de la cultura en Skovde, Smajo Sahat.
Para lograr la independencia y las influencias exteriores, Sahat subrayó que evitaron a conciencia recibir donaciones fuera de Suecia.