Opinión

Las miserias del imperio estadounidense en Oriente Medio

Las miserias del imperio estadounidense en Oriente Medio

El gasto de más de dos billones de dólares en el fracaso de su guerra contra Afganistán, ha demostrado por enésima vez que el imperio estadounidense ataca e invade solo por intereses económicos y políticos; ya que su afán de llevar “Democracia, paz y libertad” solo es un eslogan para desfalcar y apropiarse de los recursos naturales de sus víctimas, pues la invasión obedecía a la explotación de la amapola, el petróleo, minerales (oro, hierro, carbón, cobalto y cobre) y el litio que de acuerdo a sus propios geólogos en el 2010 sus reservas están valuadas en más de un billón de dólares.

Por Roberto Chambi Calle

Roberto Chambi Calle
Saturday 04 de Sep.

Roberto Chambi Calle[1]

Quizás se piensa que EEUU al salir de su fracaso de dos décadas deje libre a Afganistán; pero esta es una ingenuidad, pues aún tiene el control económico y político militar (Derecho al veto en el Consejo de Seguridad), ya que los fondos del país asiático a la fecha están congelados, así como el Talibán sancionado, porque si no respetan los “Derechos Humanos” tomarían acciones, ya Washington ha congelado 9.5 millones de dólares de las reservas afganas, por lo tanto, el control aun lo tienen ellos.

Las invasiones constantes de EEUU también obedecen al negocio de la guerra; ya que la maquinaria de hacer dinero (venta de fusiles, misiles, tanques, aeronaves, etc.) debe continuar, de no hacerlo la empresa entraría en quiebra, por lo tanto, las “luchas contra el terrorismo internacional” son el pilar fundamental de su hegemonía en Oriente Medio, al final y al cabo inversión es inversión.

En esa línea, la presencia estadounidense ha hundido más a un país, que ahora se disputa la legitimidad del poder entre las distintas etnias y grupos tribales, quienes ya se han rebelado contra la administración del talibán, como por ejemplo el Frente de Resistencia Nacional de Afganistán (FRN) en Panj-Shir (“cinco leones” en lengua persa), peor aún con el regreso del asesor de Osama Bin Laden Al-Haq, de 61 años dejando con todo ello un territorio inestable y un estado fallido.

Por otro lado, el gobierno títere de Hamid Karzai y  Ashraf Ghani  fue uno de los tantos reflejos del fracaso injerencista, así por ejemplo los más de 400.000 soldados “entrenados y capacitados” desertaban, huían o se rendían frente a los rebeldes, siendo estas dos “administraciones gubernamentales” la cortina de humo para que hoy miles de jóvenes afganos sean drogodependientes; pues los cultivos de amapola, así como la comercialización del opio, ha sido una de las dadivas que el ejército estadounidense ha permitido entre los afganos, paradójicamente el cultivo de opio durante el gobierno talibán (1996-2001) era controlada y fiscalizada de mejor manera, sin embargo desde que Washington invadió el 2001 las cifras de comercio mundial de heroína en el mundo han aumentado llegando casi al 90%, ¿Coincidencia?...

 La “lucha contra el terrorismo” ha servido en estos años, solo para llenarse los bolsillos de dinero, para así continuar sus nuevas invasiones; ya que uno de sus fines es minimizar y destruir a China, Rusia e Irán, quienes conscientes de ello van conversando con el Talibán en las esferas políticas, económicas y comerciales, pues sin duda la ruta de la seda será un revés para EEUU y sus socios Europeos, quienes  después de haber pulverizado el país asiático, ahora escupen y vomitan sobre sus miserias, porque se niegan a recibir a los refugiados, no solo de Afganistán sino de Siria, Libia , e Irak y como colofón de ello se hacen los héroes en el aeropuerto de Kabul cuando “rescatan” a bebés y niños, cuando coetáneamente bajo su  capa permite que la monarquía absoluta de la casa Al Saúd (Arabia Saudita) bombardee Yemen asesinando a miles de niños, niñas, mujeres y ancianos.

Después de Libia, Irak y Siria le ha tocado a Afganistán. Reconstruirse no solo va depender de la ayuda “humanitaria”; pues las invasiones extranjeras ya llevan más de 40 años, los grupos tribales y las etnias como los Pastún, Tayikos, Hazara, Uzbeko, Sadat, Aimak, Turcomanos, Baluchi, Pashai, Nuristaní, Gujjar, Árabes, Brahui, Pamiri, Kirguís y otros más minoritarios deben buscar mecanismos para cimentar la unidad.

Asimismo se debe fortalecer la confianza, dejando de lado el pensamiento extranjero intervencionista a la hora de solucionar sus futuras crisis, siendo este uno de los pilares fundamentales que el talibán debe encarar; pues cuando otrora estaban en el poder abusaron sin ningún tipo de límites a la población doblegándola a un sinfín de castigos que iban más allá de las enseñanzas religiosas, a tal fin si quieren un gobierno legítimo nacional con soberanía y autodeterminación deben unificar, planificar y distribuir el poder de forma inclusiva en donde todas las etnias, tribus y grupos sociales puedan definir su destino, ya que en Afganistán nadie es mayoría, es un país abigarrado, multicultural y multiétnico, de no conseguirlo seguro nuevamente serán intervenidos bajo el slogan de  “Ayuda Humanitaria” o “Lucha contra el terrorismo” cuando Al Qaeda o el Daesh retomen el escenario.

Por Roberto Chambi Calle

[1] Jurista, teólogo y analista en Relaciones Internacionales, Universidad Internacional “Al Mustafá”, Irán.


Comparti esta nota

Comparti esta nota

Copyright (c) 2025 AnnurTV. Todos los derechos reservados.