¿Cómo podemos calificar la hasta ahora persecución durante más de 11 años del periodista Julian Assange, con la amenaza de hasta 175 años de cárcel por supuesto espionaje, sobre todo, por la publicación de unos 700.000 documentos diplomáticos y militares secretos, relacionados principalmente con las guerras dirigidas por Estados Unidos en Afganistán e Irak?
Por Sdenka Saavedra Alfaro
Sdenka Saavedra Alfaro[1]
Resulta paradójico que en el Día de los derechos humanos de la ONU, el que se celebró el 10 de diciembre pasado, el Tribunal de Justicia de Londres, haya fallado a favor de Estados Unidos, aprobando la extradición a ese país del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, el periodista que denunció los crímenes de genocidio del país norteamericano en las guerras de Irak y Afganistán, entre otros casos, y por el que se encuentra arbitrariamente detenido por Suecia y el Reino Unido, desde que fue arrestado en Londres, en diciembre de 2010, y el que se refugió en la embajada de Ecuador en Londres desde el 2012, luego de haber sido expulsado por la fuerza de la embajada ecuatoriana cuando el ex presidente de esa nación, Lenin Moreno, terminó ilegalmente con su asilo en abril de 2019, siendo catalogado como “Uno de los presos políticos que cumple la sentencia más larga en el mundo occidental" y el que lleva uno de los procesos judiciales más largos, cínicos y silenciados de la historia del presente siglo.
Debemos recordar, que fue la propia oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), la que señaló en febrero de 2016, que su detención violaba dos artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos y seis artículos del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al mismo tiempo que se señalaba que la continuidad de su detención es “arbitraria”, y que su extradición a EE.UU., “un país que contempló matarlo” como lo afirma el jefe de redacción de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, es ilegal, y que se trata de una coincidencia "inconcebible" e "irónica".
Porque también debemos destacar que el mismo día en que se dio a conocer el fallo londinense sobre la aprobación para su extradición hacia EE.UU., se estaba llevando a cabo el segundo día de la "Cumbre de la Democracia", organizada por el presidente estadounidense, Joe Biden, cumbre en la que varios países como Rusia, China, Bolivia, Honduras, Nicaragua, Venezuela, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití e inclusive Turquía y Hungría, que son miembros de la OTAN, fueron excluidos del evento, siendo calificada por algunos analistas como "cumbre privada sobre la democracia"; pues "La 'democracia' se ha convertido durante mucho tiempo en un 'arma de destrucción masiva' para que EEUU interfiera en otros países", recordando las guerras y operaciones militares estadounidenses en Afganistán, Irak, Libia y Siria que dejaron cientos de miles de muertes, personas heridas y millones de desplazados, y si hablamos de sus sanciones y bloqueos que continúa imponiendo salvajemente a países que siguen resistiendo caso Irán, la misma Cuba, o Siria a los que denomina el “Eje del mal”, por eso los excluye, los asesina; pues gracias a ello siguen muriendo niños, mujeres y gente inocente.
Es innegable que tal coincidencia sea dada cuando en dicho evento el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, destacó el "papel imprescindible" de los medios de comunicación para informar a la opinión pública y pedir cuentas a los Gobiernos. "Estados Unidos seguirá defendiendo el valeroso y necesario trabajo de los periodistas en todo el mundo", dijo. Estados Unidos está dispuesto a destinar más de 400 millones de dólares al fortalecimiento de medios de comunicación independientes en diversas partes del globo[2].
Con esto estamos comprobando una vez más la ausencia de libertad de prensa, como lo señalamos[3], haciendo mención a Herbert Schiller, quien manifiesta que los mass media son instrumentos de la expansión imperialista; ya que están al servicio de los gobernantes, el poder político y el económico, pues las redes de intereses capitalistas determinan el funcionamiento de estos. Además de ello, corroboramos los intereses de las superpotencias en callar la verdad, tal como lo han señalado varios analistas manifestando que estos actos violan el derecho internacional, al no garantizar la libertad de expresión de los ciudadanos del orbe; pues "La mayoría de los medios del mundo están bajo la influencia de las políticas de Estados Unidos, por lo tanto la opinión pública no está bien informada de las medidas inhumanas de Washington que, de hecho, atentan contra la Carta de las Naciones Unidas". "El 90% de los medios de comunicación pertenecen a unos cuantos monopolios privados que tienen sus propios objetivos". Noam Chomsky, también nos habla del control de los medios de comunicación por los líderes, señalando que la manipulación mediática surge del interés de los grupos dominantes por conformar una conciencia colectiva.
En tal sentido, ¿Cómo podemos calificar la hasta ahora persecución durante más de 11 años del periodista Julian Assange, con la amenaza de hasta 175 años de cárcel por supuesto espionaje, sobre todo, por la publicación de unos 700.000 documentos diplomáticos y militares secretos, relacionados principalmente con las guerras dirigidas por Estados Unidos en Afganistán e Irak, y las reiteradas violaciones de sus tropas a los derechos humanos?; es decir documentos que prueban crímenes de guerra estadounidenses. "Crímenes por los que nadie ha sido juzgado hasta el momento", pues hasta ahora la Justicia británica no ha contemplado el derecho a la libertad de expresión en este caso, mientras vemos que cada día son incontables las organizaciones que están demandando la liberación de Julian Assange, entre ellas se cuentan Amnistía Internacional(AI), Reporteros sin Fronteras (RSF), Human Rights Watch (HRW) y también la Federación Internacional de Periodistas (FIP), el Grupo de Puebla, entre muchas otras, las que sostienen que este proceso judicial ilegal socava, vulnera ese derecho humano a la libre expresión en todo el mundo, derecho que está siendo silenciado, pisoteado porque el periodismo no es un crimen, el crimen es silenciar a un periodista, hasta su muerte. Con esto comprobamos una y mil veces que el imperio y sus huestes violan salvajemente no sólo los Derechos Humanos, sino la tal mal llamada “democracia”, y la libertad de expresión, así lo ha sido siempre desde 1945 y así lo será; pues como lo dice Segura; "Aun viviendo, Julian Assange está muerto. Estados Unidos, Reino Unido y Europa le condenaron en el mismo Londres en el que protegieron a Augusto Pinochet", por ello Julian Assange es el héroe de nuestro tiempo.
Por Sdenka Saavedra Alfaro
[1] Sdenka Saavedra Alfaro (Escritora y periodista boliviana radicada en Medio Oriente, Irán).
[2] "¿A favor de la verdad?: el caso Assange enfrenta a EE.UU. a sus contradicciones en medio de la Cumbre por la Democracia"; leer en: https://actualidad.rt.com/actualidad/413343-controversias-presuponer-eeuu-caso-assange-cumbre-democracia
[3] Chambi Calle Roberto, Saavedra Alfaro Sdenka: ““Yihad, Guerra Santa y Terrorismo. Una Desmitificación del Islam y los musulmanes”; Ed. Elhame Shargh, La Paz, Bolivia; julio 2015; págs.63,68.