Lovecraft, un escritor que daba miedo

Lovecraft, un escritor que daba miedo

Hay grandísimos escritores que han reflejado el alma, el corazón y la vida de la sociedad en la que viven. En sus páginas, se asoman las luces y casi siempre las sombras del dolor, de la pobreza, del desconsuelo, del devenir de los seres humanos, y de las crueles e injustas sociedades en las que sobreviven. 

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Friday 15 de Mar.

Ahí está, para qué le vamos a dar más vueltas, Dostoievski, por citar uno solo entre los más grandes, y su reflejo demoledor de la vida victoriana. Otros recrean mundos imaginarios repletos de poesía y de resonancias mágicas, donde los hombres se aman, se abrazan, mueren y se buscan la vida, o ver cómo ésa vida es un diluvio permanente, como es el caso de García Márquez y su delicioso Macondo de diluvios y vallenatos. Pero otros viajan a mundos que no necesariamente están en este, pero que muy bien podrían estar. Mundos que nos acechan, que nos cercan, que nos hacen pensar sobre si los seres humanos estamos solos en esta Tierra o más allá de nuestra geografía y de nuestra mente, otros seres, por llamarles de alguna manera, nos espían, trastornan nuestras realidades y nos enseñan que dos y dos no son cuatro, como nos enseñan el raciocinio y la cultura tradicional. Estos escritores viven en el más allá, y esto no es una frase hecha.

Niño prodigio

Éste es el caso de Howard Phillips Lovecraft (20 de agosto de 1890, Providence, 15 de marzo de 1937, también Providence). Conocido como H. P. Lovecraft, fue un hombre (aunque hasta él tenía serias dudas sobre ello) más que especial; vamos, que era algo «rarito». A los dos años recitaba poesía y a los tres ya sabía leer, de modo y manera que a los seis empezó a escribir sus primeros relatos y a los ocho ya se había leído los centenares y centenares de libros de la biblioteca de su abuelo materno, que se encargó de la educación del pequeño Howard tras la temprana muerte de su padre. La educación del chaval fue primorosa, mayormente porque no tuvo que soportar los rigores de un colegio, ya que la alcurnia orgullosa de su madre no quería que se mezclase con niños «pobres», y sus enfermedades llevaran a que fuera educado en casa de forma casi autodidacta. Fue, evidentemente, un niño prodigio, aunque bastante peculiar. Le gustaban las cuevas, los lugares umbríos, las arboledas perdidas. A los dieciséis años ya era columnista de un periódico de Providence, editaba varias revistas y ya sabía de todo: de ocultismo, de ciencias, de astronomía y astrología, de bellas artes, de arquitectura... Lovecraft escribió novelas, relatos, poesía y fue siempre un hombre solitario, que la mayor parte de su vida vivió de las rentas familiares, y cuando estas se acabaron pasó bastantes apuros económicos. Metidos ya en harinas literarias, Lovecraft fue un auténtico renovador del cuento de terror, al que sumó, entre otras innovadoras maravillas, una mitología propia (los mitos de Cthulhu), y su obra es definida por los críticos y estudiosos como «un clásico del horror cósmico, una corriente que se aparta de la temática tradicional del terror sobrenatural (satanismo, fantasmas), incorporando elementos de ciencia ficción (razas alienígenas, viajes en el tiempo, existencia de otras dimensiones). Según uno de los máximos expertos en la obra de Lovecraft, Rafael Llopis,«educado en un santo temor al género humano (exceptuando de éste a las ?buenas familias? de origen anglosajón), creía que nadie es capaz de comprender ni de amar a nadie y se sentía un extranjero en su patria. Para él "el pensamiento humano", es quizá el espectáculo más divertido y más desalentador del globo terráqueo».

Siempre al límite

Para la revista «The Penguin Encyclopedia of Horror and the Supernatural», «algunos han criticado sus obras por su estilo ampuloso, repleto de adjetivos, pero la armonía y el equilibrio en sus mejores cuentos justifican plenamente esa práctica como deliberada. Se formó a conciencia en este género apropiándose de sus recursos, manipulándolos a su antojo y llevándolos al límite con convincente facilidad. Lovecraft dedicó gran atención a la estética de la literatura de terror, como atestiguan numerosos pasajes de sus cartas». En el ensayo «El horror sobrenatural en la literatura»  (1927) se dice que «representa una exposición competente de los principios del relato sobrenatural, demostrando un dominio exhaustivo de la materia. En él trató de definir el atractivo peculiar de la historia de terror, en la que debe haber presente una cierta atmósfera de mortal terror inesperado a fuerzas exteriores desconocidas, y describió la evolución de la novela gótica a través de las obras (de Walpole, Radcliffe, Lewis y Maturin)». Para el popular Stephen King, maestro del terror contemporáneo, en su estudio «Danza macabra» se explica que «Lovecraft es el príncipe oscuro y barroco de la historia del horror del siglo XX». Su vida, sin embargo, no fue fácil. A pesar de sus matrimonios, fallidos, vivió aislado, entregado a sus particularísimos mundos literarios y personales propios, casi extravagantes, entregado a la creación y a la degustación y disfrute de mundos paralelos que no siempre coinciden con el nuestro. Murió de un cáncer de intestino el 15 de marzo de 1937. Su obra es venerada hoy por miles y miles de seguidores..

 

Fuente: http://bit.ly/2b3j2PD


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