El poeta sufí que asombró y sigue asombrando al mundo con sus poesías

El poeta sufí que asombró y sigue asombrando al mundo con sus poesías

Cuando salía para la oración del Alba, vio las rosas y las flores de la primavera envueltas de rocío; entonces se dio cuenta del verdadero significado de la belleza y de la pureza.

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Wednesday 13 de Feb.

Y cuando escuchó el cantar de los pájaros, abrió su corazón al universo y comenzó a girar, coreando: "las galaxias giran, los planetas giran, el sistema circulatorio en el cuerpo gira, los peregrinos, alrededor de la Kaaba (Meca) giran, las gotas del agua salen del mar hacia el cielo, y luego caen a la tierra  para volver a los mares, y así todo gira.

Su giro sobre sí mismo nunca se detuvo, y aquella  primera Danza del Amor Divino continúa hasta el día de hoy. 

Desde su inicio en la ciudad turca de Konya en el siglo XIII D.J.C.  Los giros del Amor Divino, se expandieron rápidamente a través de todos aquellos que creen que el verdadero amor supremo, puro y profundo es el amor a  Dios, desde Alepo hacia Damasco, Hama, Homs, Lattakia, Trípoli, El Cairo, Al Quds (Jerusalén) e incluso Chipre y Bosnia.

El sheij poeta se convirtió a un sufismo mezcla de espiritualidad y sabiduría, y se sumergió en las profundidades del ser humano. Es por eso que sus poemas han colmado la tierra de amor y sabiduría, hasta alcanzar el grado más alto del genio poético.

De su mente y de su corazón salió a la luz una seductora música de flauta, que se combinó con la “Danza Mevleví” que fascinó la gente a lo largo de siete siglos continuos y a‎ún sigue. 

Los grandes músicos consideran que la Orden “Mevleví” sufista, es considerada fundadora primera de la música religiosa sufista y el primer responsable de su aparición y continuidad mística.

Fundador de la "Religión del Amor"

La “Mevleví” o los “Derviches giradores” es una orden (tariqa) de derviches, que fue fundada por los discípulos del gran poeta sufí Jalal al-Din Roumi nacido en el 1207 D.J.C en el siglo XIII.

Al-Roumi era un musulmán comprometido, durante toda su vida no dejaba de rezar sus cinco oraciones diarias y cumplía con  los deberes del ayuno y otros, pero al final de su vida escribió sobre la "Religión del Amor" que trascendió todas las barreras sectarias confesionales tradicionales.

Escribió más de tres mil poemas, en su mayoría poemas de amor; y más de dos mil cuartetos (se componen de dos pareados (beit), formando así cuatro versos). Pero la obra más importante de Roumi es el “Masneví espiritual”. 

Se trata de una de las obras más extensas, conocidas e influyentes del sufismo. 

El Masneví es una serie de seis libros (volúmenes) de poesía que en conjunto suman alrededor de 25.000 versos o 50.000 líneas. Es un texto espiritual que les enseña a los sufíes cómo alcanzar su meta de estar verdaderamente enamorados de Dios.

La obra de los libros del Masneví espiritual, según consideran muchos sufíes, ocupa el segundo lugar en importancia después del Sagrado Corán.

En la obra del Masnevi dijo Al-Roumi que: "La religión del amor trasciende todas las religiones y la única religión para los amantes es y será el amor a Dios".

EL AMOR ES EL AMO

"El Amor es quien domina todas las cosas,
Estoy dominado por el Amor,
Por mi pasión de Amor por Amor.
Tengo tierra tan dulce como el azúcar,
Ay furioso viento, sólo soy una paja ante ti."

Sus poemas, enseñaron a la gente cómo pueden lograr la paz y felicidad interna, para poder, finalmente, detener la corriente de la hostilidad y el odio y alcanzar la paz y la armonía universales y verdaderas, sin importar el color, la creencia, la religión o las ideas de las personas.

"No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.
No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.
No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.
No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego.
No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.
No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.
No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.
No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.
No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni de Rizwán.
Mi lugar es el sin lugar, mi señal es la sin señal.
No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.
He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno;
Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.
Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida;
No tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana."

El tema medular del pensamiento de Rumí, está  enfocado esencialmente en el concepto de Al- Tawheed que es "el conocimiento de Dios en su Unicidad y la negación absoluta de equivalentes", y también de la unión con el Amado (en este caso con la fuente principal: Dios) y del constante lamento por estar separado de él y el constante deseo de volver a él.

Para eso Rumí escribió:

Escucha el “ney” (flauta), y la historia que cuenta,
Como canta acerca de la separación:
Desde que me cortaron del cañaveral,
Mi lamento ha hecho llorar a hombres y mujeres.
Deseo hallar un corazón desgarrado por la separación,
Para hablarle del dolor del anhelo.
Todo el que se ha alejado de su origen,
Añora el instante de la unión.
Cuando la rosa se haya ido y el jardín esté marchito,
No podrás escuchar más la canción del ruiseñor.
El Amado lo es todo; el amante apenas un velo.
El Amado está viviendo; el amante es una cosa muerta.
Ama las voluntades de lo que traen estas palabras.
…..

…..
Le pregunté al “ney” (flauta de caña):
¿De qué te lamentas?
¿Cómo puedes gemir sin poseer lengua?
El “ney” respondió:
Me han separado del cañaveral
Y ya no puedo vivir sin gemir y lamentarme.

La Orden “Mavleví” ¿es danza o tariqa?

La orden Tariqa “Mavleví "se basa en tres elementos esenciales: la música, la danza y la recitación de poesía, y exclusivamente  poesías de su fundador Jalal al-Din Roumi, quien dijo: "Hay muchos caminos que conducen a Dios, y yo elegí el camino de la danza y la música".

Al-Roumi resumió la grandeza de la música diciendo: "En  las notas de la música, hay secretos ocultos, que si se revelan sacudirían al mundo".

La música, constituye uno de los principales pilares de la Mevleví. Los seguidores de esta Orden, los "Maulawiyya",  llaman "Samá" a la danza masculina acompañada por música de flauta y tambores y considerada como un viaje espiritual para el crecimiento del alma hasta la profundidad de la mente y del amor en su camino hacia la perfección.  

Generalmente los mevlevíes se les llama "la gente de Dios", y los bailarines que giran sobre sí mismos dando vueltas durante el baile, alrededor del centro del círculo, donde está el Cheikh, se llaman "derviches", es decir, los pobres agradecidos a Dios por las necesidades menores satisfechas en la vida.

Los danzantes, giran sobre sí mismos con los brazos extendidos, simbolizando "la ascendencia espiritual hacia la verdad, acompañados por el amor y liberados totalmente del ego". 

El vestuario

La ropa que suelen usar los Derviches se caracteriza por ser ancha, también es muy simple, y tejida con mucho cuidado, en su mayoría es de lana (principalmente la ropa del clero), tomando en cuenta que antes que ellos, los sacerdotes del cristianismo y del judaísmo, incluso los de los Faraones, tejían sus capas  de lana de ovejas o de cabras, y para ellos este tipo de vestimenta muestra que el ser humano es mortal, y también ayuda a  acercarse a Dios con modestia y sencillez.

El ancho de la ropa es fundamental para cuando se baila y se da vueltas, la falda se levante y quede bonito girando como un platillo volante.
 
Su vestimenta consiste en una túnica negra que simboliza la tumba (la tumba del alma humana malvada) y generalmente están abiertos desde el frente con un cuello redondo y ancho, mientras que las mangas son  largas y también anchas, sus lados delanteros cuelgan como una capa, y por debajo llevan unas "túnicas”, y una falda blanca suelta, simbolizando el sudario, o sea la muerte; mientras que el gorro siempre es alto y de color marrón, y lo llaman "kalá" y simboliza la lápida, o bien de color rojo y simboliza el pensamiento y el control de las emociones. También visten una bata negra, que alude a la muerte. 

La danza de los Derviches

Ellos prefieren llamarlo viaje espiritual, donde los bailarines entran a la pista, colocando sus brazos sobre el pecho en forma cruzada, representado el número (1), lo que testifican a la unicidad del creador todopoderoso.

Después de ellos entra el Cheikh, que representa al mediador entre la tierra y el cielo, saluda y se sienta en una alfombra roja, cuyo color les hace recordar la puesta de sol en la ciudad de Konya el día de la muerte de su maestro.

Comienzan los cantantes a tararear canciones y versos seleccionados de los poemas de Jalal Al-Din Al-Roumi, y todo es tristísimo. Entonces los derviches entran  lentamente, y una vez que empiezan a girar, abren sus brazos hacia Dios.

Giran de izquierda a derecha, tres vueltas alrededor de la alfombra roja. El número de vueltas aquí simboliza las tres etapas que acercan el bailarín a Dios: el camino de la ciencia, el camino de la visión (Mística), y el camino de la verdadera sabiduría y la Unión con Dios.

Cuando los derviches comienzan su tercera vuelta, entra el Cheikh al círculo del baile para realizar su danza, en ese momento el ritmo de los instrumentos músicos se acelera, y el Cheikh comienza a girar en el centro del círculo, y en esto el Cheikh servirá como el sol para el resto de los planetas, este es el momento, de la máxima existencia y la unión con lo absoluto.

Al final de la tercera vuelta, los derviches van quitándose sus túnicas negras y aparecen sus ropas blancas, lo que  simboliza la liberación del cuerpo físico, hacia un nuevo renacimiento. En ese momento, el Cheikh, les da señal a que bailan y comienzan a girar lentamente, abriendo sus brazos como dos alas, la palma de la mano derecha se abre hacia el  cielo (la vida) y la de la izquierda hacia la tierra (o sea hacia la muerte). 

Esto simboliza la unión entre lo finito e infinito. En este baile ellos buscan además de la perfección, la verdad y vencer el ego hasta  encontrar el amor hasta alcanzar el éxtasis.

En todos sus movimientos los Derviches o Darwishes se convierten en lazos entre el Creador y su sirviente, y este último recibe la energía vital del cielo y la proporciona a la Tierra, en un proceso químico, que solo él mismo tiene sus secretos.

Cuando el Cheikh termina de bailar y regresa a su lugar, los instrumentos dejan de tocar, y los cantantes comienzan a recitar el Corán, como señal de que el ritual ha terminado.

Este tipo de danza es como liberar el cuerpo de las  restricciones materiales, hasta que el bailarín se convierta cuando gira alrededor de sí mismo, en el eje del mundo. A través de dicho eje, la tierra se encuentra con el cielo.

Gente de todas las razas y religiones asisten a las sesiones de danza y oración de los mevlevíes o los  “Maulawiyya ", dejando reinar una atmosfera de tolerancia. Así fue que en los funerales del maestro Jalal El Din, los rabinos leyeron sus salmos en saludo a su alma y los sacerdotes cristianos entonaron versos de los cuatro evangelios. 

Poemas de amor de Mevlana

ERES MI REY
"Eres mi Rey, mi Rey,
En mi corazón y en mi alma, eres mi fe.
Cuando exhalas tu aliento sobre mí, encuentro nueva vida.
¿Qué es una sola vida? Tú eres cien vidas para mí.
Sin Ti, el pan es veneno.
Tú eres el agua, el pan de cada día.
Por Ti el veneno es curación.
Tú eres azúcar y dulzura para mí.
Eres mi hierba y mi jardín, eres mi paraíso,
Y mi ciprés y mi jazmín risueño.
Eres mi Rey, mi luna,
Piedra preciosa y mina para mí.
Permanezco callado, habla Tú,
Que eres razón de mis palabras."

Fuente: Al Mayadeen


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