La masacre de Managua, aquel 22 de enero de 1967

La masacre de Managua, aquel 22 de enero de 1967

El 22 de enero de 1967, la Guardia Nacional de Somoza disparó contra una multitud que exigía elecciones libres y buscaba la salida de la dictadura. El saldo mortal fue cruel para los civiles, pero la historia apunta a que la primera bala salió de los manifestantes

 

Annur TV
Monday 22 de Jan.

Uno de los días más sangrientos en la historia de Managua gira alrededor de una incógnita: 51 años después, todavía no se sabe cuántas personas murieron en la masacre de la Avenida Roosevelt, aquel soleado domingo 22 de enero de 1967. Nunca hubo un pronunciamiento oficial que avalara la nefasta cifra.

¿Fueron 60, fueron 200 o fueron miles? Según reportes periodísticos, se sabe que murieron entre ocho y diez hombres de Somoza, de la Guardia Nacional, pero quizás nunca se sepa el número de civiles que perecieron en el cruento y desigual intercambio de balas que dejó esta masacre...

Cabe resaltar, no obstante, que en el libro La Historia de la Guardia Nacional del periodista e historiador Nicolás López Maltez, él anota que la Cruz Roja contó en 60 los fallecidos civiles. Pero esta cifra no se encuentra respaldada oficialmente. Otras fuentes o publicaciones han asegurado que los muertos superaron la centena y a veces indican que la cifra es de cuatro dígitos.

Los manifestantes de la Unión Nacional Opositora (UNO) y otros partidos eran unos pocos miles fáciles de multiplicar para la imaginación en aquella coqueta Managua de calles y avenidas. El terremoto de 1972 transformó la capital y borró el campo de batalla, que se dio principalmente en el cruce de la Asamblea Nacional actual y la Avenida Roosevelt, llamada hoy Avenida Peatonal Gral. Augusto C. Sandino.

Los civiles se manifestaban pacíficamente desde las 9:00 a.m. contra la dictadura familiar de los Somoza, que llevaba casi tres décadas en el poder de Nicaragua. Ese día era el final de la campaña electoral y parte del pueblo exigía negociar con el Estado Mayor de la Guardia Nacional la no continuidad de los Somoza. Una inmensa mayoría desfiló con alegría y paz, pancartas en mano y música en la vía pública, pero una minoría de civiles iba armada y preparada para un combate contra el régimen.

La negociación nunca llegó y a las 5:00 p.m., el disparo de un francotirador civil —según afirma la mayoría de historiadores— dio en el pecho del guardia Sixto Pineda, que se aprestaba a lanzar agua a presión contra la multitud que no aceptaba retirarse sin lograr su cometido. Se abrieron las puertas del infierno. La Guardia respondió al fuego con fuego y vació las calles, dándole dos opciones al pueblo: huir o morir.

 
La Plaza de la República se desbordó de manifestantes que, pancartas en mano, salieron en dirección a la Avenida Roosevelt. Los mensajes eran exigencias claras: “No más Somoza en el poder”, “Nicaragua Libre”, “Paz con Libertad y Pan”, “Dios Orden y Justicia”. LA PRENSA / Archivo

La Plaza de la República se desbordó de manifestantes que, pancartas en mano, salieron en dirección a la Avenida Roosevelt. Los mensajes eran exigencias claras: “No más Somoza en el poder”, “Nicaragua Libre”, “Paz con Libertad y Pan”, “Dios Orden y Justicia”. LA PRENSA / Archivo

 

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director del diario LA PRENSA, observa la manifestación del 22 de enero. Su periódico era uno de los órganos de oposición más fuertes contra Somoza y él era el coordinador de la Unión Nacional Opositora, pero esa tarde rogó a nombre del candidato presidencial Fernando Agüero que no hubiesen enfrentamientos, y llamó “hermanos” a los integrantes de la Guardia para persuadir a los manifestantes de no protagonizar actos bélicos. LA PRENSA / Archivo

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director del diario LA PRENSA, observa la manifestación del 22 de enero. Su periódico era uno de los órganos de oposición más fuertes contra Somoza y él era el coordinador de la Unión Nacional Opositora, pero esa tarde rogó a nombre del candidato presidencial Fernando Agüero que no hubiesen enfrentamientos, y llamó “hermanos” a los integrantes de la Guardia para persuadir a los manifestantes de no protagonizar actos bélicos. LA PRENSA / Archivo

 

Un único cartel sobresale entre la marea de manifestantes. “Tierra para el campesino” era una de las múltiples exigencias que el pueblo hacía a la dictadura. LA PRENSA / Archivo

Un único cartel sobresale entre la marea de manifestantes. “Tierra para el campesino” era una de las múltiples exigencias que el pueblo hacía a la dictadura. LA PRENSA / Archivo

 
Hasta las 5:00 p.m. la protesta se había desarrollado de forma pasiva. Aquí, un grupo de mujeres descansan sentadas en la calle, mientras un guardia nacional las custodia. LA PRENSA / Reproducción del diario del 3 de febrero de 1967.

Hasta las 5:00 p.m. la protesta se había desarrollado de forma pasiva. Aquí, un grupo de mujeres descansan sentadas en la calle, mientras un guardia nacional las custodia. LA PRENSA / Reproducción del diario del 3 de febrero de 1967.

 

Después de iniciado el tiroteo, el domingo 22 de enero, un fuerte número de guardias nacionales se parapetaron tras el edificio del Banco Central. Uno de los primeros heridos por el fuego es auxiliado por un civil. LA PRENSA / Reproducción del diario del 3 de febrero de 1967.

Después de iniciado el tiroteo, el domingo 22 de enero, un fuerte número de guardias nacionales se parapetaron tras el edificio del Banco Central. Uno de los primeros heridos por el fuego es auxiliado por un civil. LA PRENSA / Reproducción del diario del 3 de febrero de 1967.

 

El teniente GN Sixto Pineda Castellón fue el primer muerto del 22 de enero, según historiadores y la versión de Dionisio Marenco, quien atestiguó el momento en calidad de estudiante de ingeniería y opositor a Somoza. “Un certero disparo de un francotirador de la Unión Nacional Opositora le partió el pecho. Se arrastró unos segundos hacia la pared del Banco Central y murió”, describe el historiador Nicolás López Maltez. LA PRENSA / Cortesía: Nicolás López Maltez – La Estrella de Nicaragua.

El teniente GN Sixto Pineda Castellón fue el primer muerto del 22 de enero, según historiadores y la versión de Dionisio Marenco, quien atestiguó el momento en calidad de estudiante de ingeniería y opositor a Somoza. “Un certero disparo de un francotirador de la Unión Nacional Opositora le partió el pecho. Se arrastró unos segundos hacia la pared del Banco Central y murió”, describe el historiador Nicolás López Maltez. LA PRENSA / Cortesía: Nicolás López Maltez – La Estrella de Nicaragua.

 

Las oficinas de LA PRENSA fueron ocupadas tras la masacre. Esta imagen muestra el saqueo que la Guardia perpetró dentro del edificio del periódico, ubicado por entonces en el centro de la capital Managua. LA PRENSA / Reproducción del diario del 3 de febrero de 1967.

Las oficinas de LA PRENSA fueron ocupadas tras la masacre. Esta imagen muestra el saqueo que la Guardia perpetró dentro del edificio del periódico, ubicado por entonces en el centro de la capital Managua. LA PRENSA / Reproducción del diario del 3 de febrero de 1967.

 

Fernando Agüero, el candidato presidencial de la UNO, sonríe y posa junto a Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director del diario LA PRENSA y coordinador de la fuerza opositora. LA PRENSA / Archivo

Fernando Agüero, el candidato presidencial de la UNO, sonríe y posa junto a Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director del diario LA PRENSA y coordinador de la fuerza opositora. LA PRENSA / Archivo

 

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