Coloridas, exageradas en su pompa ornamental, discretas pero engalanadas con maravillosas cúpulas, esta es una de las mezquitas más bonitas del planeta, que merece por sí misma un viaje a su país de turno.
Al igual que muchas otras grandilocuentes mezquitas del sudeste asiático, la mayor parte de las más bellas y reseñables de Malasia se construyeron a lo largo del siglo XX, con especial énfasis en la post-independencia. La del sultán Salahuddin Abdul Aziz se levantó en 1988, con mejor acierto estético que la única mezquita que la supera en tamaño en la región, la de Jakarta. Sus formas poliédricas y colores blancos y azules le garantizan una visita obligada por todos los turistas que alcancen Malasia.
Fuente: Magnet