Obra de mano barata para tu país, hacen los trabajos que los nativos acomodados y no, no quieren hacer más, aparte son útiles para todo, para aumentar falsamente el índice de delincuencia, para tomar medidas represivas, los refugiados son multifunción para los poderosos.

Expulsados de sus países a fuerza de bombas, persecuciones internas, y otros medios aberrantes, se ven obligados a dejar sus lugares y emigrar, porque el refugiado es otra forma de emigración, mucho más dolorosa, por cierto, pero emigración al fin.

Los refugiados son un producto, uno muy bien pensado, por aquellos que se dedican a ocupar territorios que no le pertenecen, o bien por los que son invasores e imponen el terror en la población local, la despoblación facilita la colonización de un territorio ajeno, el refugiado es producto de las mafias, del gobierno represor, en fin, los refugiados son una fabricación en masa y en serie, allí donde impera la opresión más descarnada y salvaje.

Tienen una ventaja los refugiados, son descartables y biodegradables.

Cuando ya no se los necesita, son vueltos a expulsar del lugar que los acogió, o bien son dejados morir en el intento de llegar.

¿Pero a quien le importa no? Siguen viviendo sus vidas burguesas y derraman exclamaciones de horror y alguna lágrima de cocodrilo cuando ven imágenes como la del pequeño Aylan, ahogado en las costas de Turquía.

También son un buen negocio los refugiados, se roba en el presupuesto destinado a ellos por organismos de “derechos humanos” internacionales, que son selectivos a la hora de elegir a que refugiados “ayudar” de acuerdo a la agenda geopolítica que diseñaron.

Otro buen negocio son para aquellos países que aceptan recibir a estos desgraciados del mundo a cambio de dinero de otros países que no desean abrir sus fronteras, son como si fueran los residuos nucleares que nadie quiere, los refugiados.

Son útiles para el marketing de “solidaridad” de los países, que muchas veces son los mismos que ocasionan el surgimiento de los refugiados, y los desplazados internos donde intervienen, pero los desplazados internos no interesan, déjenlos vagar y morir en su desgracia.

¿Por qué ahora este artículo sobre los refugiados? Sencillamente porque ya pasó la ola de hablar de ellos, pero no hay que olvidarse que todavía padecen su maldición impuesta violentamente.

Refugiados no es solo una denominación para un grupo determinado en condiciones especiales, entre ellos hay niños que han perdido su referencia, su infancia, sus alegrías y su desarrollo normal, al que según dice la Carta Internacional de Derechos del Niño, tienen precisamente, derecho.

Pero no son solo los niños, también hay ancianos, que en su etapa final de la vida no tienen paz.

Me pregunto si nos podemos llamar humanidad todavía…

Y no he comentado el destrato que reciben en los países que son recibidos, son menos que esclavos, parias destinados a la miseria y el desprecio, presas favoritas para abusos de todo tipo, objetivos de la discriminación y la neo esclavitud por sus “¿semejantes…?”

Será que, a pesar de los años pasados, las leyes internacionales declaradas a favor de los Derechos del Hombre, la humanidad no ha cambiado sus instintos básicos, la que indica que el hombre sigue siendo lobo del hombre.

Fuente: El Grillo Web