El Centro Cultural Islámico de Katy, ubicado a 25 km al oeste de Houston, Texas, fue blanco de disparos el lunes 14 de enero, al amanecer. Afortunadamente, no se han reportado víctimas, pero se ha abierto una investigación.

Fueron los empleados de la mezquita que vinieron a trabajar el lunes por la mañana quienes descubrieron los agujeros de bala, primero en el parabrisas de un camión estacionado en el estacionamiento de la mezquita y en la pared del edificio.

Tras estos descubrimientos, se vieron las cintas de la cámara de vigilancia de la mezquita. Jabin Kazia, administrador financiero de la misma, dijo que se ve pasar un automóvil tipo furgoneta frente al centro alrededor de las 3 a,m, y también se puede ver un disparo desde dicho vehículo hacia el centro.

Para Jabin Kazia, tal acto es “aterrador”. “Nunca tuvimos un problema como este. Tenemos buenos vecinos. Por eso es tan sorprendente”, agregó. También testificó que el centro nunca ha tenido disputas con nadie en sus 11 años de existencia. Según el sheriff del Condado de Harris, la falta de evidencia no apoya la tesis de un crimen de odio, pese a que este hecho resulta completamente obvio.

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