Según explicó el encargado del estudio, Héctor Morillas, en la Roca Sagrada "se observan diferentes exfoliaciones; es decir, presenta pequeñas pérdidas de material, que van laminando zonas de la roca".
El investigador subrayó que "una vez que penetran en el material por algún tipo de pequeño deterioro que se haya ido formando", los microorganismos como algas, musgos o cianobacterias "se adhieren al propio material para poder nutrirse de los minerales de la roca y lo van degradando".