El retorno de Guaidó a Venezuela, o la revuelta que no fue

El retorno de Guaidó a Venezuela, o la revuelta que no fue

Es Carnaval en Venezuela y el mundo parece haberse parado súbitamente. 

Annur TV
Wednesday 06 de Mar.

Así son las cosas en este país. Un día sientes que no llegarás a mañana bajo el mismo statu quo y al siguiente las playas de La Guaira, cerca de Caracas, son tendencia en Twitter. Venezuela ha pasado de unas semanas frenéticas de información a unos días de merecido descanso.

El impasse llegó tras el 23 de Febrero, marcado en el calendario como un 'día D' para la oposición. Era la fecha en la que prometieron que entraría la ayuda humanitaria al país. No lo consiguieron y el autoproclamado presidente encargado de Venezuela comenzó una gira internacional por algunos países vecinos aliados a bordo del Legacy, de la Fuerza Aérea colombiana.

La incertidumbre sobre cuál sería el destino del líder opositor Juan Guaidó, el autoproclamado presidente encargado de Venezuela, cuando decidiese volver a su país ha sido la tónica durante sus días de gira por América Latina. Finalmente anunció que regresaría el lunes y la tensión aumentó.

En teoría y según las leyes venezolanas podía ser detenido y la pregunta que todos se hacían era si finalmente la justicia decidiría aprehenderlo y quién ganaría y qué con una posible detención que sería, probablemente, un éxito mediático para la oposición.

Pero finalmente nadie fue detenido y Juan Guaidó ya está en su casa con su mujer, Fabiana, y su hija de 22 meses. Aterrizó en el aeropuerto internacional Simón Bolívar poco antes del mediodía del lunes de Carnaval mientras una multitud lo esperaba en la plaza Alfredo Sadel de Caracas.

Los había llamado a concentrarse para protestar contra Nicolás Maduro y allí estaban: miles de personas desafiando al sol y la fiesta pagana. Cuando pasaban pocos minutos de las 11 de la mañana sonó un mensaje grabado con la voz de Guaidó. Decía que estaba de camino y que llegaría en pocas horas, que esperaran lo que fuese necesario.

Por un momento parecía que el desánimo se había apoderado de los allí presentes y la incertidumbre volvió a convertirse en protagonista, pero la espera no fue eterna. En seguida anunciaron que había sellado su pasaporte en migración. El miedo había pasado.

Guaidó llegó a la tarima de la plaza de Las Mercedes, zona eminentemente opositora, ondeando una bandera venezolana. Su discurso no duró mucho. Anunció una nueva movilización para el próximo sábado y una reunión con los sindicatos de los empleados públicos para el martes. Reconoció que la estrategia del 23 de Febrero fracasó pero terminó diciendo que vamos bien, que "vamos muy bien porque vamos juntos".

Después de eso la gente se fue rápido y los vendedores de donas apuraban el excedente con los últimos gritos de reclamo. En las conversaciones bajo la indumentaria tricolor se hablaba de dónde almorzar, del disfraz de Paulita o del precio de la lancha para Cayo Sombrero, unas de las playas más paradisíacas de Venezuela. Cómo ha subido todo. Una señora comentó que acababa de llegar su hija de España para el casamiento de su otra hija y que estaban todos muy contentos. Otra, que había conseguido sobrevivir estos últimos meses a la dura situación en Venezuela gracias a Netflix. 'Las chicas del cable' y 'Vis a Vis' son sus favoritas.

Cuando la plaza queda vacía como si fuese un lunes cualquiera la normalidad se vuelve la tónica. Queda mucho día por delante y no ha pasado nada noticioso salvo lo esperable. Del Centro Comercial Tolón, que queda justo enfrente de la tarima donde hace minutos se encaramó Guaidó para despedirse de su multitud, entra y sale gente con aire de día festivo y la gorra de Capriles Radonsky da paso a las máscaras y a los disfraces de Superman.

A veinte minutos en carro del punto cero, el Bulevar de la Sabana Grande se llena de venezolanos que pasean de vacaciones. Antaño este paseo era inexpugnable. Estaba tomado por vendedores informales, buhoneros, y la delincuencia era religión. Ahora es una avenida asfaltada y se ha convertido en la principal arteria comercial de la ciudad.

Es un ir y venir de historias de los trópicos de Cáncer y Capricornio. Hoy hay más barullo del habitual. Hay un escenario con tres chicos que cantan y una multitud alrededor. Todas las tiendas están abiertas y los niños, que no tienen clase, se ensucian con ganas su disfraz. Reglas del juego. Despreocupación infantil. La cola de la tienda de helados baratos vuelve a dar la vuelta a la manzana y la cafetería de los golfeados famosos despacha sin parar. También hay cola porque el punto de venta va lento, como siempre.

El señor de la mesa siete come solo. Hamburguesa y refresco. Precio total: 15.000 bolívares, poco más de 4 dólares. El salario mínimo de los venezolanos son 18.000 bolívares al mes así que no salen las cuentas de la proporción y la lógica. Pero a pesar de eso los restaurantes continúan abiertos, la ciudad sigue moviéndose, abriendo cada día sus comercios y sus oficinas públicas y privadas.

Las playas de Vargas, cerca de Caracas, siguen siendo cita obligada en estas fechas. Las redes también están llenas de estas fotos, de las colas a Catia La Mar en el país con la gasolina más barata del mundo y de los tostones con ensalada y queso rallado.

Un poco más lejos de allí, a unas cuantas paradas de metro hacia el oeste, los niños juegan a echarse agua en el sector popular de Caño Amarillo. No hay demasiada agua en Caracas estos días precisamente. Hidrocapital anunció escasez por obras de mejora en la infraestructura.

Bueno. No suele sobrar el agua en la ciudad sean o no carnavales, haya o no anuncios de mejoras que no terminan de llegar. Pero los niños corren en pantalón corto y se tiran agua a diestra y siniestra.

En Caño Amarillo, como en tantos otros sectores de la capital, hay un mercado popular de alimentos los domingos. El de esta semana fue tan concurrido como cualquiera. Comprar allí, como en los mercados de Coche o Catia, significa ahorro. Los precios combaten la hiperinflación que sufre el país y el ahorro es significativo, sobre todo en algunos productos como el queso, los huevos, el fiambre o las proteínas en general.

Juan Guaidó asegura que en Venezuela hay una crisis humanitaria. Alfred de Zayas, profesor, experto independiente de la ONU en derechos humanos y civiles, señala en su último informe que la crisis venezolana no es comparable con la crisis humanitaria que viven países como Yemen, Siria, Sudán o Haití.

Señala que las principales causas responsables son las sanciones impuestas unilateralmente por EEUU y la Unión Europea, que podrían constituir crímenes de lesa humanidad en virtud del artículo 7 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

La FAO tampoco avala la teoría de Guaidó. Según su último informe sobre hambrunas en el mundo, Venezuela no estaría en la lista. La Cruz Roja Internacional alertó del uso político de la entrega de la ayuda humanitaria y anunció que no participaría sin el permiso de Nicolás Maduro.

Más de una semana después, la frontera con Colombia permanece cerrada y el alcalde de Cúcuta ha pedido en una carta abierta al presidente Iván Duque que repartan esos camiones entre la población de la ciudad fronteriza, donde el 40% vive en la pobreza. El dato no lo da el gobierno venezolano. Es del Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (Dane).

Fuente: Sputnik


Aparecen en la nota:
juan guaidó venezuela crisis en venezuela nicolás maduro
Comparti esta nota

Comparti esta nota

Copyright (c) 2024 AnnurTV. Todos los derechos reservados.
Organización Islamica Argentina. Felipe Vallese 3614, C1407MHH, CABA, Buenos Aires, Argentina