Apuntes sobre la visita de un académico argentino a Irán (Parte 4)

Apuntes sobre la visita de un académico argentino a Irán (Parte 4)

Por el teólogo y Sheij Abdul Karim Paz

El Profesor Miguel Ángel Barrios es Dr. en Educación y Dr. Ciencias Políticas. También es Director Académico de Dossier Geopolitico. Ha escrito más de quince obras de política latinoamericana y mundial.

Sheij Abdulkarim Paz
Monday 18 de Mar.

Cuarta Parte

Una de las grandes acciones realizadas por el profesor Barrios en Irán fue la de visitar por igual a seminarios teológicos y prestigiosas universidades en la santa ciudad de Qom, cuna de la revolución del Imam Jomeini, y la moderna capital de Teherán. Las sedes del conocimiento teológico, de distintas ciencias humanistas, de jurisprudencia, por una parte, fundamentalmente ubicadas en la ciudad de Qom y el resto de las ciencias de estudios internacionales, estudios geo estratégicos, de ciencias sociales, ciencias políticas, ciencias de educación y otras ciencias experimentales. Como sabiamente postula el Papa Francisco en Laudato Si, la teología ha de volver a la mesa de discusión estratégica porque la solución a la crisis terminal que vemos en el (des) orden mundial actual es hoy, más que nunca, interdisciplinaria o no será.

Hay dos ciencias (por más que le pese a los cientificistas), capaces de dar sentido último al saber. Una es la teología y otra la filosofía. La primera es la ciencia de los profetas y de quienes se han dedicado a su estudio. Tiene la ventaja de que los profetas hablan de tal manera, que entiende el vulgo, el místico y la elite intelectual, cada uno en su nivel. Mientras que la filosofía es solo, en términos generales (existen los buenos filósofos que facilitan las cosas), es más un conocimiento de elites intelectuales. Todos saben quiénes son Moisés, Jesús y Muhammad (Mahoma), se bendicen los hogares con sus frases y, a veces, sus imágenes. Pero no sucede lo mismo con Sócrates, Platón y Aristóteles y son los más grandes filósofos. Occidente cometió un grave error en su forma de pensar y conocer. Se quedó con las ciencias empíricas como único criterio de verdad y prestigio, o sea, se quedó con saberes instrumentales o de medios, no de fines. Descartó hace mucho a la teología y a la filosofía la enredó en estériles negacionismos positivistas que la secaron de toda vida e interés. EL resultado es el que vemos hoy. Llegamos al abismo, el fin de los sin fin. Atrapados en una civilización experta en medios, sin saber de dónde viene y a dónde va. Como el gusano de seda, se asfixia en su propia construcción.

Por eso, el Papa Francisco, sabio entre sabios, bien dice: hay que devolver a la mesa de discusión estratégica a la teología, “todos a dialogar” es la consigna de los momentos de crisis y con más urgencia si la crisis es de tipo terminal.

El Dr. Barrios se movía a gusto en ambos sitios, el religioso y el universitario. Para mí el secreto está en que Miguel Barrios es un hombre de fe, de la tierra de las Misiones jesuíticas, y, además, por las huellas que le dejó su gran maestro Methol Ferré quien decía que la sociología por sí sola es buena para las estadísticas, no para el plan estratégico. Los mismo que las ciencias políticas sin teología se quedan sin trascendencia y sentido profundo. Por eso, nuestras sociedades, como bien señala, Marcelo Gullo, producen algunos buenos tácticos en el mejor de los casos, pero no estrategas. Tanto en las enseñanzas monoteístas como en el pensamiento helénico el saber estaba unido como es una la realidad a la que refería. Pero, con el alejamiento gradual de Occidente del monoteísmo (los griegos todavía conservaban su perfume, porque ya habían comenzado a alejarse del monoteísmo), el saber se fue fragmentando y devino en el caos inconexo que rige hoy. Un fenómeno insostenible que clama por medidas urgentes y revolucionarias para evitar un colapso de dimensiones inimaginables. Nosotros, los teólogos y filósofos

sabemos que el final de la humanidad es feliz, así lo pide el buen corazón humano. La humanidad no se suicida en masa, pero no necesariamente será feliz para aquellos que se empecinan en arrojarse al abismo. Para quien no lo quiere, no habrá salvataje.

El Dr. cautivó y se dejó cautivar, tanto por seminaristas como por los universitarios a los que vio con un buen nivel comparativo con las universidades que él visita en Latinoamérica. Percibió en Irán mucho compromiso, saber, infraestructura pesada en materia de altos estudios que serían el sueño de muchos académicos en nuestra región. Es que Irán no solo está en el centro del mundo, sino que, además, posee miles de años de experiencia histórica y está ligado al Medio Oriente, cuna de los más grandes profetas de la humanidad. El efecto de las enseñanzas de los grandes profetas es muy perceptible en el humanismo que se respira en Irán. El académico argentino se refirió varias veces al sosiego, paz y seguridad que se respiraba en el país persa. Es llamativo el ambiente de bienestar y tranquilidad que se respira y palpa en este país. No importa si es una ciudad o en otra. Eso ocurre desde el mismo momento que uno pone el pie en Persia. Me llevaría varias líneas explicar este fenómeno, pero me alejaría del curso que marca nuestro profesor. Quedará para un tratamiento más profundo en otra ocasión. Solo agregaré que es directamente proporcional a la sensación inversa en las grandes urbes de Occidente. No así hacia el interior de nuestros países donde todavía se conserva esa tranquilidad, aunque no combine como en Irán, al mismo tiempo, la dinámica de un país que es potencia mundial. Si vemos con objetividad, veremos el rol de Irán en el mundo y cómo ocupa las primeras planas desde el principio de su revolución hasta nuestros días, por lo que se acepte o no, su tremendo dinamismo no puede negarse. Eso lo diferencia con la calma que reina en los pueblos o aldeas de tierra adentro. Esta combinación de extrema dinámica con sosiego y tranquilidad, con bienestar y como diríamos en Argentina, con “buena onda”, es lo particular que se vibra aquí en Irán.

La venida del Dr. coincidió con el aniversario de los cuarenta años del triunfo de la Revolución Islámica de Irán por lo que llegó para escuchar balances y un histórico comunicado del líder para los próximos cuarenta años (igualito a los planes en Argentina…)

Tendremos que abordar en las próximas entregas todo aquello que se presenta como logros de esta revolución y como desafíos a futuro. Es un tema por demás interesante para analizar el mundo que viene y poder extraer ejemplos para nuestros países latinoamericanos. Por otra parte, con respecto a lo que cabe esperar a futuro según los análisis del líder nos prefiguran el derrotero que es dable esperar para Irán y la región del Medio Oriente en los próximos años. Veremos que prima una visión muy optimista que contrasta con la depresión que se vive en estos años donde los gobiernos neoliberales han tomado el poder muchos de los países latinos de América.

Un dato que los analistas están viendo hoy en todo el mundo tiene que ver con lo que está ocurriendo en Venezuela. El profesor Barrios pudo constatar la importancia que le otorgan en Irán a Latinoamérica, a través de la vigencia y espacio que ocupan los acontecimientos tensos en la Patria de Simón Bolívar. Si tuviésemos que resumir en una expresión cómo se ve el conflicto de Venezuela podríamos citar la frase que resonó varias veces y algunas en boca del mismo doctor Barrios: “Venezuela es la segunda Siria”; “La Siria latinoamericana”. Esta simple frase encierra todo un contenido profundo. Veamos qué sucedió en Siria. La mal llamada primavera árabe, demasiado fugaz y en algunos lugares, demasiado tremebunda como para ser asociada con una primavera. Y, por otra parte, ¿por qué circunscribirlo a un fenómeno “árabe”? Eso es reducir las cosas y caracterizarla de un modo equivocado porque se soslaya el factor islámico y el pseudo islámico. Por supuesto también deja afuera al factor cristiano y pseudo cristiano o

judío y pseudo judío. Lo pseudo lo agregamos para definir los complots urdidos para hacer aparecer algunos conflictos como de carácter religioso cuando en realidad, se trataba de la vieja avidez de los recursos materiales de estos países.

Siria representa el choque de una guerra caliente, que si la unimos a la guerra fría o blanda que está teniendo lugar en muchas otras partes del planeta, podemos tener un cuadro completo de la llamada Tercera guerra mundial en cuotas que está teniendo lugar en el mundo del siglo XXI. Los contrincantes son dos grandes frentes. El tradicional atlantista con la OTAN como su brazo armado y con Estados Unidos a la cabeza. El otro el frente multipolar, con una fuerza descomunal como lo es la alianza ruso-china, pero como si fuese poco, este frente, que ya no se agota en la Unión Soviética que fuera vencida en su momento, tiene otros aliados que la hacen invencible. El bloque islámico con Irán a la cabeza y todos sus aliados regionales. Pero también con el cristianismo bajo dos formas, una la diplomática de máximo nivel, la del Papa Francisco y el Vaticano, la otra, la de la Iglesia ortodoxa con el Patriarca ruso a la cabeza. Eso le confiere una fuerza espiritual fundamental a la hora de realizar los sacrificios necesarios para enfrentar en el terreno donde, como bien decía el Dr. Barrios, sigue siendo la infantería la que define las guerras en el siglo XXI. A este bloque poderosísimo que viene sumando vitales victorias, se le suma la Patria Grande. Allí donde es consciente de sí, donde quiere ser independiente, no las Patrias chicas colonizadas y dominadas. La fortaleza continental fronteriza de la Patria Grande es Venezuela. Ahí vuelven a chocar los dos frentes en guerra. Aclaramos que el bloque multipolar llama insistentemente al diálogo para evitar la guerra que sufren fundamentalmente los pueblos, pero desgraciadamente, esos llamados son desatendidos. Esperemos que reine la sensatez, porque será la única manera de terminar con la llamada crisis de refugiados, los enfrentamientos, los desabastecimientos, los sabotajes, las mentiras, la discordia, y todos los dramas que conllevan para la gente. La “Segunda Siria” para muchos analistas más agudos, será una nueva victoria para el frente multipolar. Es de esperar que se evite un enfrentamiento porque las secuelas de destrucción y muertes son tremendas. Pero para evitar eso se requiere que las dos partes quieran dialogar, no basta con una sola. Buenos intermediarios hay, porque el Papa, si hay voluntad, puede ayudar a ese dialogo. México y Uruguay se ofrecieron pero fue desestimada su oferta por la oposición a Maduro.

Continuará… Dios mediante.

Por el teólogo y Sheij Abdul Karim Paz


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