Noruega y Alemania suspendieron hace unos días ayudas destinadas a la preservación del "pulmón del planeta".
Parque Nacional de Jamanxim, en el estado de Pará, Brasil. 21 de junio de 2013. Nacho Doce / Reuters.
La semana del Clima de América Latina y Caribe comenzó este lunes en la ciudad brasileña de Salvador de Bahía, en medio de un crispado ambiente por las políticas medioambientales del Gobierno de Jair Bolsonaro.
El encuentro, que terminará el próximo viernes, es una reunión previa a la Cumbre de la Acción Climática de septiembre en EE.UU. y de la Conferencia del Clima de Naciones Unidas (Cop 25), que el Gobierno brasileño se negóa organizar y que tendrá lugar en Chile en diciembre.
Se espera que esta semana acudan más de 3.000 personas procedentes de 26 países a la cumbre, en la se discutirán temas como la implementación regional de las metas del Acuerdo de París. Este encuentro tuvo cierta polémica porque el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, lo canceló hace tres meses, para después cambiar de decisión y anunciar su participación.
La celebración llega en un momento de gran controversia por el aumento de la deforestación en la Amazonía, que provocó que Alemania y Noruega anunciasen la semana pasada el congelamiento de ayudas destinadas a la preservación de la selva. La decisión de estos dos países europeos fue duramente criticada por Bolsonaro.
El pasado domingo, los gobernadores de ocho estados de la región de la Amazonía Legal divulgaron una nota en la que lamentaron que la posición del gobierno provocase la suspensión de estas ayudas e informaron que negociaran directamente con estos países.
Los datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (Inpe) indican que la deforestación destruyó 2.254 kilómetros cuadrados de la Amazonía brasileña el pasado julio, 278 % más que los 596,6 kilómetros cuadrados del mismo mes de 2018.
Ya en junio, el Inpe comunicó que la deforestación acabó con 920 kilómetros cuadrados de bosque, un aumento de 88 % respecto al mismo periodo de 2018. Ese informe fue cuestionado por Bolsonaro, y terminó con la destitución del director de esa institución, Ricardo Galvão, quien protagonizó una destacada polémica con el mandatario.