Proclamado por la Asamblea del Estado de California en 2016 como el “Mes de la Conciencia y el Aprecio” de los musulmanes estadounidenses y sus valiosas contribuciones, este viernes, 16 de agosto, se celebró este evento en Oakland, un pueblo soleado ubicado en la Bahía de San Francisco.

Bajo un cielo azul sin nubes, la efervescencia de los grandes días reinó en el corazón de este bastión de la resistencia contra Donald Trump, una tendencia liderada por la irreductible Libby Schaaf, una valiente alcaldesa que se opone firmemente a la expulsión de los inmigrantes ilegales de su ciudad.

Lejos de temblar ante la ira inextinguible que desborda la Casa Blanca, ella no se inclina frente a los violentos ataques que se desatan contra su “obstrucción de la justicia” ni por las amenazas de prisión y llama a “dar ejemplo”.

Encarnación de la disidencia en la América de Trump, Libby Schaaf, se alzó en un pedestal por prohibir a la policía local colaborar con la administración federal en materia de inmigración. Ella honró con su presencia el gran evento organizado para conmemorar las aportaciones de los musulmanes a la historia estadounidense.

La comunidad musulmana de Oakland, rica en su diversidad, celebró las aportaciones excepcionales, y a menudo insospechadas, del conjunto de los musulmanes en EEUU desde hace décadas, en la Mezquita Waritheen.

«Quiero agradecerles sinceramente y calurosamente por sus muchas contribuciones a nuestra ciudad, a la comunidad, por su participación en la tarea del vivir juntos, su constante dedicación a sus conciudadanos, sin excepción y los valores que los inspiran a ustedes y a su comunidad. Aquí, en Oakland, somos ricos en nuestras diferencias. Todas las tradiciones e historias se unen, se mezclan y se celebran hoy”, dijo Libby Schaaf con emoción.

La alcaldesa, tan extraordinariamente indolente, no ha tenido miedo de provocar la ira de Trump: “Nuestro presidente está increíblemente equivocado y es muy ignorante. Él esta perdido. Es racista y no conduce a este país en la dirección correcta. Lo que hace a EEUU tan rico es nuestra diversidad”, dijo en voz alta.

Faheem Shuaibe, el imam del lugar, dijo: “La inclusión es una de las palabras clave en este momento porque hay mucha gente que está construyendo muros para tratar de separarnos unos de otros, ya sean muros políticos, muros raciales o muros económicos”.

Sameena Usman, dirigente del influyente Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR) en California, señaló: “Somos una parte integral de esta comunidad y el hecho de que nuestra ciudad de Oakland y el Estado de California hayan decidido celebrar, por tercer año consecutivo, la riqueza de nuestra presencia en suelo estadounidense realmente representa mucho para la comunidad musulmana. Esta es la mejor manera de desactivar la retórica de odio que contamina el debate público y crea confusión en la mente de las personas”.

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