El tema se planteó "discretamente" ya que estas cabezas nucleares "son esencialmente rehenes de (Recep Tayyip) Erdogan" en medio de las tensiones que han surgido entre los dos estados por la invasión que el presidente turco lleva a cabo en el norte de Siria.

Un alto funcionario estimó que retirar las bombas de Incirlik "sería marcar de hecho el fin de la alianza turco-estadounidense". "Sin embargo —añadió—, mantenerlas allí sería perpetuar una vulnerabilidad nuclear que debería haberse eliminado hace años".

Hace solo un mes, el presidente Erdogan reivindicó sus propias ambiciones nucleares. El dirigente dijo, hablando con sus partidarios, que "no puede aceptar" las normas que impiden que Turquía posea armas nucleares propias. Erdogan afirmó que "no hay una nación desarrollada en el mundo que no las tenga".

Por su parte, el secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, prometió el lunes visitar Bruselas en los próximos días para presionar a los aliados de la OTAN a "que tomen medidas diplomáticas y económicas colectivas e individuales en respuesta a las atroces acciones turcas" en Siria.

Asimismo, calificó de "innecesaria e impulsiva" la invasión turca contra las milicias kurdas.

De acuerdo con expertos, Turquía tendrá muchos problemas si quiere controlar todo el territorio que tenían los kurdos. Ello desplazaría la frontera hasta el río Éufrates y la jugada le puede salir a Turquía bastante mal, mientras que Siria puede "fortalecerse" por las tensiones en curso.

Fuente: Al Mayadeen