Rusia expresa sus dudas acerca de la versión del presidente de EE.UU., que se ha atribuido el asesinato del líder de Daesh, Abu Bakr Al-Bagdadi, en Siria.
Horas antes, el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, había informado de que el máximo responsable del grupo terrorista ISIS (Daesh, en árabe) había muerto en una operación de las fuerzas especiales de EE.UU. en la aldea de Bashira, ubicada en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria.
Durante su intervención dedicada a la operación contra el líder de Daesh, el mandatario estadounidense agradeció la ayuda de Turquía, Rusia, Siria e Irak.
“El creciente número de participantes directos y países que presuntamente participaron en esta ‘operación’ plantea preguntas y dudas sobre su veracidad y éxito”, ha declarado este domingo Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio ruso de Defensa.
Konashénkov ha subrayado que “no dispone de información veraz” del operativo estadounidense en Idlib con el objetivo de “eliminar”, otra vez, al exlíder de ISIS.
Asimismo, ha enfatizado que, en días recientes, no se detectaron ataques de la Aviación de EE.UU. o de la llamada coalición internacional en la gobernación de Idlib, último reducto de los grupos armados y terroristas en el país árabe.
El líder de la agrupación takfirí apareció en público por primera vez en julio de 2014 en la ciudad iraquí de Mosul, donde proclamó un califato en Oriente Medio.
Desde entonces, los medios de comunicación publicaron varias informaciones sobre la aniquilación del líder terrorista, pero sin que estas se confirmaran.
Medios sirios vinculados a la oposición del país árabe desmienten que el “elemento de alto valor” que fue asesinado en una operación de EE.UU. fuera Al-Bagdadi.
Indican que Idlib, el último reducto de los grupos terroristas y armados, está ahora en manos de las bandas relacionadas con la red terrorista Al-Qaeda, que es enemiga declarada del EIIL, por lo que eso desmentiría cualquier presencia del líder de Daesh en las zonas controladas por sus enemigos.
Por su parte, fuentes de la llamada oposición siria indican que el lugar que fue blanco de la incursión aérea de EE.UU. en realidad era la casa del comandante del grupo llamado Horas Al-Din, filial de Al-Qaeda.
En este ataque, Abu Homam al-Shami, junto a cinco miembros de su familia, pereció en el asalto.