El Ejército sirio recupera un campo petrolero en Al-Hasaka, mientras EE.UU. intenta mantener bajo su control los pozos de hidrocarburos del país árabe.
Según lo informado el martes por medios locales, los militares sirios, “por vez primera en varios años”, han entrado en los yacimientos petrolíferos de Rumailan, situados cerca de la aldea de Mulá Abás, en la provincia nororiental de Al-Hasaka.
El diario estatal Al-Watan reportó al respecto que el pozo petrolero de Rumailan estuvo durante siete años fuera del control del Gobierno de Damasco.
El avance del Ejército se produce mientras Washington ha revertido su anterior decisión de retirar todas sus tropas del noreste de Siria. La semana pasada anunció el despliegue de aproximadamente 500 soldados en el este de Siria so pretexto de “proteger” los pozos de petróleo.
En palabras del secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, Washington utilizará una fuerza “abrumadora” contra cualquiera que intente desafiar a los militares norteamericanos en esta tarea, incluidas las tropas rusas o el propio Gobierno sirio.
El propio presidente de EE.UU., Donald Trump, dio varias versiones del papel de sus fuerzas en Siria. El 25 de octubre dijo que “hemos asegurado el petróleo, por lo que en la zona petrolera quedarán unos pocos hombres”. Tres días después, fue más allá y dijo que el petróleo era de Washington.
“Nos quedamos con el petróleo, recuerden eso”, señaló en un mitin en Chicago. “Siempre lo dije: ‘Hay que conservar el petróleo’. Queremos resguardar el petróleo. ¿45 millones de dólares al mes? Conservemos el petróleo”. De hecho, el inquilino de la Casa Blanca ha dejado claro que su objetivo es el petróleo y que está dispuesto a pelear por él.
La ilegal medida de Trump ha desatado una ola de condenas no solo de Siria, sino de otros países como Irán y Rusia. Este último país reveló, mediante imágenes satelitales, la implicación de EE.UU. en el contrabando del oro negro del país levantino.
Siria sufre desde 2011 un conflicto armado que provocaron grupos terroristas y bandas armadas patrocinadas, según denuncia Damasco, por Arabia Saudí, EE.UU., y algunos países europeos. Los expertos estiman que la producción petrolera siria ha descendido en la actualidad de 400 000 barriles diarios a unos 80 000.