Días después de que una manifestación contra el Islam se volviera violenta en la ciudad noruega de Kristiansand cuando un líder ultra intentó prender fuego a una copia del Sagrado Corán a pesar de las advertencias de los oficiales de policía, las emociones en la pequeña e idílica ciudad de menos de 100.000 habitantes están contenidas y la comunidad en general ha condenado el crimen de odio.

El incidente tuvo lugar el 16 de noviembre cuando un pequeño grupo de personas del grupo de extrema derecha “Alto a la Islamización de Noruega” (SIAN) realizó una manifestación en Kristiansand durante la cual intentaron quemar una copia del Libro sagrado.

Los vídeos del incidente que aparecieron en las redes sociales mostraron a Qusay Rashed, un joven musulmán palestino establecido en Noruega, saltando sobre una cerca y pateando a Lars Thorsen, el líder de SIAN que estaba quemando una copia del Corán. La policía intervino y detuvo a Thorsen y a Rashed.

Después del incidente, los miembros de la comunidad musulmana han recibido una gran cantidad de apoyo de los ciudadanos noruegos.

Durante las oraciones del viernes, un grupo de personas de Kristiansand se reunieron fuera de la mezquita para expresar su simpatía por los musulmanes. Sostenían carteles inscritos con lemas “juntos, incluso si somos diferentes”.

El alcalde de Kristiansand ha condenado el incidente y ha expresado su apoyo a la comunidad musulmana de la ciudad.

“Kristiansand es una ciudad para todos, y trabajamos sistemáticamente para crear diversidad. Tales actos son provocativos y lamentables”, dijo el alcalde Harald Furre a la emisora nacional de Noruega NRK en una entrevista.

Dijo que lo que sucedió el 16 de noviembre fue una “provocación planificada”, y agregó que “afortunadamente, la policía se apresuró a ponerle fin”.

Talal Omar, líder de la Unión Musulmana en Kristiansand, dijo que la comunidad musulmana local ha estado recibiendo mucho apoyo del pueblo noruego, incluyendo líderes cristianos y ciudadanos ordinarios.

“El SIAN no representa a Noruega. Estas personas son muy pocas aquí, y en general, los cristianos noruegos y otros están con nosotros”, dijo Omar.

De este modo, los planes de aquellos que buscaban crear divisiones entre la gente de Kristiansand fracasaron miserablemente.

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