Las tensiones en el Golfo han aumentado desde los ataques contra los petroleros durante el verano, incluso frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos, y un asalto importante a las instalaciones de energía en Arabia Saudí. Estados Unidos culpó a Irán, que negó estar detrás de los ataques a la infraestructura energética global.

“También seguimos viendo indicaciones, y por razones obvias no voy a entrar en detalles, de que podría ocurrir una agresión iraní”, dijo a los periodistas John Rood, el funcionario número 3 del Pentágono.

Rood no proporcionó detalles sobre la información en la que se basaba ni sobre cuándo podría ocurrir.

“Hemos enviado señales muy claras y contundentes al gobierno iraní sobre las posibles consecuencias de la agresión”, dijo Rood.

Dos funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que durante el mes pasado hubo indicios de que Irán estaba moviendo fuerzas y armas en la región.

No estaba claro qué buscaba Irán específicamente con los movimientos, agregaron.

Uno de los funcionarios dijo que parte de la preocupación era la actividad iraní dentro de Iraq, que está experimentando protestas antigubernamentales.

El año pasado, Reuters informó que Irán había proporcionado misiles balísticos a los representantes chiítas en Iraq y estaba desarrollando la capacidad de construir más allí, con el fin de disuadir los ataques por sus intereses en Oriente Medio y darle los medios para atacar a los enemigos regionales.

Estados Unidos ha desplegado miles de fuerzas militares adicionales en Oriente Medio, incluidos bombarderos y personal de defensa aérea, para actuar como elemento disuasorio contra lo que Washington dice que es un comportamiento provocador por parte de Irán.

Los funcionarios estadounidenses dijeron que se estaban llevando a cabo discusiones sobre la incorporación de más tropas estadounidenses en la región, pero que no se había tomado una decisión y que la situación era fluida. Dijeron que los militares hablaban regularmente sobre las fuerzas en todo el mundo, incluido Oriente Medio.

Irán ha presenciado semanas de protestas, a veces violentas, contra los aumentos de los precios de la gasolina.

Los disturbios, que comenzaron el 15 de noviembre después de que el gobierno aumentara abruptamente los precios del combustible hasta en un 300 por ciento, se extendieron a más de 100 ciudades y pueblos y adoptaron un tono político cuando los manifestantes jóvenes y de clase trabajadora exigieron la renuncia de los líderes clericales.

Los gobernantes clericales de Teherán han culpado a los “mafiosos” vinculados a sus oponentes en el exilio y a los principales enemigos extranjeros del país, Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí, de los disturbios.

Fuente: MEMO