Desmontando el falso positivo que intenta vincular a Venezuela con Al-Qaeda

Desmontando el falso positivo que intenta vincular a Venezuela con Al-Qaeda

¿Hasta dónde son capaces de llegar Mike Pompeo y sus cómplices en la región para debilitar al gobierno de Venezuela?

Annur TV
Friday 24 de Jan.

Medios colombianos publicaron el pasado miércoles 22 que «autoridades norteamericanas en Colombia» habrían detectado a presuntos terroristas de Al Qaeda que obtuvieron pasaportes colombianos mediante una red de documentación detectada por la Registraduría y fueron descubiertos por los funcionarios de migración cuando pretendían obtener el visado norteamericano.

El día anterior, RCN había señalado que se trataba de 3 ciudadanos sirios que obtuvieron papeles colombianos, registro civil, cédula y pasaporte, y que la mencionada red habría entregado papeles a más de 1.200 extranjeros de Cuba, Israel, Siria, Afganistán, Irak, China, Vietnam, África y Ecuador.

El jueves 23 se incluyó a Venezuela en la trama cuando Migración Colombia declaró que «los árabes pudieron ingresar a Colombia a través de la frontera con Venezuela, teniendo en cuenta que en dicho país existe una normatividad migratoria que establece pocos controles para el ingreso de nacionales sirios», esto hizo atractiva la información a múltiples portales antichavistas.

La información trasciende en la misma semana que comenzó con la salida de Juan Guaidó a Colombia donde participó en una cumbre hemisférica antiterrorista, la estrella del mencionado encuentro fue Mike Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos.

Dicho encuentro, en el que participaron hasta 21 países de la región, sirvió de plataforma para imprimir fuerza al relato ya anunciado que vincula a Venezuela con el «terrorismo», enemigo decretado por Occidente una vez que cayó el bloque socialista en Europa y el comunismo dejó de ser un contrincante creíble para financiar guerras.

En concordancia con el libreto estipulado para esta semana no se hizo esperar la reacción de los operadores del plan urdido desde Washington, de hecho, durante su participación en el Foro Económico Mundial en Davos el mismo jueves, Guaidó aportó supuestas pruebas sobre la vinculación de Venezuela con actores del terrorismo.

En su alocución dijo que en Venezuela se entregaron 17 pasaportes diarios a ciudadanos iraníes, lo que hace suponer que la línea discursiva que establece el antichavismo estadounidense, y que ha instruido a su vocero, es que Irán patrocina (indistintamente) a Al-Qaeda, Hezbollah e ISIS, y que Venezuela coopera con Irán.

¿Es creíble un expediente armado por Duque y Pompeo?

Sobra señalar el compromiso que tiene la administración Duque con el cambio de régimen que los Estados Unidos quiere imponer en Venezuela, su gobierno, en particular Álvaro Uribe Vélez, su mentor, participan activamente en casi toda la estrategia que se ha diseñado para ello.

Uno de los instrumentos de asedio es la de grupos narcoparamilitares que desestabilicen la dinámica socioeconómica venezolana mediante el contrabando, ataque a la moneda, tráfico de combustible, drogas y productos venezolanos. Numerosos medios han reportado la vinculación de Juan Guaidó, reconocido como presidente venezolano por la administración Duque, con grupos terroristas como Los Rastrojos.

Cuando en una información aparece una entidad del Estado colombiano como Migración Colombia es difícil obviar que su anterior jefe, Christian Krügger, fue destituido en diciembre pasado tras descubrirse que presentaba cifras falsas de hasta 700 mil migrantes venezolanos y retornados colombianos. En septiembre de 2019, Krügger había afirmado que en Colombia había más de un millón 450 mil venezolanos, considerando que en el año 2014 en todo el territorio colombiano residían solo más de 130 mil extranjeros. Esas cifras son las que ha divulgado Guaidó en su «gira» por Europa.

Por su parte Mike Pompeo, cuyo fracaso contra Venezuela es inocultable, ejerce de padrino ante una operación que hace recordar sus palabras en abril del pasado año cuando afirmó que todos los funcionarios en la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) recibieron cursos para mentir, engañar y robar, durante el tiempo que estuvo al frente del organismo de inteligencia del país.

¿Por qué la línea Estados Unidos – Colombia – Al Qaeda termina en Yemen y no en Venezuela?

En 2015, durante la presidencia del ex ministro de Defensa de Uribe, Juan Manuel Santos, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) se plantearon enviar hasta 800 militares retirados (mercenarios) de las Fuerzas Especiales del Ejército colombiano a Yemen para respaldar la ofensiva de la coalición apoyada por Arabia Saudita, que también recibe el apoyo de Estados Unidos y que ha producido la peor crisis humanitaria del mundo con 22 millones de personas que no pueden acceder a alimentos, medicinas u otros productos básicos para sobrevivir, 1,8 millones de niños con desnutrición aguda, más de 3,5 millones de personas desplazadas, 65 mil civiles asesinados o heridos, 1 millón de casos de cólera de los cuales han muerto unas 2.300 personas.

Sin embargo, los reclutados denunciaron que luchar en Yemen no era parte de su contrato, y los contratantes tuvieron que reconsiderar su medida. Llegaron a ser 300 mercenarios colombianos desplegados en el sur de Yemen junto a otros 150 latinoamericanos (panameños, salvadoreños y chilenos) como parte de los 3.000 reclutados por los EAU para un ejército privado que, desde hace cinco años, participa de una guerra que suma a ejércitos gubernamentales, tribus armadas, redes terroristas y milicias.

En agosto de 2018 la agencia Associated Press (AP) informó que esa misma coalición había estado trabajando junto a los militantes de Al Qaeda en su lucha contra los rebeldes Houthi en Yemen, la coalición ha estado pagando a algunos comandantes de la red terrorista para que abandonen ciudades y pueblos clave mientras que dejan que otros se retiren con armas, equipos y fajos de dinero saqueado.

Mientras Estados Unidos está alineado con la coalición apoyada por Arabia Saudita para eliminar a los combatientes de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP) – «la rama más peligrosa de la red terrorista que llevó a cabo los ataques del 11 de septiembre», la coalición está luchando contra los rebeldes houthis apoyados por Irán. AQAP está «efectivamente del mismo lado» que la coalición en su lucha contra los rebeldes y, por extensión, del mismo lado que Estados Unidos.

¿Qué es, para quién y dónde funciona Al Qaeda?

El nombre de esta red se hizo notorio desde 1998 luego de los atentados terroristas a las embajadas estadounidenses en Nairobi, Kenia y Dar es Salaam, Tanzania, cuando destruyeron las sedes diplomáticas y ocasionaron 80 muertes. Se trata de una organización terrorista, paramilitar y yihadista que emplea prácticas y atentados terroristas alrededor del mundo como parte de la «resistencia islamista». El resultado de sus acciones ha conllevado a la destrucción de pueblos, culturas ancestrales y restos de antiguas civilizaciones.

Su acción se extiende desde el norte de África, pasando por la península arábiga hasta Afganistán, Irak y Siria. El multimillonario saudí, Osama Bin Laden (1957-¿2011?), fue su fundador, patrocinador y líder, la CIA le financió en la lucha contra el Partido Democrático Popular de Afganistán que gobernó con apoyo de la Unión Soviética en plena Guerra Fría. Entre 1982 y 1992, la CIA creó campos de entrenamiento para Al Qaeda en Pakistán, unos 35 mil yihadistas procedentes de 43 países islámicos fueron reclutados para luchar en la yihad afgana contra la Unión Soviética.

Bin Laden fue actor clave durante la llamada guerra de Afganistán (1978-1992) y el apoyo estadounidense consistió en instrucción en combate y entrega de armamento, lo que sirvió de apresto operacional para una estructura organizativa parecida a la de los carteles del narcotráfico, basada en células de militantes y redes de contactos clandestinos, lo que dificulta su desarticulación. Es conocido e histórico el apoyo de los Estados Unidos a los carteles y grupos terroristas, la evidencia reside en el caso Irán-Contras.

¿Quién protege a Al Qaeda y traiciona a las víctimas del 11-S?

Para poder acceder a los países que no se alinean con su estado de excepción globalizado, las potencias occidentales introducen falsos positivos y grupos que, como Al Qaeda, ejercen control territorial mediante el terror. De esto se ha tratado la guerra en Siria, por ejemplo, a lo largo de la guerra en el país árabe ha habido múltiples vinculaciones denuncias del apoyo logístico de la potencia imperial a grupos terroristas.

El profesor Michel Chossudovsky, economista canadiense y director del Centro de Investigación sobre la Globalización, en Montreal, ha afirmado que el Estado Islámico o ISIS era originalmente una entidad afiliada a Al Qaeda, creada por la inteligencia de los Estados Unidos con el apoyo del MI6 británico, el Mossad israelí, los servicios de Inteligencia de Pakistán y la Presidencia General de Inteligencia de Arabia Saudita.

Brigadas de Al Qaeda conformadas por mercenarios de varios países europeos y del Golfo después de una operación en la aldea noroccidental siria de Sarmin, en la provincia de Idlib, 9 de julio de 2017 (Foto: Archivo)

Sus brigadas han estado involucradas en el apoyo a la insurgencia que Estados Unidos y la OTAN han dirigido contra el gobierno sirio de Bashar al Assad durante la «guerra civil» de Siria, grupos de combatientes de Al Qaeda se infiltraron desde Libia, Irak y Turquía, con la ayuda de la OTAN y los estados del Golfo. La OTAN y el Estado Mayor de Turquía fueron los responsables de la contratación de mercenarios de ISIS y Al Nusra desde los inicios de la «insurgencia» siria, en marzo de 2011.

En 2016 un informe del Instituto Británico de Defensa IHS Jane, reveló que Washington enviaba armas a Al Qaeda y otros grupos terroristas en Siria. El documentó reportó que la página oficial Federal Business Opportunities (FBO) había presentado solicitudes en busca de empresas que se encargaran del transporte de armas desde Constanta (Rumania) al puerto jordano de Aqaba.

El cargamento incluía «rifles AK-47, ametralladoras PKM, ametralladoras pesadas DShK, lanzacohetes RPG-7 y sistemas antitanque 9K111M Faktoria» y tenía como destinatario al Frente Al Nusra, rama de Al Qaeda, a quienes los «rebeldes» sirios entregaban periódicamente la mitad de sus armas procedentes de Turquía y Jordania.

En diciembre de 2015 un barco con cerca de mil toneladas de armas y municiones abandonó Constanza rumbo a Agalar (Turquía) para luego dirigirse a Aqaba y otro barco con más de dos mil toneladas de armas partió en marzo de 2016 y siguió la misma ruta.

En mayo del pasado año el periodista estadounidense Glenn Greenwald (hoy acusado por la fiscalía brasileña de «ayudar, orientar e incentivar» el hackeo contra el ex juez Moro), del portal web The Intercept, divulgó en su cuenta de Twitter una entrevista a la candidata demócrata y congresista estadounidense Tulsi Gabbard. Esta señaló que el actual gobierno estadounidense respalda a Al Qaeda en suelo sirio debido a que «cuando países como Siria y Rusia hablan de la necesidad de una operación militar contra Al-Qaeda en Idlib (noroeste de Siria), el Gobierno actual (de Estados Unidos) les advierte que, si lo hacen, les atacará. Esta postura protege la base de Al-Qaeda en Idlib».

Además de afirmar que la Casa Blanca financia a este grupo terrorista con los dólares de sus contribuyentes, consideró esta política de la Administración de Trump «una traición» al pueblo estadounidense, en particular a las víctimas de los atentados del 11-S y los militares que perdieron la vida en la lucha contra Al-Qaeda. También llamó a Trump el «hermano mayor de Al Qaeda y su mayor protector en Siria» y criticó el apoyo brindado por Estados Unidos a Arabia Saudí, «el mayor patrocinador» de esta red terrorista.

Todo esto ocurre aunque en la campaña electoral de 2016 el locuaz magnate acusó a su rival demócrata, Hillary Clinton, ex secretaria de Estado de Estados Unidos, de crear a lSIS

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Mal pueden Estados Unidos y Colombia acusar a Venezuela de «terrorismo» cuando le han sido funcionales al yihadismo en pro de lograr controlar mediante banderas falsas a países y culturas que no siguen la línea supremacista que proviene del partido de la guerra instalado en el norte global. En el caso del país vecino es costumbre la táctica de los falsos positivos. En concreto son los mismos detonantes para llevar el cambio de régimen, por la vía que sea, a donde les interesa imponer el caos, el austericidio y el saqueo como en Chile, Ecuador, Bolivia y otros países.

Misión Verdad


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