¿Cómo el Imperio Británico causó uno de los mayores genocidios en Irán?

¿Cómo el Imperio Británico causó uno de los mayores genocidios en Irán?

Las tropas británicas infectadas con la “gripe española” al invadir el sur de Irán contagiaron a la población persa provocando un genocidio sin igual.

 

Annur TV
Tuesday 17 de Mar.

En estos días en el que el mundo entero se enfrenta a la pandemia mortal del nuevo coronavirus, denominado COVID-19, que su cepa apareció por primera vez en un mercado de mársicos de la ciudad china de Wuhan a fines de diciembre infectando y propagándose en un plazo corto de tiempo entre la población del gigante asiático, cabe recordar otros episodios de similares características letales que estuvieron a punto de extinguir a la raza humana de la faz de la tierra.

La Primera Guerra Mundial acarreó la más amarga y mortal experiencia para el pueblo persa en toda su historia contemporánea, ya que, aun siendo neutral en esta contienda global, este país de Asia Occidental sufrió el mayor daño posible de la mano de una de las fuerzas militares extranjeras involucradas en dicha guerra, así se desprende del contenido de un libro titulado “La Gran Hambruna” escrito por el iraní Mohamad Qoli Mayd.

Los autores materiales de este daño colateral infringido al pueblo persa fueron las tropas del imperio británico y rusos que con su invasión temporal del país introdujeron la famosa “gripe española” dentro de este territorio y provocaron el exterminio de aproximadamente el 40 por ciento de la población, sostiene el texto.

El manuscrito explica que las fuerzas del imperio británico junto a las de la ya desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) invadieron Irán desde el sur y el norte, respectivamente, apenas unos meses después de que se iniciara la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y dada la necesidad de proveerse de alimentos y víveres, el destacamento británico confiscó todos los acopios de granos y alimentos que el pueblo persa tenía para su consumo, lo que provocó la escases de los bienes y productos de primera necesidad que condujo a su vez a que de entre un 25 a un 40 por ciento de la población de aquel entonces sufriera desnutrición u otras enfermedades a causa de la hambruna.

Empero, detalla, la citada hambruna no fue la única causa de la merma poblacional, ya que, con el fin de la Primera Guerra Mundial, un brote del virus de la “gripe española” se extendió en todo el territorio persa desde las regiones que estaban ocupadas por parte de las fuerzas invasoras británicas, y en un menor grado desde las zonas bajo control de los militares rusos.

Un grupo de iraníes vigilados por las fuerzas invasoras del imperio británico durante su ocupación del sur de Irán entre los años 1914 y 1918.

 

La propagación de este virus en todo el suelo iraní cobró la vida de muchas personas, y según algunos informes, entre el 10 y el 25 por ciento de la población iraní de ese entonces, es decir, unos 900 000 a dos millones y medio, murieron a causa de la “gripe española” que fue una pandemia a nivel mundial.

La magnitud del genocidio del pueblo persa por la introducción del letal virus por parte de estas fuerzas ocupantes fue tan catastrófica que como ejemplo se puede citar el caso de la ciudad de Shiraz, sur del país, que en un mes, una quinta parte de sus habitantes perdieron la vida.

No había comida en Shiraz, las personas tenían que comer lo que podían, ya fueran objetos o animales. En cuestión de poco tiempo no quedó rastro de gatos, perros y cuervos por la ciudad, incluso se diezmó la población de los ratones. Las hojas, la hierba y las raíces de las plantas se comercializaban como pan y carne. En cada rincón de la ciudad los cadáveres de las víctimas estaban dispersos. Después de un tiempo, la gente comenzó a comer carne putrefacta de los cadáveres. De vez en cuando, algunos recogían los cadáveres y transportándoles sobre unos carros los llevaban fuera de la ciudad para arrojarlos a los nichos comunes. Los mercados y las tiendas estaban vacías o cerradas a cal y canto y no se podía encontrar a un médico o personal sanitario en toda la ciudad”, así describió en su día el famoso escritor iraní Mohamad Ali Yamalzadeh la situación apocalíptica que se vivió en esta urbe persa.

En cuanto a Teherán, la “gripe española” llegó a contagiar a sus habitantes a través de un fuerte vendaval que según los documentos oficiales de cada 100 personas unas 90 comenzaron a sentirse mal por presentar síntomas de fiebre que provocó el cierre de los mercados y los colegios. Además, los datos reflejan que un tercio de los trabajadores empezaron a faltar a sus puestos de trabajo y en cada vivienda se acumulaba los enfermos a quienes nadie les podía prestar asistencia médica.

Es muy importante aclarar que la “gripe española” es una denominación errónea para referirse a esta enfermedad, cuya propagación alrededor del mundo, allá por 1918, dejó tras de sí una estela de 20 a 40 millones de víctimas mortales de entre unos 500 millones de contagiados.

En realidad, esta letal plaga se introdujo en el territorio español desde su vecino del norte, Francia. Empero, todo el mundo llegó a referirse a esta afección como “española”, solo porque este país europeo, que no participaba en la contienda global, fue el primero de todos en informar de esta pandemia mortal, y es que resulta que esta enfermedad dio la cara por primera vez en Fort Riley, situado en el estado de Kansas, Estados Unidos, el 4 de marzo de 1918, justo antes de que fuera detectada el 22 de agosto en Brest, el puerto francés por el que entraba la mitad de las tropas estadounidenses aliadas que participaban en la Primera Guerra Mundial. 

La proliferación de este patógeno en los países llamados “tercer mundo” fue una hecatombe por haber provocado el mayor número de víctimas mortales en comparación con otros lugares del globo terráqueo.  Los expertos sostienen que la cepa de la “gripe española” se introdujo en el sur de Irán a través de las ciudades del litoral del Golfo Pérsico como Busher, Banda Abás y posteriormente se extendió a Shiraz por las fuerzas británicas y los militares de La India, quienes prestaban su servicio por estar bajo dominio del imperio de ultramar de los británicos.

Fuerzas caucasianas, bajo mando de las fuerzas de la URSS, posan con una artillería en el norte de Irán en 1914.

 

Las fuerzas soviéticas que se habían contagiado de las tropas estadounidenses en Europa, por su parte, al llegar a ocupar las regiones nórdicas del país persa infectaron a las residentes de ciudades como Bandar Anzali, en la costa del mar Caspio, y Mashad, situado en el noreste de Irán.

Los expertos aseguran que mientras persistía la hambruna, causada por la incautación de los alimentos por parte de estas fuerzas ocupantes, otro motivo que fomentó el exterminio del pueblo persa fue el uso de opio por parte de la población.

Esta práctica nociva se dio a causa de que las tropas británicas ordenaron a sus subordinados difundir entre la población que el uso de este estupefaciente era curativo para mitigar los efectos de desnutrición, y como en aquel entonces la mayoría de los iraníes que vivían en unas condiciones inhumanas y no tenían un acceso mayoritario a los servicios sanitarios, recurrieron a este narcótico para paliar sus penas.

HispanTV


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