Diferentes autoridades alemanas acusan a EE.UU. de estar detrás de la incautación de mascarillas que Berlín había comprado a una empresa estadounidense.
La canciller alemana, Angela Merkel, habla en una rueda de prensa en Berlín, 6 de abril de 2020. (Foto: AFP).
La Policía de Berlín compró miles de mascarillas protectoras de tipo FFP2 a un fabricante norteamericano, no obstante, el cargamento fue incautado en el aeropuerto internacional de Bangkok, la capital tailandesa, por razones aún desconocidas impidiendo que este llegue a su destino a pesar de que el pedido ya estaba pagado.
“Creo que es importante que esto se investigue ahora... Sabemos que la compañía ha declarado que no puede imaginarse lo ocurrido. Tenemos diferentes declaraciones sobre lo ocurrido y espero que pueda ser investigado”, señaló el lunes la canciller alemana, Angela Merkel, en declaraciones ante periodistas.
El senador alemán, Andreas Geisel, acusó a su vez a Washington por la incautación del cargamento de mascarillas que fueron fabricadas en China por una compañía estadounidense.
“Nuestras mascarillas protectoras han aterrizado en Estados Unidos y eso no está bien”, censuró Geisel, calificando la actuación de Washington de “piratería moderna”.
El brote del nuevo coronavirus, conocido como COVID-19, ha aumentado las demandas mundiales de mascarillas, así como otros equipos de protección personal como guantes y desinfectantes, que ya son escasas en diferentes países desarrollados como Estados Unidos y países europeos.
El caso ha provocado grandes tensiones. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha pedido a empresas de su país dejar de exportar mascarillas a Canadá y América Latina; una decisión repudiada por Ottawa y diferentes otros gobiernos.
El egoísmo y medidas hostiles de Estados Unidos ha afectado asimismo a Francia, país que ha denunciado que Washington compró un avión cargado de mascarillas producidas en China que estaba a punto de partir hacia el suelo francés.
La pandemia sigue propagándose muy rápido en el mundo, y ha infectado, hasta el momento, a más de 1,3 millones de personas en todo el mundo. Estados Unidos, con más de 360 000 casos diagnosticados y 10 941 muertes se ha convertido en el país más afectado.