Nickolay Mladenov, enviado de paz de Oriente Medio de la ONU, señaló que Israel y la comunidad internacional deberían ayudar a la Autoridad Palestina a raíz de "las graves consecuencias económicas" de COVID-19.

Este tratamiento de Israel como un benefactor, más que como un ocupante con obligaciones específicas bajo el derecho internacional humanitario, es otro ejemplo de cómo la ONU normaliza y facilita una situación fundamentalmente injusta.

Oculta el papel directo de Israel en el desarrollo de la economía palestina en la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza, como si fuera un espectador pasivo de lo que sucede en esos territorios.

Funcionarios de la ONU tan altos como el Secretario General António Guterres han elogiado los esfuerzos conjuntos entre el ejército israelí y la Autoridad Palestina para frenar la propagación del coronavirus.

Se elogia a Israel a pesar de todo lo que ha hecho para dañar la capacidad del sector de salud palestino, ya sea atacando a los paramédicos, bombardeando y asaltando hospitales, privando a los hospitales de combustible y evitando la importación de medicamentos y equipos, o en general empobreciendo a la población de Gaza. y haciendo del territorio un lugar invencible.

Como declaró el martes el grupo israelí de derechos humanos B'Tselem, "el estado grave del sistema de salud palestino es el resultado directo de décadas de ocupación israelí".

Responsabilidad de Israel

Israel, como potencia ocupante, es directamente responsable de la salud de los palestinos que viven bajo su gobierno.

"Esta responsabilidad incluye responder a las necesidades de emergencia, proporcionar atención médica y equipos esenciales e implementar medidas de protección para prevenir la contaminación", agrega B'Tselem.

Si bien su ejército se jacta de sus esfuerzos por entregar alimentos a los colonos israelíes de edad avanzada que se encuentran aislados en sus hogares, Israel socava activamente la capacidad palestina para responder a la pandemia.

Un obstáculo principal es el asedio de Israel en Gaza, ahora en su decimotercer año. El martes, 19 grupos de derechos humanos pidieron a Israel que levante inmediatamente el bloqueo para que "Gaza pueda equiparse con los suministros médicos necesarios".

A diferencia de los funcionarios de la ONU que piden a Israel que "ayude" a la Autoridad Palestina, estos mismos grupos de derechos dejan en claro que Israel debe aflojar su control sobre la economía palestina.

"Israel debería eliminar las barreras al movimiento de bienes y cualquier otro impedimento en el comercio y la actividad económica que perjudique la salud pública", afirman los grupos.

Israel también debería "mantener activamente un suministro constante de electricidad y combustible para que los hospitales y la población en general puedan mantener niveles razonables de higiene", agregaron.

No es suficiente apelar a la magnanimidad israelí cuando el derecho internacional deja en claro sus responsabilidades hacia los palestinos que viven bajo su gobierno militar.

Como afirman los grupos de derechos humanos, "el artículo 56 del Cuarto Convenio de Ginebra establece específicamente que un ocupante tiene el deber de garantizar y mantener la 'adopción y aplicación de las medidas profilácticas y preventivas necesarias para combatir la propagación de enfermedades y epidemias contagiosas'.

Si el coronavirus se propaga aún más en Cisjordania, donde ya ha habido 247 casos confirmados, causando una muerte, y se extiende más allá de los 13 casos bajo cuarentena en Gaza, Israel tendrá la responsabilidad directa.

Existen temores bien fundados de que cualquier propagación comunitaria del coronavirus en Gaza resultaría una catástrofe para su sistema de salud.

El número relativamente bajo de casos en Gaza y Cisjordania puede reflejar la falta de pruebas disponibles.

Hasta el lunes, solo unas 1.500 personas habían sido evaluadas entre la población de dos millones de habitantes de Gaza.

El número de casos reales puede aumentar cuando los palestinos que trabajan como trabajadores en Israel regresen a Cisjordania durante la Pascua, que comienza el miércoles por la noche.

Hasta el martes, Israel había reportado más de 9,000 casos confirmados de COVID-19 y 65 muertes.

"Además de sus propios ciudadanos y residentes, Israel también debe cumplir con su deber con todas las personas protegidas que viven bajo su control efectivo, incluso en Gaza, y tomar medidas activas para garantizar que tengan acceso adecuado a la atención médica", afirman los grupos de derechos.

Israel no cumple con sus responsabilidades hacia los palestinos que viven en Jerusalén Este, territorio ocupado anexado ilegalmente por Israel.

Moshe Leon, alcalde de Jerusalén en Israel, acusó al ministerio de salud de Israel de descuidar los hospitales palestinos en el sector oriental de la ciudad, llevándolos al borde del colapso.

“Me gustaría advertirle sobre la grave escasez de equipos médicos en los hospitales de Jerusalén Este, en particular equipos de protección y equipos para realizar pruebas de coronavirus. Esto es a pesar de las reiteradas promesas de parte de su [ministerio]”, declaró Leon en una carta al ministerio.

Funcionarios palestinos arrestados.

Israel no solo no está equipando adecuadamente los hospitales de Jerusalén que sirven a los residentes palestinos, sino que su policía está arrestando a los funcionarios de la Autoridad Palestina por coordinar los esfuerzos de respuesta al coronavirus en la ciudad.

Fadi al-Hidmi, ministro de asuntos de la Autoridad Palestina en Jerusalén, fue arrestado durante una violenta redada en su casa de Jerusalén Este antes del amanecer del viernes pasado. Fue interrogado y puesto en libertad sin cargos.

Micky Rosenfeld, el portavoz de la policía israelí, señaló que al-Hidmi fue arrestado "por sospechas de actividades palestinas en Jerusalén".

Al-Hidmi presentó una queja esta semana alegando que fue golpeado por agentes que "lo obligaron a usar una máscara sucia y sangrienta", informó Haaretz.

Israel ha criminalizado cualquier presencia de la Autoridad Palestina en Jerusalén y ha arrestado repetidamente a al-Hidmi desde que asumió su cargo el año pasado.

Adnan Ghaith, gobernador de Jerusalén de la Autoridad Palestina, fue arrestado el lunes. Él también ha sido arrestado varias veces durante el año pasado.

Rosenfeld dio la misma justificación para el arresto de Ghaith como lo hizo al-Hidmi.

Un juez rechazó una solicitud de la policía para extender el arresto de Ghaith el lunes.

"El juez dictaminó que la actividad de Ghaith cumple con las pautas del ministerio de salud y también tenía la intención de difundir información entre los residentes que no viola la ley", según Haaretz.

Disparidades

Mientras tanto, Adalah, un grupo que aboga por los derechos de los palestinos en Israel, exige que Israel "proporcione pruebas de coronavirus a los residentes de las ciudades palestinas".

Adalah también está pidiendo a Israel que haga públicos "datos esenciales de coronavirus para ciudades con menos de 5.000 residentes".

Como indica B'Tselem, "Israel es responsable de la salud de los 14 millones de personas que viven bajo su control entre el río Jordán y el mar Mediterráneo".

Nadie debería sorprenderse de que Israel no haya cumplido con esa responsabilidad. Las disparidades en salud entre israelíes y palestinos, incluida una brecha de 10 años en la esperanza de vida, no son nada nuevo. Y son el resultado directo de la ocupación israelí y otros abusos.

Israel se complace en transferir gran parte de sus obligaciones a los palestinos que viven bajo su ocupación militar sobre los hombros de actores internacionales como las Naciones Unidas, cuyos representantes ahora le piden al ocupante que haga más.

Es hora de que esos funcionarios hagan rendir cuentas a Israel ante el derecho internacional que deberían defender, en lugar de alabarlo en las raras ocasiones en que no está violando activamente el derecho a la salud de los palestinos.

Fuente Original: Israel is responsible for Palestinians’ right to health

Fuente: Maureen Clare Murphy, The Electronic Intifada / Traducción: Palestinalibre.org