Un mundo en crisis, un Ramadán diferente

Un mundo en crisis, un Ramadán diferente

Por Liana Chokua para Sputnik.

Annur TV
Friday 08 de May.

© REUTERS / Hamad I Mohammed
 

En medio de la pandemia de coronavirus, cumplir con las exigencias del mes sagrado del islam esta vez será un reto aún mayor para los creyentes, que además del ayuno alimenticio y sexual, deberán abstenerse de la vida social.

El noveno mes del calendario musulmán es tradicionalmente una época de socialización, encuentros con los familiares, amigos y vecinos. Solo el iftar, la comida al fin del ayuno diario, puede reunir hasta mil de personas.

Varios países, como Arabia Saudí y Egipto, ya prohibieron esta cena colectiva. Al mismo tiempo, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, pidió a los musulmanes evitar grandes reuniones, sean en las oraciones o en la comida.

'Haram' a lo público

Arabia Saudí suspendió en marzo todo tipo de rezos públicos, incluso en las mezquitas santas de La Meca y Medina, así como el umrah, peregrinación menor a los lugares sagrados del islam, que se puede cumplir en cualquier momento del año.

Mientras, aún no se sabe si se cancelará el gran peregrinaje a La Meca, el hach, programado para finales de julio y que cada musulmán debe realizar al menos una vez en la vida.

Si Arabia Saudí suspende el hach este año, será la primera vez en más de dos siglos. El hach se mantuvo incluso en los tiempos de la pandemia de gripe de 1918, que provocó decenas de millones de muertos.

"En los libros del derecho islámico se enumeran los casos en que el hach es imposible. La seguridad de las personas es una de las condiciones para poder realizar el hach, además uno de los objetivos de la sharía es preservar la vida humana. Por encima, en el derecho islámico hay una regla: no te hagas daño a ti mismo ni a los demás", comenta a Sputnik el doctor en historia Said Damir Shagaviev, de la cátedra de teología del Instituto Islámico de Rusia.

La temporada de peregrinaciones es de suma importancia económica para Arabia Saudí. Según algunas estimaciones, el hach y el umrah aportan unos 12.000 millones de dólares, o un 7 por ciento, al PIB saudí.

El año pasado más de 2,4 millones de musulmanes realizaron el hach y más de 7,2 millones, el umrah, de acuerdo a las autoridades del reino.

 

El único alivio que admitió Arabia Saudí durante el Ramadán es la reducción del toque de queda de 24 horas: ahora los saudíes pueden salir de casa, si es necesario, entre las 9:00 y las 17:00 horas.

La máxima autoridad islámica del país, el Consejo de Académicos Mayores, llamó a los musulmanes de todo el mundo a rezar en casa durante el Ramadán.

Todos en casa

El mes sagrado será este año más "doméstico y familiar", constata Shagaviev, señalando que muchos eventos se celebrarán a distancia: los sermones y lecciones sobre el ayuno se realizarán a través de las redes sociales.

"Por otro lado aumentará la labor de voluntarios para entregar alimentos y comida preparada a las mesas de los pobres. La caridad se efectuará más por vía electrónica, a través de las tarjetas bancarias u otros servicios", agrega.

En la Dirección Espiritual de los Musulmanes de Rusia también reconocieron que la pandemia y las medidas preventivas "dejan una gran huella en la celebración del Ramadán".

"En cuanto a los sermones e ilustración de los creyentes, la labor se centrará en las posibilidades de la comunicación en línea; muchos imanes y muftíes ya se comunican activamente con los creyentes en las redes sociales", dijo a Sputnik la jefa del servicio de prensa del organismo, Diliara Ajmétova.

De cualquier modo, el confinamiento durante el Ramadán no es del todo malo y para algunos es una oportunidad para pasarlo con los seres más cercanos.

Atika, de la comunidad española de Andalucía, relató a esta agencia que para ella no habrá ningún hueco social y va a pasar el mes sagrado como siempre.

"No tengo huecos, porque yo voy a pasarlo como siempre, sino mejor que antes, porque siempre mi marido después del desayuno de ramadán se va a la mezquita a rezar con los hombres, pero yo rezo en casa. Este año vamos a pasarlo juntos y me voy a rezar con mi marido en casa", compartió.

 

"Para mí como extranjera no hay nada diferente, encima que el ramadán se hace para acercarnos a Dios y aprender a tener más paciencia y con la situación en que estamos creo que los musulmanes van a aguantar más porque la cuarentena fue un consejo de nuestro profeta Mohamed hace muchos años", añadió.

Hace más de un milenio el profeta Mahoma, en un hadiz transmitido por Ahmad (citado por Fundación de Cultura Islámica) prometía que "todo aquel que en tiempos de peste permanezca pacientemente en su casa como acto de adoración y sepa que no le afectará excepto aquello que Alá le haya decretado, recibirá la recompensa del mártir".

Mens sana in corpore sano

El ayuno durante el mes del Ramadán es uno de los cinco pilares del islam, junto con la profesión de la fe, la oración cinco veces al día en dirección a La Meca, la caridad, y el hach.

Aunque algunos consideran que el ayuno pone el cuerpo en condiciones extremas que son peligrosas durante la pandemia, para la gastroenteróloga y doctora en medicina, Niguina Kamolova, no es para tanto.

"El ayuno contribuye a un descanso fisiológico no solo del aparato digestivo, sino del sistema nervioso central, lo que a su vez influye en la normalización del metabolismo", señala la doctora a Sputnik.

Según Kamolova, durante el hambre intermitente el cuerpo se detoxifica.

Sin embargo, recuerda que hay grupos vulnerables cuyo estado puede ser perjudicado con el ayuno.

"Se trata de personas con enfermedades graves del sistema cardiovascular, los que experimentaron el infarto de miocardio, la diabetes en estado de descompensación, cuando se recibe insulina y, claro, personas con enfermedades del tracto gastrointestinal como la úlcera de estómago y la de duodeno, la colitis ulcerosa y cirrosis grasa", advierte Kamolova.

 

La doctora afirma que el cuerpo de una persona sana no sufre nada sin comer ni beber durante 16 horas.

"El cuerpo humano regresa a su estado normal ocho horas después de la ingestión. Durante estas horas termina la asimilación de nutrientes recibidos con la comida y en las ocho horas restantes se activan los recursos que se acumularon, como grasas y glucógeno en el hígado, junto con glúcidos", explica.

Además, recomienda cómo romper el ayuno durante el iftar.

"Primero bebemos agua pura a temperatura ambiente interior, en ningún caso fría, luego estará bien comer dátiles para compensar las reservas de hidratos de carbono", aconseja.

Solo después se puede comer el primer plato, luego esperar una hora y pasar al segundo.

El Ministerio de Salud de Egipto tampoco ve nada peligroso en el ayuno para las personas no infectadas.

"No existen estudios que digan que el ayuno puede representar un peligro para los que no están contagiados", declaró la ministra Hala Zayed en la víspera del inicio del Ramadán.

En Egipto todos los creyentes sanos deberán cumplir el ayuno, excepto los grupos tradicionalmente libres de este deber, como niños, enfermos, ancianos y mujeres embarazadas.

La Dirección Espiritual de Musulmanes de Rusia también comunicó a Sputnik que "las reglas del ayuno quedan sin cambios" este año.

 

Por otra parte, el presidente de esa dirección, el muftí Sheij Ravil Gainutdin, se dirigió a los creyentes con motivo del inicio del Ramadán, lamentando que la pandemia dejara "una cicatriz profunda de decenas de miles de muertos, millones de infectados, desempleo masivo y empobrecimiento".

El líder recordó la importancia hoy de "la sabiduría profunda del Ramadán", que catalogó de "maratón de obras de caridad" durante 30 días. "No es hora de pensar en sí mismos y en los intereses propios. La epidemia que abarca a todo el planeta nos mostró claramente que navegamos en un barco común y podemos salvarnos solo juntos", pronunció.

 

Por Liana Chokua para Sputnik.


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