Durante el mes sagrado, la mayoría de las comunidades han participado en la recaudación de fondos y la distribución de alimentos para las familias que luchan para salir adelante en medio del cierre nacional de dos meses para detener la pandemia de coronavirus.

Con muchas mezquitas siguiendo estrictas reglas de distanciamiento social, las celebraciones del Eid Al Fitr para marcar el final del Ramadán se realizaron principalmente al aire libre, en parques o plazas, para evitar el riesgo de infección.

En Vigevano, cerca de Milán, se entregaron más de 5.600 euros durante las oraciones y celebraciones de Eid Al Fitr a 190 personas locales necesitadas.

“Celebramos el final del mes sagrado y el final del ayuno de acuerdo con las nuevas medidas de seguridad requeridas por el gobierno”, dijo Kutir El Mostafa, presidente del centro cultural islámico El Medina, a un periódico local.

“Todos hicieron alguna contribución cuando llegaron para la oración comunitaria. Dieron lo que pudieron, incluso dos o tres euros cada uno, en aras de la solidaridad y para ayudar a los necesitados durante este momento difícil.

“En la comunidad, tenemos una lista de familias que viven con dificultades. Por supuesto, su situación empeoró con la pandemia de coronavirus. Los ayudaremos a todos y haremos nuestro mejor esfuerzo”, dijo El Mostafa.

El centro cultural reabrió sus puertas después de que las medidas de cierre nacional se redujeran a mediados de mayo.

“Podríamos haber reabierto desde el 18 de mayo, pero para garantizar un ambiente seguro y saludable decidimos esperar. El centro ahora está abierto, pero no puedo admitir a todas las personas que vienen a rezar”, dijo El Mostafa.

Las oraciones del domingo se llevaron a cabo en un gran estacionamiento con medidas de distanciamiento social establecidas. Sin embargo, se alentó a los niños, muchas madres y las personas mayores de 70 años a quedarse en casa.

La Mezquita de la Misericordia en Marghera, un área que incluye el puerto industrial de Venecia, reabrió sus puertas, pero las celebraciones de Eid Al Fitr no se llevaron a cabo dentro y los miembros de la comunidad islámica local rezaron en casa.

“La gente nos llamó desde todo el norte de Italia pidiendo venir a rezar a la mezquita de Marghera, pero preferimos ser responsables y evitar situaciones que pudieran dar lugar a reuniones y ponernos en situaciones difíciles”, dijo Sadmir Aliovsky, presidente de la Comunidad Islámica de Venecia, dijo.

Ahora la mezquita finalmente está abierta, se ha instalado un escáner de temperatura en la entrada y se han organizado turnos para oraciones para limitar el número de personas que se congregan al mismo tiempo.

Se preparó un vídeo en italiano para musulmanes y conversos de primera generación para explicar las reglas y protocolos.

A los fieles se les pedirá que traigan esteras personales, no se permitirá la entrada de niños y se enviará a las personas con signos de fiebre a sus hogares.

La comunidad bengalí de Venecia celebró el Eid en el centro de Kolbe, un gran salón en un hotel de ciudad alquilado para la ocasión.

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