El Centro islámico Boliviano que funciona en la ciudad de Santa Cruz, fue la primera institución islámica en recibir reconocimiento del gobierno boliviano desde 1989 y es la institución que estableció la oración comunitaria del viernes en el país (Salat al Yumua),

Sr Presidente, ¿que nos puede contar sobre la llegada del Islam y de los musulmanes a Bolivia?

Hay registros en Bolivia que dicen que llegaron a Bolivia musulmanes andalusíes en la época de la colonia, como llegaron a otro países de la región y precisamente en Lima, en el Perú hay registros de la inquisición que funcionaban para toda Sudamérica que indican que llegaron 243 musulmanes de forma secreta a la región.

Algunos de los musulmanes que llegaron en aquella época, se establecieron en la ciudad de Potosí, que tenía el yacimiento de plata más grande del mundo en los siglos 16 y 17, y que fue la primera en alcanzar en la región una población de un millón y medio de habitantes.

Cabe destacar que los musulmanes de la colonia y los primeros musulmanes del principio de la República Boliviana estaban proscritos, hasta la época republicana.

En el siglo 19, empezaron a llegar inmigrantes de Sham (Siria y Líbano), es cierto que venían por Argentina. Aquí hay una anécdota, un señor que llegó a Bolivia desde la ciudad argentina de Mendoza, que se apellida Ayad, cuando se le preguntó por su apellido, él entendió que se le preguntaba por dónde venía, y contestó de Mendoza, y hasta el día de hoy que sus descendientes se llaman Mendoza.

El 99% de los inmigrantes árabes que llegaron al país, eran cristianos y por este motivo que no se registraban actividades islámicas durante los siglos 19 y 20.

El número de musulmanes no cesa de crecer en todo el mundo. ¿Cuánto estima usted el número de musulmanes en el país y cuánto estima que pueda crecer el islam en su país?

El último censo oficial realizado por el gobierno boliviano remonta al año 2010, y los musulmanes representaban el 0,001% de la población total del país, lo que equivale a 1000 o 1500 musulmanes.

Desde el 2010 empezó a crecer fuertemente el número de musulmanes. En el año 2018, las mezquitas de Santa Cruz y de La Paz realizaron un censo y cotejando información se llegó al número de 2000 musulmanes.

A este número hay que agregarle, los inmigrantes ilegales que comenzaron a llegar a Bolivia desde el año 2005, obviamente son musulmanes que no frecuentan las mezquitas por miedo. Por ejemplo ocurrió que un día en pleno mes de Ramadán, la policía se acercó a nuestra institución para informarnos que 34 musulmanes de Bangladesh han sido arrestados y nos pidieron que los cuidemos. Esta población extraoficial, no la podemos contar, tampoco puede hacerlo el gobierno.

Para resumir, creo que en este momento se puede hablar de 3000 musulmanes en todo el país, y la mayoría están establecidos en la ciudad de Santa Cruz.

Se habla mucho en el mundo de un “fenómeno” que es el de las conversiones o de personas que abrazan el Islam y sobre todo las mujeres, ¿esto pasa también en Bolivia?

Si, aquí pasan las dos cosas, la primera boliviana criolla que abrazó el Islam ha sido una mujer y es mi madre y fue en el año 1967 o 1968 por ahí, después el hijo de un embajador boliviano en Marruecos que se hizo musulmán en el año 1973.

Desde la creación del Centro Islámico Boliviano, o sea ya en los años 90, se observa que los musulmanes criollas son más que los extranjeros.

Es evidente que hay más mujeres que abrazan el islam, especialmente por la cuestión del matrimonio, ya que están casadas con musulmanes, aunque les explicamos que no están obligadas a abrazar el islam solo por el motivo del matrimonio si no tienen fe real.

Cabe destacar que durante los últimos 23 años que llevamos de imam en la mezquita de Santa Cruz, hemos casado a 130 parejas, y nos dimos cuenta que cuando la esposa abraza el islam el marido continúa practicando su fe y cuando la esposa no se convierte, muchas veces notamos que el esposo se aleja de la comunidad.

¿Y cree que hay suficientes mezquitas para que todos los musulmanes del país puedan practicar su fe?

Existen tres mezquitas en todo el país, una mezquita en Bermejo, la mezquita de Santa cruz que colabora con la musala de Oruro, y la mezquita de La Paz que también creó dos musala, una en Cochabamba y otra en Sucre, además de dos o tres musalas en otras ciudades.

Esto es más que suficiente para que todos los musulmanes bolivianos y extranjeros puedan practicar su fe.

El Centro Islámico Boliviano, tiene una planta donde una parte funciona como mezquita que tiene capacidad para 100 personas, y durante las oraciones comunitarias de los días viernes, tenemos un promedio de 60 a 70 musulmanes que acuden a la mezquita.

Últimamente con la pandemia del Covid-19, surgió en todo el mundo occidental, el tema de la falta de cementerios islámicos, ¿que nos puede decir al respeto a nivel local obviamente?

El Centro Islámico Boliviano, tiene su propio cementerio, fue una donación de Mahmud Amer, el fundador de la institución.

La parcela donada de 1000 metros cuadrados alcanza para 120 tumbas, una cifra suficiente para los musulmanes. Calculamos que el cementerio nos va servir para cerca de 30 años.

¿Qué nos puede decir del tema del halal, especialmente en el rubro alimenticio?

El Centro Islámico Boliviano empezó a realizar la certificación halal desde el año 2004, pero como esta cuestión es más bien comercial que religiosa, se creó en el año 2014 una empresa que se ocupa de este asunto, llamada “Halal Bolvia”, y actualmente nuestra institución no actúa directamente sobre la certificación halal pero a través de la empresa “Halal Bolivia”.

Aquí no tenemos este problema del halal, por ejemplo en Santa Cruz que es una región agro industrial, no faltan granjas para poder comprar pollos o corderos y respetar las normas halal. Encima en el Centro Islámico Boliviano, tratamos de priorizar actos religiosos y no folclóricos, no obligamos a los musulmanes a realizar cosas que el propio Corán no hizo.

¿En qué estado están las relaciones de la comunidad islámica con las otras comunidades en el país?

Las relaciones entre los musulmanes y el resto de las comunidades religiosas en el país, son bastante buenas.

Los musulmanes practican su fe en total libertad, ya que la libertad de culto es garantizada. En realidad los gobiernos sucesivos de Bolivia siempre ignoraron a los musulmanes y eso es bueno para nuestra comunidad. Los gobiernos bolivianos no tienen tradición de tratar con las comunidades religiosas salvo con la iglesia católica, y ahora con los evangelistas.

Pero cabe destacar que desde el 2003, hubo una reforma educativa que permitió abrir la currícula a otras religiones, e introducir el Islam, y yo personalmente revise los contenidos propuestos por la iglesia católica y se habla positivamente del Islam.

Se habla mucho de islamofobia en el mundo, ¿Existe este tipo de actos en Bolivia? Y ¿Tienen un registro de actos islamofóbicos en el país?

Si, se registran en Bolivia actos islamofóbicos, aunque no son frecuentes. En general la gente boliviana es muy pacífica. Los actos de racismo y xenofobia que se registran en Bolivia, no están dirigidos hacia los musulmanes pero hacía los extranjeros en general.

Asimismo, surge una confusión para la mayoría indígena de Bolivia, que no llega a entender que el musulmán boliviano no es extranjero, aunque lleve una túnica o un hiyab como para las mujeres, pero se puede decir que los actos xenófobos o racistas no son dirigidos específicamente hacia los musulmanes pero hacia personas que se cree que son extranjeras por su vestimenta.

Varios actos o agresiones han sido señalados como islamófobo y después de un análisis minucioso apareció como un acto de racismo que no tenía nada que ver con la religión, pero con la condición de extranjera del agredido.

¿Cuáles son las actividades que lleva adelante su institución?

Las actividades del Centro Islámico Boliviano, son muy diversas, nos ocupamos de traducir e imprimir libros, que distribuimos a todas las mezquitas y musala del país, hasta logramos imprimir la primera traducción del Sagrado Corán en Bolivia, aquí en Santa Cruz, en el año 2014, la traducción de Isa García.

Tenemos muchas actividades académicas, como las clases del idioma árabe y de religión. También se crearon varias tradiciones muy positivas, yo como politólogo, recibo todos los años en la mezquita, y durante un mes y medio, todas las semanas, a los estudiantes de la materia de geopolítica y se les da un seminario sobre la historia política del islam, en otra época se recibía a estudiantes de derecho y se les daba un seminario sobre la Sharia, también recibimos a alumnos de los colegios.

Asimismo, señalo que teníamos un programa de televisión financiado por fondos de la institución, en un canal privado local, lo pudimos sostener hasta el año 2017 y también creamos un proyecto para alimentar el programa de televisión, creando un fondo para que musulmanes puedan estudiar técnica audiovisual, y como el profesor es también productor que se hizo musulmán, ayudó mucho a la institución en sostener el programa.

El programa no se pudo sostener más allá del año 2017, y ahora pasamos al formato digital y producimos videos que pasamos en internet, compramos cámaras, armamos un estudio e incluso armamos programas completos para otros canales de televisión, como los canales Al Huda o para Al Minbar Al Alami.

Asimismo, nos ocupamos de la Daawa (Predicación) dirigida a los no musulmanes y la dawaa dirigida a los musulmanes, por ejemplo durante el sermón de los días viernes o dando clases en la mezquita.

Dentro de las actividades de nuestra institución, está también la de canalizar caridades que llegan de países europeos y especialmente de Turquía y de algunos países árabes.

¿Cómo lleva adelante la asociación, sus actividades durante este período de cuarentena por la epidemia que azota al mundo?

Además de las actividades online, cursos, conferencias y seminarios, realizamos un cronograma de cursos de religión, compartidos entre la mezquita de Santa Cruz y la mezquita de La Paz. También crecieron mucho las actividades caritativas, Gracias a Dios, en Santa Cruz tenemos un grupo de musulmanes muy generosos que nos ayudan en las actividades caritativas y pudimos juntar más donaciones que las que el gobierno turco nos mandó. Y nuestras actividades están dirigidas hacía musulmanes y no musulmanes.

Asimismo, tenemos que crear un reglamento de ética para la caridad, para evitar “humillar al necesitado”, aprovechando de su condición sacando fotos, mostrando su necesidad al mundo.

AIN