El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, postergó (por segunda vez consecutiva) las elecciones presidenciales. Los bolivianos debían elegir mandatario el 6 de septiembre, en un proceso que les permitiera recuperar la democracia pero, este jueves, el TSE anunció que postergaría la votación hasta el 18 de octubre.

Luego del golpe de Estado contra el presidente Evo Morales (en noviembre de 2019) el gobierno de facto, conducido por la autoproclamada Jeanine Áñez, anunció que las elecciones presidenciales se realizarían el 3 de mayo de 2020. La pandemia desatada por el nuevo coronavirus (COVID-19) le sirvió a la dictadura como excusa para suspender las elecciones de mayo y anunciar como nueva fecha el para su realización 6 de septiembre. La cercanía de la fecha y la contundencia del apoyo al Movimiento al Socialismo (MAS), que se consolida como la principal fuerza política, desataron las presiones del gobierno de facto sobre las TSE que anunció una nueva suspensión de las elecciones hasta el 18 de octubre.

«EL TSE, CONDUCIDO POR ROMERO INHABILITÓ DE LA CANDIDATURA A SENADORES DEL EXPRESIDENTE EVO MORALES Y DEL EXCANCILLER DIEGO PARY Y AHORA EVALÚA LA POSIBLE INHABILITACIÓN DEL CANDIDATO A PRESIDENTE LUIS ARCE Y EL PEDIDO DE RETIRARLE LA PERSONERÍA JURÍDICA AL MAS»

El presidente del TSE, Salvador Romero, anunció que “fruto de consideraciones de orden científico, legal y sociopolítico, en el ejercicio pleno de sus atribuciones, la exigencia de la ley de que el proceso electoral considere los parámetros científicos y cuente con suficientes medidas de seguridad de salud, el TSE ha resuelto fijar la fecha de la jornada de votación de la elección general el domingo 18 de octubre de 2020, con una eventual segunda vuelta el 29 de noviembre y una posesión de las autoridades en diciembre”.

Cabe recordar que ya han sido denunciados los vínculos de Romero con la Embajada de Estados Unidos y con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (conocida como USAID, por sus siglas en ingles).

El TSE, conducido por Romero inhabilitó de la candidatura a senadores del expresidente Evo Morales y del excanciller Diego Pary y ahora evalúa la posible inhabilitación del candidato a presidente Luis Arce y el pedido de retirarle la personería jurídica al MAS.

El camino recorrido por Bolivia se parece cada vez más al de Honduras: golpe, proscripción y fraude. En el desarrollo de esa estrategia, tanto en el país centroamericano como el país suramericano, tuvo un fuerte peso la Organización de Estados Americanos (OEA) y su secretario general, Luis Almagro.

La OEA, avaló el fraude en Honduras y cumplió un rol fundamental en el golpe de Estado de noviembre de 2019 en Bolivia. Por estos mismos motivos la dirigencia del MAS pidió que la organización conducida por Almagro no participe como veedora de las elecciones que debían realizarse en septiembre ya no consideran que sea garantía de transparencia e imparcialidad.

Organizaciones sociales y sindicales rechazaron la decisión del gobierno de facto de suspender las elecciones y anunciaron movilizaciones y cortes de ruta.

Recientemente, en un hecho que se transformó en un escándalo debido a las denuncias de corrupción por el sobre precio, la dictadura de Áñez compró armamento y gases lacrimógenos para equipar a la Policía. Como profundidad casi premonitoria,  varios analistas aseguraron que el gobierno de facto se estaba preparando para una nueva etapa de represión en un intento desesperado por aferrarse a al Palacio Quemado (casa de gobierno de Bolivia).

Fuente: Diario Contexto