Elecciones en Bolivia: Las garras del imperio o la democracia

Elecciones en Bolivia: Las garras del imperio o la democracia

Por Sdenka Saavedra Alfaro

Se acerca una jornada trascendental no sólo para el pueblo boliviano sino para la región toda, en la que la sombra del régimen de facto amenaza a la voluntad del pueblo.

Sdenka Saavedra Alfaro
Thursday 15 de Oct.

Este domingo 18 de octubre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Bolivia, a 11 meses del Golpe de Estado contra Evo Morales Ayma,  propinado por Estados Unidos, reconocido por Elon Musk, dueño de la fábrica más grande de autos eléctricos, director ejecutivo de Tesla y Space X, quien asumió el golpe de Estado en Bolivia, siendo otra prueba más de que el golpe fue por el litio boliviano, por los recursos naturales como lo ha señalado Morales.

El presidente depuesto por el golpe de Estado dejó claro que estos preciosos recursos bolivianos no debían ser entregados a las corporaciones transnacionales en acuerdos favorables a ellas; sino que son del pueblo, y que por eso justamente el Líder Indígena, fue obligado a renunciar al cargo por las fuerzas de coerción estatal de la derecha conformado por el comité cívico de Santa Cruz, tras haber propinado el “golpe de estado cívico, policial y militar que estaba orquestado y apoyado por Estados Unidos”, como lo han corroborado varios estudios entre ellos la CELAG, como lo dijimos, y en donde se  manifiesta que la OEA tuvo un papel protagónico en el golpe de Estado contra Evo Morales de la mano de su secretario general, Luis Almagro, al recordar que en los comicios de 2019 el MAS ganó en primera vuelta, como lo han corroborado ocho investigaciones internacionales que demuestran que no hubo fraude.

Y lógicamente, al ser nuevamente nombrado este organismo internacional como observador para estas elecciones, ¿estaríamos hablando de unas elecciones limpias y democráticas? o de un verdadero “fraude” e incluso de un nuevo “golpe de estado”, auspiciado por las grandes trasnacionales como la de Elon Musk, que quieren adueñarse del litio boliviano, obviamente con la “injerencia” de la OEA, porque sólo basta ver que su presencia para las elecciones de octubre, fue totalmente rechazada por el gobierno del pueblo que es el MAS, el Grupo de Puebla y otros; pues su informe preliminar de los comicios de octubre de 2019, que según el informe del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR) que demuestra que las irregularidades identificadas por el informe de auditoría de la OEA no constituyen un intento de manipulación intencional de los resultados y, al contrario, han sido deliberadamente manipuladas por la OEA para respaldar sus acusaciones de fraude y las que alimentaron “la violencia” de sectores opositores, que desembocó en las masacres de Senkata y Sacaba en donde murieron más de 36 personas inocentes, violaciones de los derechos humanos de las y los bolivianos, incluyendo sus derechos civiles y políticos, los cuales continúan en la impunidad ; ya que se han amparado en los informes y las declaraciones erradas de la OEA para detener y enjuiciar a miembros y trabajadores del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, varios de los cuales permanecen ya 11 meses después de los sucesos privados de su libertad.

Además de ello,  si se hace un análisis en profundiad, la derecha continúa valiéndose de estos informes falsos, los que también se han utilizado para llevar adelante su campaña política, su estrategia de “Propaganda Electoral”, con la utilización de los Fake News, los falsos positivos, el terrorismo mediático como arma, para tergiversar los hechos a través de noticias fuera de contexto, la desinformación total, con el objetivo de manipular la conciencia y los sentimientos de la población (mentir, desinformar, difamar, calumniar, engañar) como lo dijimos, toda una estrategia de desprestigio contra Evo Morales Ayma, y ahora contra el binomio Lucho Arce y David Choquehuanca, artimaña que fue utilizada también por otros candidatos como Carlos Mesa y Fernando Camacho, al señalar los 14 años de gobierno de Morales  como sinónimo de "corrupción", con un sólo discurso "que no vuelva el MAS", que en el fondo significa que no vuelvan los indios, ni los movimientos sociales con su democracia popular, y que es utilizado por el régimen de Jeanine Añez, quien advirtió y amenazó de que no permitirá el retorno del “populismo” al poder en Bolivia, en alusión al Movimiento Al Socialismo (MAS); es decir toda una gran maniobra y confabulación de la derecha neoliberal para entregar los recursos naturales de Bolivia a las grandes trasnacionales, a las empresas Estadounidenses y sus lacayos, pues como lo ha señalado Galeano vivimos gobernados por un sistema imperialista, por una dictadura de los empresarios, de los banqueros que manejan la economía del mundo, que han llevado al planeta y lo están haciendo a la tragedia mundial de la emigración, un puñado de multinacionales que manejan la economía a su antojo y que lleva a vivir a la desesperación mundial, al pánico, al miedo, al horror; y precisamente es eso lo que se persigue en el fondo de todo ello y así quedará Bolivia inmersa en la pobreza, marginada y presa en las garras del imperialismo y el sionismo como lo estaba antes de fundarse el Estado Plurinacional de Bolivia.

Es por ello que en estas elecciones del 18 de octubre se definirá si Bolivia continúa manejando sus recursos naturales o serán manejados por estas multinacionales, estas logias extranjeras, estas hienas capitalistas, imperialistas, fascistas, burócratas, arrogantes, mezquinas, discriminadoras que nuevamente quieren destruir Bolivia y convertirla en su patio trasero como lo estaba antes, dependerá en ello el éxito del pueblo con su voto.

Sdenka Saavedra Alfaro (Escritora y periodista boliviana radicada en Medio Oriente, Irán)

 


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