Contra la industria de la muerte, embargo militar al régimen israelí

Contra la industria de la muerte, embargo militar al régimen israelí

Si algo bueno ha tenido esta pandemia es que, aunque nos obligó a distanciarnos físicamente –y en muchos lugares nos retiró a la fuerza de las calles−, virtualmente nos ha acercado como nunca antes. 

Annur TV
Saturday 14 de Nov.

 Quienes tenemos acceso a internet (sin olvidar que para muchos millones sigue siendo un privilegio inaccesible) llevamos meses siguiendo debates y mesas redondas a lo largo y ancho del planeta, en encuentros que reúnen a activistas e intelectuales de todos los continentes. La pandemia no solo nos ha hermanado globalmente en la misma desgracia, sino que también nos ha permitido hacer más visibles la interdependencia y las intersecciones que atraviesan nuestras vidas, sociedades y luchas.
“Internacionalismo o Extinción” fue el contundente título que eligió la Internacional Progresista −impulsada por el economista griego Yanis Varoufakis− para su primera Cumbre 2020 en septiembre. La consigna tiene particular resonancia para quienes apoyamos la causa palestina y sostenemos que el sionismo es un proyecto global de muerte que, partiendo de la ocupación colonial de Palestina, se extiende por el mundo a través de la venta de máquinas de matar, vigilar y controlar a los pueblos que luchan por sus derechos. Y en este tiempo de pandemia hemos visto numerosas iniciativas destinadas a conectar las luchas anticoloniales, indígenas, antirracistas y antimilitaristas con la causa palestina, desenmascarando a ese proyecto de muerte.
Desde que comenzaron las recientes agresiones de Azerbaiyán contra Armenia en la disputa por el territorio de Nagorno-Karabaj (Artzaj), investigadores y periodistas volvieron a recordar que Israel es un gran proveedor de armas al régimen azerí. Según el periódico digital Virginia Bolten, las relaciones entre Israel y Azerbaiyán datan desde inicios de los años Noventa y se intensificaron durante los últimos años. Una nota de la Agencia Estatal de Noticias de Azerbaiyán, controlada por el gobierno, explicita la importancia que se le asigna a ese vínculo: «La asociación entre Israel y Azerbaiyán ha evolucionado gracias a la sólida cooperación de ambos países en diversas dimensiones. Israel fue uno de los primeros países en reconocer a un Azerbaiyán soberano. Ningún país de Eurasia tiene lazos más estrechos o amistosos con Israel que Azerbaiyán.»

El abogado de derechos humanos e investigador israelí Eitay Mack relató que, dado el creciente odio del régimen azerí hacia la población armenia en los últimos 26 años, así como el crecimiento de su ejército, el experto en genocidio Yair Auron teme que Azerbaiyán podría perpetrar masacres, limpieza étnica y otros crímenes contra la población armenia de Nagorno-Karabaj en caso de estallar una guerra total. Por ello, tras las repetidas amenazas e incitaciones del Presidente Aliyev contra Armenia, Auron y Mack enviaron reiteradas cartas al Ministerio de Defensa de Israel pidiéndole que pusiera fin de inmediato a sus exportaciones de armas a Azerbaiyán.
Mack lleva años recopilando información oficial y extraoficial para sacar a la luz el historial de relaciones militares y de inteligencia entre Israel y los regímenes más sanguinarios del mundo, incluyendo el Chile de Pinochet, la limpieza étnica y el genocidio en los Balcanes, el régimen de Myanmar (responsable de genocidio contra la población rohingya), el de Sudán del Sur (donde murieron unas 300.000 personas y más de dos millones fueron desplazadas), la Filipinas del dictador Marcos en el pasado y del criminal Duterte en el presente y la India del supremacista Modi, que ocupa y reprime al pueblo de Cachemira. «Muy pocas personas en Israel saben adónde van nuestras armas, y muy pocas personas están en el círculo de la toma de decisiones. Hay mucho secreto. Lo que también es único de Israel es que no hay transparencia, y no hay interés por la transparencia en los medios israelíes», afirma Mack.

Una tarea similar a la de Mack emprendieron otros grupos israelíes o judíos, como la Coalición de Mujeres por la Paz con su proyecto Hamushim −que desafía la industria militar y el comercio de armas de Israel− o la Red Internacional Judía Antisionista (IJAN), que en 2012 publicó “El papel de Israel en la represión mundial”. En ese informe IJAN reseña varias décadas de colaboración estrecha de Israel con los peores regímenes de los cinco continentes, incluyendo los dictadores genocidas centroamericanos y del Cono Sur, los gobiernos coloniales o neocoloniales de África (incluyendo el apartheid sudafricano, al que apoyó hasta el final, y las armas utilizadas en el genocidio de Ruanda), las dictaduras árabes del Golfo, el Irán de Reza Pahlevi, etc.
Por otro lado, el periodista Eugenio García Gascón ha hecho notar que grupos neonazis figuran entre los mejores clientes de la industria armamentista israelí. Según él, hace unos años el diario  Haaretz informó que armas israelíes habían sido vendidas a un grupo neonazi de Ucrania llamado Azov. Originado en hooligans de equipos de fútbol, Azov empezó a funcionar como milicia en la crisis de Ucrania con Rusia, y hoy es parte del ejército. Señala García Gascón: «La simpatía del gobierno israelí hacia grupos de extrema derecha europeos, por ejemplo en Polonia o en Hungría, no tiene en cuenta que a menudo los líderes de esos grupos, incluso dentro del gobierno de Hungría, abanderan la negación del Holocausto y el antisemitismo.»
La activista antimilitarista israelí Sahar Vardi –cofundadora de Hamushim− recordó en un artículo que, según información oficial solicitada por el abogado Eitay Mack, a fines de 2012 el registro de exportaciones militares de Israel incluía 6.784 personas y empresas; para fines de 2013, se habían otorgado 400.000 licencias de venta y exportación de armamento. Los nombres de estas personas y empresas y el alcance de su trabajo permanecieron ocultos. Según estimaciones de Hamushim, Israel ha vendido armas a más de 130 países en las últimas décadas. También en 2012, el cineasta israelí Yotam Feldman estrenó su documental “The Lab”, en el que sostiene que la industria armamentística de Israel tiene tanto éxito y crece tan rápidamente porque desarrolla y comercializa armas “probadas en combate”, es decir, utilizadas contra los cuerpos palestinos.
Vardi recuerda también que en 2015, tras el asesinato de Michael Brown en Ferguson, activistas palestinos/as de Missouri comenzaron a establecer conexiones entre la represión en Estados Unidos y en Palestina, al descubrir que los policías estaban usando para sofocar las protestas el mismo tipo de gas lacrimógeno que el que se usa regularmente contra los manifestantes en Cisjordania. Poco después se descubrió que Israel también había estado proporcionando “entrenamiento antiterrorista” a los departamentos de policía de todo Estados Unidos, y que estaba exportando activamente armas y tácticas represivas a todo el mundo.

Es por todo ello que desde 2011 la sociedad civil palestina está pidiendo un embargo de armas a Israel. Respondiendo a ese llamado, el 3 de octubre pasado el movimiento BDS en Latinoamérica lanzó formalmente su campaña de Embargo Militar a Israel. Y lo hizo con un seminario web donde se denunció el papel de Israel en la militarización de nuestros territorios y la intensificación de la compra de armas israelíes por parte de los gobiernos golpistas o de derecha del continente, desde Honduras hasta Chile. En el seminario web participaron el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, Nada Hussein de BDS Gaza, Jorge Brito Hasbun y Gael Yeomans (legislador y legisladora del Frente Amplio de Chile), las académicas mexicanas Marcela Álvarez Pérez y Silvana Rabinovich, el dirigente hondureño del COPINH Felipe Gómez, la activista brasileña Patricia Oliveira de la Red de Comunidades y Familias contra la Violencia de Rio de Janeiro, la colombiana Isabel Zuleta del movimiento Ríos Vivos y el trovador costarricense Wilson Arroyo.
En el seminario se presentó el sitio web Embargo Militar a Israel (y su página de Facebook), que proporciona información sobre el modelo de militarismo y securitización que Israel exporta al mundo y a América Latina, especialmente a través de tres grandes tipos de tecnología: el armamento, el sector de seguridad civil, y el de ciberseguridad e inteligencia (para la “lucha contra el terrorismo” o “contrainsurgencia”). También aporta información sobre cómo opera el lobby corporativo israelí, las alianzas diplomáticas que favorecen el intercambio militar y los programas de capacitación y entrenamiento que Israel ofrece al funcionariado público y a las fuerzas de seguridad de todos los países, fundamentalmente a través de las becas Mashav. Además incluye un mapeo de la incidencia de esa industria militar en cada territorio, e información sobre la presencia israelí en las ferias de armas que se realizan en Brasil, Chile y Colombia.
La campaña de Embargo Militar es un paso más en el proceso iniciado en 2018 con la elaboración del informe “El militarismo israelí en América Latina” (ver aquí el Resumen Ejecutivo), elaborado por los colectivos latinoamericanos de BDS (y publicado en Argentina y Colombia).
A raíz del trabajo de investigación de estos dos años se identificó que hay cuatro empresas que tienen la mayor presencia en el comercio de armas y seguridad en Latinoamérica: las israelíes Rafael Advanced Defense Systems y Elbit Systems y las multinacionales Hewlett Packard y G4S.

Chile es uno de los ejemplos más significativos. Las relaciones militares de ese país con Israel se remontan a 1974 (cuando la dictadura tenía problemas crecientes para abastecerse de armas); y como afirma la activista Sofía Alvarado de BDS Chile, «Piñera ha sido el Presidente que más tratados ha firmado con Israel después de Pinochet». El Informe revela que Israel vendió misiles, radares, armas ligeras, naves aéreas, navales y tecnología de bombas de racimo a la dictadura. A partir de 2000 Chile reactiva la compra de material bélico a Israel: entre 2000 y 2004, compró 200 misiles aire-aire y 1000 misiles antitanque, junto con sistemas de radar y otros equipos. También ha adquirido gases lacrimógenos, globos de seguridad y drones para sus estrategias de control y militarización en la región de la Araucanía o Wallmapu. En el informe se detalla que Gendarmería y Carabineros han recibido entrenamiento israelí en técnicas de tortura, represión y vigilancia.
Por otra parte, en febrero y septiembre de este año, militares israelíes de la Brigada Nahal (conocida por sus graves violaciones a los derechos humanos de la población palestina, incluyendo niños) viajaron a Colombia −uno de los principales aliados de Israel en la región− para entrenar a la División de Fuerzas Especiales del Ejército colombiano. La capacitación consistió en “técnicas antiterroristas”, tácticas de combate urbano, operaciones encubiertas, asalto aéreo y polígono. Según BDS Colombia, la División de Fuerzas Especiales del Ejército colombiano forma parte del Comando Conjunto de Operaciones Especiales, creado en 2007 durante el gobierno de Álvaro Uribe y también con un historial de violaciones a los derechos humanos de la población colombiana. En 2019 este Comando estuvo implicado en el bombardeo de un campamento de disidentes de las FARC que mató a ocho menores de edad.
Por eso Germán Romano –corredactor del Informe y miembro de BDS Argentina− sostiene: «Las balas que asesinan a palestinas y palestinos son las mismas que se usan para reprimir en nuestros territorios»; y agrega que se debe entender que «si pierde Palestina, perdemos todas y todos, porque la lucha es la misma: es contra los colonialismos, las ocupaciones, los regímenes de apartheid, el militarismo y las formas de este sistema.»
Y como ya entramos en noviembre, termino con la invitación a participar, difundir y seguir las actividades virtuales que tendrán lugar durante todo el mes con motivo del Día Internacional de Interacción por un Mundo sin Muros, que se celebra por cuarto año consecutivo el 9 de noviembre. El objetivo de esta iniciativa es visibilizar y conectar las luchas contra los muros reales y simbólicos que oprimen y dividen a los pueblos, desde México hasta Palestina, pasando por el Sahara Occidental, Ceuta y Melilla, India, Sudáfrica y otros territorios. Los días 9, 10, 12, 21 y 26 de noviembre los eventos virtuales, con activistas de distintos territorios, abordarán aspectos como: la complicidad entre Israel y la Unión Europea para militarizar las fronteras y criminalizar la migración; el agua como bien común o mercancía; los muros digitales y el papel de Israel en el colonialismo y el control digital; los muros que separan a los pueblos árabes, y sobre todo la resistencia popular, global e interseccional para construir el poder colectivo que haga caer todos los muros.

 

Columna publicada en el portal Desinformémonos el 3/11/20.

 

Fuente: En Maria en Palestina


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